Main logo

Cierre de negocios familiares, la otra tragedia de la covid en Oaxaca

Cámaras empresariales y comerciales estiman que en ocho meses de contingencia, unos 100 establecimientos de la ciudad de Oaxaca han cerrado de manera definitiva

Escrito en ESTADOS el

OAXACA.- Desde hace ocho meses en que el negocio familiar tuvo que cerrar debido a la pandemia, Pablo, su esposa y dos hijas, sobreviven entre préstamos, deudas y trabajos eventuales que apenas les permiten cubrir los gastos.

Emprendedores oaxaqueños desde hace más de 30 años, contaban con su propio negocio de banquetes, renta de salón de fiestas y mobiliario en la capital de Oaxaca. Con el distanciamiento social, el trabajo quedó sepultado.

“Arrastramos deudas, Telmex me cortó la línea, CFE me han cortado la luz, ando viendo la forma de obtener préstamos para liquidar”, expresa Pablo ahora como trabajador en un hotel.

El 15 de marzo fue el último evento que pudieron realizar. Ese día recibieron un documento oficial en el que, por instrucciones del gobierno estatal y municipal, se declaraba el cierre de todos los establecimientos comerciales no esenciales. En cascada, los eventos ya programados fueron cancelando ante las restricciones de la Covid-19. Poco después, vino el recorte de la plantilla laboral, diez en total entre personal de cocina y meseros.

“Sin duda alguna la principal preocupación es el tema económico, el no tener una fuente de ingresos que normalmente tenemos cada fin de semana. Obviamente tener cerradas las instalaciones con los gastos fijos como luz, agua, teléfono, internet, gastos que no han bajado, al contrario, se elevaron”.

Por otro lado -agrega- también está el enfrentar el despido del personal que laboraba, en algunos casos desde hace 20 años.

Pablo explica que este tipo de giros ha sido uno de los más afectados durante la pandemia, pues aún con la reapertura de actividades no esenciales, este tipo de negocios sigue sin poder laborar ante la advertencia de multas y clausura.

“La autoridad amaga con cerrarnos, clausurarnos, ponernos multas y tener que pagar sin tener trabajo, no es posible”.

Las pérdidas económicas para esta familia han sido incuantificable y calificada como la peor crisis a lo largo de su historia. “Es la primera vez, después de 30 años de estar al frente del negocio. Es una crisis sin igual, sobre todo porque nosotros dependemos directamente de nuestro negocio. Hay que pagar colegiaturas, alimentación y todos los gastos corrientes”.

Pablo actualmente labora en un hotel propiedad de su madre, el cual tuvo que recortar al personal para mantenerse abierto y ser fuente de empleo para la propia familia. “Ahora estoy trabajando con mi misma familia, obviamente ya no se les dio trabajo a los trabajadores comunes porque nosotros tuvimos que ocupar el espacio. O comen ellos o comemos nosotros, esto es muy difícil, pero es una realidad”, destacó.

EL CIERRE DE NEGOCIOS

Al menos 100 comercios cerraron en ocho meses en la capital de Oaxaca

Aunado a las muertes generadas por la pandemia del virus SARS-CoV-2 (COVID-19), el cierre de establecimientos comerciales es la otra tragedia para muchas familias que perdieron su fuente de ingresos o empleo. 

Cámaras empresariales y comerciales estiman que, a lo largo de más de ocho meses de la presencia de contagios, al menos 100 establecimientos de comerciantes tuvieron que cerrar, migrar hacia actividades informales y en algunos bajar cortina de manera definitiva.

Calificado como uno de los mayores retos para el sector económico en toda su historia, quienes sobreviven lo hacen desde la incertidumbre y estimando que la recuperación económica podría tomar hasta cinco años.

A finales de marzo, el cierre de establecimientos comerciales no esenciales comenzó a ser una realidad en Oaxaca. A través de un mensaje, el gobernador Alejandro Murat Hinojosa anunció que Oaxaca se sumaba a las medidas establecidas por el Gobierno Federal para suspender de manera inmediata las actividades no esenciales en todos los sectores de la entidad conforme a la declaración de Emergencia Sanitaria que emitió el Consejo de Salubridad General (CSG) en el país.

