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Buscan a sus hijos entre cuerpos de fosa

Familiares de personas desaparecidas, acudieron a Cosamaloapan para identificar si entre las víctimas de la fosa hallada en Veracruz, se encuentran sus hijos, primos o hermanos

Escrito en ESTADOS el

Veracruz.- El rumor sobre el hallazgo de un cementerio clandestino corrió como pólvora en pueblos y congregaciones de la Cuenca del Papaloapan. Movidos por la esperanza de enterrar a sus muertos, decenas de personas emprendieron horas de viaje, desde pueblos y congregaciones de esa calurosa zona del sur del estado, para buscar a sus seres queridos desaparecidos.

Aunque las autoridades locales sólo reconocen en la región una persona extraviada, la realidad dista mucho de las versiones oficiales. Con fotografía en mano llegaron hombres y mujeres exigiendo ver los cadáveres exhumados en el rancho El Diamante, en los límites con Oaxaca.

El hermetismo de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) ha dado lugar a una equivoca cifra de muertos. Desde el lunes se hablaba del hallazgo de una fosa con por lo menos siete cuerpos. Fue el miércoles por la mañana que Arturo Herrera Cantillo, subprocurador en el centro de la entidad, cerraba la cifra a 28 víctimas.

Sin embargo, más tarde, el número subió a 30, otros daban por hecho que son 31; lo cierto es que la noticia generó zozobra y destapó la cloaca sobre el indeterminado número de desaparecidos en la región de la Cuenca del Papaloapan, compuesta por más de 22 municipios asentados a orillas del Río Mariposas y muy cercanos a Oaxaca.

Francisca García es una de las personas que llegó a buscar a su hija. Con una fotografía en mano, pidió que la dejaran pasar a la morgue para tratar de identificarla. No tuvo suerte. Los restos ya están muy lejos.

Hasta el jueves, siete cuerpos estaban reclamados por sus seres queridos, todos vecinos de la ciudad de Cosamaloapan. Los restantes fueron enviados al Servicio Forense en la ciudad de Xalapa, a unas cinco horas de Tres Valles.

Por grupos, la gente arribaba al antiteatro con la misma encomienda que Francisca. Como si fuera un protocolo, todos, por varios minutos, se arremolinaban a las afueras del lugar hasta que alguno, el más valiente, entraba para pedir informes y tratar de encontrar a hijos, hijas, novios, novias, sobrinos o tíos.

Son reservados, no quieren hablar con la prensa, confiesan bajo murmullos que tiene temor. La mayoría carga bolsitas llenas de fotografías de su familiar lo que delata su misión.

Y no es para menos, en Tres Valles hasta la máxima autoridad fue víctima del crimen organizado. Marcos Nelson Cano Ramos, alcalde de esa localidad de apenas 30 mil habitantes, estuvo secuestrado en el 2013.

Quizás, ante el miedo de vivir bajo esas condiciones es que también es recio a hablar con reporteros. Camina por el pueblo siempre escoltado por tres guardaespaldas.

“Si eso le pasó al presidente municipal qué pueden esperar los demás”, murmulla una persona, de las que estaban concentradas en las puertas de la morgue.

Pese a eso, a regañadientes de los demás, Francisca García, tomó valor y relató que su hija Wendy desapareció en marzo. No sabe nada de ella y su desesperación la ha llevado a buscarla entre los muertos de la fosa clandestina.

Aunque el resto le señalaba que bajara la voz, que era mejor quedarse callado por el bien de todos, ella insistió “ya estoy harta, es mejor reclamar para que nos hagan caso”.

Ante la insistencia del resto, contuvo de nueva la ira y volvió a callar, antes advirtió que no le importa viajar hasta Xalapa para verificar que el cuerpo de su hija no está entre los muertos de la fosa de El Diamante.

 

srv