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Caravanas “hormiga”, nueva forma de haitianos para burlar a la migra en Chiapas

Denuncian migrantes abusos por parte de transportistas, hoteleros o comerciantes

Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- Desde hace una semana, Ocozocoautla de Espinosa ha sido uno de los municipios clave de Chiapas a donde llegan cientos de migrantes, sobre todo cubanos y haitianos, en su andar hacia los Estados Unidos; sin embargo, se han “topado” con otro tipo de abusos, como el exceso en la tarifa de transporte para ser movidos de un lugar a otro, pese a que son trayectos cortos.

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Júnior, su esposa e hijo de 6 meses de nacido no solo tuvieron que sortear la seguridad implementada por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Guardia Nacional (GN) cuando avanzaban en caravana, sino que desembolsaron una suma considerable de dinero para “escalar” hacia esta localidad, ubicada a poco más de 20 kilómetros de la capital de esta entidad del Sureste mexicano.

El varón de tez negra, de 24 años de edad, muestra un mensaje que le enviaron a su teléfono celular, hace unos días, desde la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) en Tapachula, en donde les advierten que les tendrán que reagendar el trámite como refugiados por la “gran cantidad de solicitudes”, lo que los obligó a no esperar más.

Luego, confiesa que los abusos en contra de ellos son muchos, pues para que los trasladaran de Villaflores a Ocozocoautla tuvo que erogar cerca de 4 mil pesos, a pesar de que la distancia es de alrededor de 50 kilómetros.

No obstante, su recorrido arrancó en Tapachula, después pasó por Huixtla y Motozintla, para seguir por Frontera Comalapa, Chicomuselo, La Concordia, Independencia y de ahí a Villaflores, donde gastó otra importante suma de efectivo. “La gente nos aprovechó (sic), porque si un pasaje vale 50 pesos, nos piden 5 mil por persona”, revela.

INCERTIDUMBRE

En varias calles de este poblado, al menos medio millar de haitianos esperan la salida de los colectivos de pasaje que viajan a Malpaso, a poco más de una hora de distancia, donde tienen dos opciones: subirse en lanchas o tomar otros vehículos que se dirijan hacia Las Choapas, Veracruz.

Mientras permanecen sentados en alguno de los parques o aceras del sitio, grupos religiosos o de ciudadanos altruistas se acercan para llevarles tortas, botellas de agua y ropa.

Tras sacar dinero de sus propias bolsas o del apoyo que recibieron de amigos o patrones, Aberlaín Argüello Pérez, su cuñada y una hermana entregan alimentos y aguas frescas a un grupo de haitianos que aguarda cerca de una terminal de transporte de pasaje. Esta misma acción la han repetido desde hace al menos cinco días.

Sabemos cómo viene esta gente; lo que sufrieron con el terremoto, con el asesinato de su presidente, y con toda la inseguridad y pobreza que viven allá”, manifiesta quien, asimismo, exhorta a más gente a ponerse la mano en el corazón para “darle un poco de aliento” a los migrantes

A la espera de recabar más dinero y continuar su camino, Júnior, de nueva cuenta, confiesa que la travesía es complicada, pues en Huixtla perdió comunicación con otros cinco amigos haitianos; “no sé dónde están, al parecer les robaron sus teléfonos, todo; de hecho, hasta los golpearon, no sé de ellos desde hace como 8 días”.

Incluso, lamenta que, esta noche, tendrán que pernoctar en la intemperie porque ya no tiene dinero y sobrevive con lo que la gente les da, pues no consiguen empleo.

Dentro de los grupos de haitianos que deambulan por estas tierras, se observa a una gran cantidad de niños, niñas y adolescentes. De acuerdo con la Comar, la cifra de NNA haitianos solicitantes de refugio en Tapachula, al cierre de agosto de este año, alcanzó los 3,656. Honduras encabeza la lista con 5,202.

ACCIONES DE DESESPERACIÓN

Este lunes, en Tapachula, cientos de migrantes, la mayoría provenientes de Haití, se manifestaron y, a la vez, se declararon en ayuno total para presionar a las autoridades para que les agilicen sus documentos y que su estancia en el país sea legal.

De hecho, se ampararán de forma colectiva para continuar su recorrido en caravanas; para ello, cuentan con el respaldo de los activistas Luis García Villagrán, del Centro de Dignificación Humana, AC, e Irineo Mujica, de Pueblos sin Fronteras.

Sin embargo, a Ocozocoautla siguen llegando más migrantes; las calles y los pocos hoteles o posadas que existen allí están poblados de ellos.

“El problema es que para que te renten un cuarto de hotel te cobran 600 pesos la noche y solo permiten dos personas, lo que es increíble”, asevera otro haitiano, quien de igual forma busca el sueño americano con su esposa e hijo.

Mikel, quien dejó a sus dos pequeños hijos en Haití para moverse con su pareja a EU cuestiona que, donde quiera que pasan, les vendan la comida u otros productos de primera necesidad al doble, triple o más.

Como ejemplo, enseña una botella de agua de medio litro y asegura: “Como ves, una igual me la dieron en 25 pesos (en Villaflores)”.

A pesar de todas las vicisitudes, en una de las terminales de transporte que se dirigen hacia Malpaso hallaron el alivio: para llevarlos les cobrarán la cuota normal, 50 pesos; sin embargo, hay otros choferes que les demandan más de mil o 2 mil pesos, con el argumento de que tienen que “mocharse” con autoridades del INM para que los dejen continuar.

“Los conductores dicen que les tienen que pagar a los policías, durante el camino, por eso nos han pedido hasta 5 mil pesos por cada persona, pero esto es un abuso; ¿por qué tenemos qué pagar tanto?”, revela otro indocumentado haitiano, quien hace dos meses salió de Chile, país sudamericano, donde permaneció por casi tres años y era imposible obtener un documento que acreditara su legal estancia.

Patricio, taxista de sitio del Parque San Antonio en esta misma ciudad, donde descansan y prueban alimentos un grupo de 30 migrantes, lamenta que haya compañeros que abusen en el cobro de sus tarifas.

“A nosotros nos prohibieron subirlos, nos dijeron que nos sancionarían, pero hay otros que se abusan”, advierte, tras señalar a los choferes de la modalidad de transporte conocida como mototaxi, quienes incluso violan la ley al invadir carreteras federales para sacarle provecho, a la mala, a la migración.

Acusa que le cobran de 100 hasta 250 pesos a un indocumentado para moverlo en la misma zona, en un lugar conocido como El Carrizal, cuando la cuota normal es de 10 pesos por usuario.

Pero advierte de otro problema: autos particulares también “hacen su agosto”, debido a que ven en los haitianos a un blanco fácil para obtener dinero.

En esta ciudad de al menos 85 mil habitantes, aún no se percibe la presencia del INM o de la GN, sino solo patrullas de la Policía Municipal que efectúan sus recorridos rutinarios, pero no increpan a quienes van de paso, y sin documentos.

Para otros habitantes, es urgente que se adecuen espacios para que los migrantes pasen la noche, como el Auditorio Municipal; sin embargo, esto sigue como parte de una propuesta ciudadana.

“Nadie lo ha hecho, no sé qué esperan”, critica Aberlaín, el ciudadano ocozocoautlense altruista, mientras le ofrece tortas y refrescos a una familia de la isla caribeña que está sentada en una banqueta.


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