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Chilapa, el feudo de Los Ardillos

Detrás de las más de 170 personas asesinadas en Chilapa en lo que va del año, existe un apoderamiento de 10 municipios de la zona Centro-Montaña de Guerrero

Escrito en ESTADOS el

Guerrero (La Silla Rota).- Detrás de las más de 170 personas asesinadas en Chilapa en lo que va del año, existe un apoderamiento de 10 municipios de la zona Centro-Montaña de Guerrero del grupo de delincuentes Los Ardillos, encabezado por Celso e Iván Ortega Jiménez, según la evaluación de Siempre Vivos, organización que surgió entre la denuncia de desapariciones en 2015.

Chilapa es un municipio de la zona Centro del estado que realmente funciona como la puerta a la región Montaña, donde, de acuerdo al líder de la organización de desaparecidos, José Díaz Navarro, siembran la amapola que trafican Los Ardillos. Chilapa también conecta a otros municipios, y queda en un punto medio en las regiones Montaña y Centro.

El fiscal del estado, Xavier Olea Peláez, en varias declaraciones públicas dijo que la violencia e inseguridad en Chilapa tenía que ver con la disputa entre dos grupos de delincuentes: Los Rojos y Los Ardillos. Del 9 al 15 mayo de 2015, la cabecera municipal de Chilapa fue sitiada por civiles armados, periodo en el que Siempre Vivos documentó la mayoría de las más 100 desapariciones que tiene registradas.

Díaz Navarro tiene un juicio de los últimos hechos violentos en este municipio: Chilapa y nueve municipios más están dominados ya por Los Ardillos: Quechultenango (base del grupo armando de delincuentes), Mochitlán, Chilpancingo, Tixtla, Mártir de Cuilapan, Zitlala, José Joaquín de Herrera, Ahuacuotzingo y Atlixtac. "Manejan toda la compra de la goma que se produce ahí en la Montaña, desde Acatepec, Zapotitlán Tablas y Atlixtac, toda esta región productora de amapola", comentó en entrevista.

Su evaluación es que desplazaron al grupo de Los Rojos, liderado por Zenen Nava Sánchez, el mismo hombre de quien el año pasado el fiscal dijo al aire en un programa de radio de cobertura nacional, que lo tenía rodeado en una pozolería de la cabecera municipal de Chilapa, pero se le escapó. 

Chilapa

El líder de Siempre Vivos ubicó el inicio de este desplazamiento en mayo de 2015, con el ingreso armado a la cabecera municipal y la implicación de servidores públicos, como los policías municipales de Quechultenango y Mochitlán. También relacionó a la Policía Comunitaria por la Paz y la Justicia de Chilapa como un grupo armado de Los Ardillos; en esta policía están agrupados los líderes de los armados que sitiaron Chilapa en mayo de hace dos años.

Celso e Iván Ortega Jiménez son originarios de Quechultenango, un municipio que lo mismo conecta con la Montaña que región Centro. Son hermanos del líder perredista Bernardo Ortega Jiménez, ex alcalde de Quechultenango y diputado local por el distrito 14, que abarca una parte importante de la región Centro.

De banda a un cártel

Los Ardillos, para Díaz Navarro, pasaron "de ser una banda delincuencial local, a ser un cártel que se va expandiendo por el apoyo político y económico".

En las desapariciones documentadas por Siempre Vivos están las de Hugo y Alejandrino Díaz Navarro, hermanos del líder de la organización. Se los llevaron el 26 de noviembre de 2014 de un comedor de la zona rural de Chilapa, en la misma camioneta de uno de los hermanos del líder social o buscador de fosas (los familiares de desaparecidos también buscan a los suyos en fosas), la cual llegó hasta el centro de la cabecera municipal de Quechultenango, según indicó el GPS del vehículo.

Díaz Navarro está convencido de que en ese lugar de Quechultenango, o sea en pleno centro de la cabecera municipal, está el lugar en que trabajan los hermanos Ortega Jiménez, y que no es otra cosa que el centro de operacón de Los Ardillos. "Ahí tuvieron a mis hermanos, ahí tuvieron muchas víctimas (...). Está en Quechultenango, en pleno centro, el centro de operaciones y descuartizamiento; la cocina de drogas y cadáveres", agregó. 

La organización, de acuerdo al recuento que documenta por año, de enero al 8 de agosto pasado, asesinaron en Chilapa a 155 personas, pero de ese día a hoy la cifra se disparó a más de 170. Tan sólo el viernes pasado contabilizaron ocho personas del municipio asesinadas, entre ellas tres choferes del transporte público.

La organización echó a andar un movimiento denominado #Chilapa se levanta, con el propósito de visibilizar la situación del municipio a nivel nacional, sobre todo para alcanzar la mirada de organismos internacionales.