En un primer momento, la medida se consideró para un mes, del 30 de marzo al 30 de abril, sin embargo, el crecimiento de contagios llevó a que las actividades económicas quedaran suspendidas durante tres meses consecutivos. La reapertura ocurrió hasta junio bajo presión del sector comercial con 20 establecimientos en quiebra.  

“El comercio ha tenido que cerrar, algunos en forma temporal y otros desgraciadamente en forma definitiva. Tenemos un cálculo aproximado de 10%. Al decir que algunos son eventuales y otros de forma parcial, de forma temporal, si calculamos que son un 10 por ciento de una cámara que aglutina más de mil empresas".

Calculamos unas 70 empresas definitivas y otros 30 temporales que esperamos que reanuden el próximo año”, señaló el presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios Turísticos (Canaco- Servytur), Ernesto Gutiérrez Jiménez.

DEL CRECIMIENTO AL DECREMENTO

De acuerdo con los resultados de los Censos Económicos 2019 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), antes de la pandemia en Oaxaca se contabilizaron 49 grandes empresas, 4 mil 572 pequeñas y medianas, así como 214 mil 555 micro. En la media nacional, las Pequeñas y Medianas Empresas representaban poco más del doble y las grandes 10 veces más de lo que hay en Oaxaca.

Si se ven las cifras por lo que ocupan los establecimientos por tamaño en la entidad, las pymes ocupaban en 2019 la mayor cantidad de personas; si se ve en el tiempo, las micro ganaron espacio al pasar de 70.4 al 72.8%.

En el caso del valor que agregan, los valores quedaron repartidos. En su caso las micro aportaban el 32.9%, las pymes el 38.8%  y las grandes el 28.3% . De la misma manera en los últimos cinco años anteriores a 2019 las microempresas ganaron terreno en crecimiento al valor agregado al pasar del 26.6 al 32.9%.

En contraparte, fueron las micro las que tenían el menor acceso a financiamiento con 13.3%, las pymes el 23.3 y en el caso de las grandes el 20.4%.

La presencia de la COVID-19 inevitablemente ha tenido incidencia en las cifras, por lo que actualmente el Inegi realiza el proyecto “Análisis demográfico de los establecimientos”, mediante el cual, y a partir de la radiografía que dejó el censo 2019, se conocerán cuántas unidades económicas y empleos se mantienen vivos y cuántos no sobrevivieron a la crisis.

Por otro lado, cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) muestran efectos de la pandemia por el cierre de negocios y disminución de plantillas laborales. Mientras que, en marzo, en el inicio del distanciamiento social había 216 mil 340 afiliados al IMSS, en junio el número cayó a 205 mil 143.

Si bien la cifra no es la más baja registrada en los últimos cinco años, el desplome sí es el más fuerte, ya que en febrero de este año el número de personas afiliadas al IMSS alcanzó la cifra más alta desde el 2016.

La pérdida de empleos formales se fue perdiendo mes con mes a medida que avanzaron los contagios y durante el tiempo en que los establecimientos comerciales se mantuvieron cerrados como parte de las medidas sanitarias. Así, mientras que en marzo el número de trabajadores fue de 216 mil 340, en abril cayó a 212 mil 199, en mayo a 207 mil 804 y para junio 205 mil 143, en suma, de marzo a junio una pérdida del 5.8%  de los empleos.

HASTA CINCO AÑOS LA RECUPERACIÓN

De acuerdo con el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Oaxaca, Alejandro Sánchez Díaz, la vacuna contra el virus SARS-CoV-2 no es una garantía del inicio de la recuperación económica para las empresas y establecimientos comerciales. La recuperación, dijo, podría darse cinco años después de que la pandemia sea controlada.

“Es el mayor reto que ha enfrentado el sector privado en toda la historia, no hay un parámetro o comparativo con una crisis anterior. Tal pareciera que se juntaron en este año una serie de noticias negativas”.

 El representante de cámara indicó que, ante esta situación, los establecimientos han tenido que ir adaptándose. Algunos tuvieron que dejar de estar en un local físico para hacer ventas sólo en línea, quienes tenían dos o más sucursales tuvieron que cerrar alguna, otros mudarse a espacios con rentas más económicas, mientras que algunos más suspendieron actividades pensando en reanudar el próximo año.