Main logo

Chiapanecos “se las ven negras” en tiempos de pandemia

Doña Maribel y Lupita son dos damnificadas de la pandemia por covid-19; ambas son sobrevivientes de una realidad que les ha quitado casi todo

Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- Desde hace cuatro meses, cuando la pandemia “aterrizó” en tierras chiapanecas, a doña Maribel Gómez Pérez le dieron las gracias en tres de las cinco casas a las que, desde hace varios años, llega para efectuar labores domésticas; en otra, le prometieron apoyarla con lo que sacaba en el día pero que se mantuviera en cuarentena, y en una más aún continúa y con ello es con lo que ha sobrevivido ella y su hijo.

También lee: Guardia Nacional y familiares, verdugos del personal del ISSSTE en Chiapas 

Sin embargo, la cruda realidad la alcanzó y ahora, Sergio, su hijo, tendrá que truncar por un momento el segundo semestre de la carrera de Derecho en una escuela particular, debido a que también él perdió su empleo con el cual sostenía sus estudios.

(Fotos Christian González)

Si con sus cinco patrones Maribel conseguía, al mes, alrededor de 4 mil o 5 mil pesos, en la actualidad apenas raya en los 2 mil por ese mismo lapso, lo que es casi imposible para sostener su hogar en la colonia San José de esta ciudad capital.

“Me da miedo salir, solo lo hago porque tengo que comer, pagar los servicios como agua, luz; de hecho, tengo que tener como 200 ó 300 pesos cada 15 días, al menos, para comprar una pipa de agua, porque casi no nos llega el servicio”, advierte la mujer de 54 años de edad, originaria de Ocosingo, en la región Selva de Chiapas.

Lo que más lamenta, advierte, es que dos de sus patronas no la hayan apoyado con nada, “ni una despensita”, lo mismo que en otra vivienda a la que acude, cuyos dueños se contagiaron de coronavirus y apenas “la están librando”, aunque ella no quiere llegar porque tiene miedo de que también se enferme.

La jefa que me ayudaba con lo que ganaba de por sí cuando acudía a su casa, me dejó de depositar desde hace como 20 días, y pues sobrevivo con mi única patrona, quien me paga por mi trabajo, por cada mandado que hago, y aparte me da cositas para que lleve a casa

Números rojos

No obstante, las cifras negativas en materia de empleo no son nada alentadoras para los chiapanecos. De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en los últimos meses se registró una baja considerable en el número de asegurados: de los 227 mil 204 trabajadores en esa condición en Chiapas, se perdieron casi 7 mil.

En ese sentido, la entidad chiapaneca ocupa el sitio número 25 a nivel nacional, “muy por debajo” de la media, y solo supera a Oaxaca, Morelos, Zacatecas, Tabasco, Baja California Sur, Guerrero, Nayarit, entre otros. Es decir, esta “caída” representa un aproximado de -3.07 puntos porcentuales.

Sin embargo, el panorama es más incierto de lo que parece: de acuerdo con un estudio efectuado entre junio y lo que va de este mes de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en esta entidad sureña, el Producto Interno Bruto (PIB) local tendría una caída histórica y “complicada de superar” para este año de -35%.

Lo que más preocupa, se advierte, es que poco más de 23% de empresarios encuestados por ese organismo advirtieron que, de diciembre del año pasado a la fecha, han perdido a más de la mitad de sus empleados, el 18% entre 16% y 30%; el 28% advierte que entre 1 y 15 puntos porcentuales y solo 23% aseguró que no “le ha mochado” a la nómina.

Para “colmo”, el sector turístico, el más importante para Chiapas pues, según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) de ese rubro depende la mayoría de las familias, está prácticamente “en la lona”: solo en lo que respecta a las vacaciones de Semana Santa pretéritas sufrió una caída de más del 90%, equivalente a una pérdida de 3 mil 782 millones de pesos, comparado con el mismo lapso de 2019.

Con base en un informe de la Secretaría de Turismo, se advierte que incluso se registró el cierre de casi 200 hoteles y una merma en el arribo de paseantes de hasta 98%. Es decir que de los 979 mil turistas que recibieron en ese periodo del año pasado, para este 2020 apenas llegaron a 19 mil, con una derrama irrisoria de 157 mdp.

“Mis papás están enfermos y apenas saco 100 pesos al día”

Todos los días, de 6 de la mañana a 10, 11 o a la medianoche, María Guadalupe Rodas Balbuena se sube a un taxi y recorre casi toda la ciudad tuxtleca en busca de pasaje para, con ello, obtener por lo menos 100 o máximo 200 pesos diarios, lo que es “muy poco” debido a que no solo tiene que mantenerse ella, sino a sus padres.

Aunque de alguna forma “se quitó un peso de encima” porque su hija e hijo ya están casados, afirma que gracias a que desde hace 25 años labora en el transporte público es como ha podido obtener sus cosas, incluida su licenciatura en Derecho y una maestría en Medios Alternativos y Solución a Conflictos.

Si de por sí antes era complicado “sacar la cuenta”, advierte que con la pandemia la situación económica es cada vez más adversa, “mis papás están enfermos… por ejemplo, mi madre está discapacitada por un evento vascular cerebral; por eso requieren de apoyo, y aunque reciben uno de un programa gubernamental, es insuficiente”.

A pesar de que a Lupita, como la conocen de cariño, no está acostumbrada a estirar la mano para que le den dinero regalado, externa que en estos momentos un apoyo no les caería nada mal.

“Me gusta mucho defender a las mujeres, por eso cuando concluí mi carrera, hace como dos años, acudí ante la Fiscalía de la Mujer para que me dieran un puesto, pero no me llamaron, aunque a veces litigo para sacar un extra”, confiesa María, quien tuvo que sacar de su bolsa para blindar la “unidad” que conduce para que no la contagien de virus.

La madre de cinco décadas de edad y oriunda de esta capital se estaciona a diario en el sitio de taxis de una conocida plaza comercial de Tuxtla, en donde en ocasiones espera hasta dos horas para que alguien la aborde, lo que para ella también representa un alto riesgo de contagio, pero no le queda de otra porque, sin duda, lo necesita.

“Por eso ando bien equipada: cubrebocas, guantes de látex, careta, gel antibacterial, líquido sanitizador, porto agua y jabón líquido para lavarme las manos de forma constante”, puntualiza quien, a pesar de que ya tiene casi tres décadas en el volante, aún no es retribuida con una concesión de taxi.

A pesar del negro panorama, Lupita no deja de sonreír y, de vez en cuando, soltar un chascarrillo: “Así como me ves, le doy buena cara a la vida, tan es así que me buscan los muchachitos (en referencia a que la intentan enamorar), pero les digo que no puedo, que podría yo ser su mamá (se ríe)”.