Main logo

"Buscamos trabajo digno, afuera sólo hay delincuencia"

Marcelo quería ser policía de Veracruz. Al igual que 200 cadetes amaneció con la noticia de que no pertenece más a la Academia Estatal

Escrito en ESTADOS el

Marcelo tiene 18 años y quería ser policía de Veracruz. Al igual que 200 cadetes amaneció con la noticia de que no pertenece más a la Academia Estatal de El Lencero. Hoy, el adiestramiento policial es su patrimonio para una recién nacida. Probará suerte en la calle. Aunque confiesa: “Venimos buscando trabajo digno, allá afuera solo está la delincuencia”.

“Yo me esforcé y saqué buenas calificaciones. Todavía ayer nos llevaron a una galería como premiación al excelente aprovechamiento. Regresamos y nos dicen que estamos dados de baja sin presentarnos un papel que compruebe que no somos aptos. Personalmente estoy decepcionado, yo esperaba otra cosa de la policía, yo venía con la intención combatir a la delincuencia”. 

Es el sentimiento que expresa el joven padre de familia originario de Tuxpan, una de las ciudades con mayor presencia delictiva en Veracruz. Su tono de voz ahora es agresivo; ha perdido el respeto a la institución y no guarda la posición de firmes. El objetivo de ver su cuerpo lánguido en un uniforme azul se ha deteriorado. “Nos cortaron las alas”, insiste.

Marcelo Hernández Reynaldo es su nombre y tampoco le da miedo identificarse. Apenas terminó su servicio militar en el Ejército Mexicano, se entusiasmó con la convocatoria de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), publicada el 23 de enero de 2017. Solicitaban nuevos elementos y con mejores salarios. “Creí que era mi oportunidad pues allá en Tuxpan no hay trabajo. Y me animé”, recuerda.

El 25 de enero molestó a sus padres, amigos y conocidos para completar el costo de su pasaje Tuxpan – Xalapa. Dos mil pesos consiguieron. Con ello entregó sus documentos en la academia policial. “Vi cómo y hasta comprobé que no debo en el buró de crédito”, fustiga Marcelo con la mirada fija en sus botas de casquillo.

Cumplidos dos meses de espera, el 26 de marzo de 2017 Marcelo fue aceptado como becario y debía presentarse al día siguiente. “Otra vez conseguí el dinero como pude, empaqué mis cosas y me vine. Como todos los compañeros llegué emocionado, en mi caso por mi hija, pero todos tenemos objetivos, tenemos familia”, comparte el entrevistado.

Al igual que el resto de la generación 18, gastó en cinco playeras blancas, tres pantalones de mezclilla, mochila. Unos mil 800 pesos, calcula Marcelo. De acuerdo con los directivos de la academia, dicha inversión la recuperarían en los próximos 90 días, con una gratificación de 14 mil pesos, aproximadamente. 

Y con ese acuerdo entre policías y estudiantes, Marcelo confío en la palabra de los directivos. Pasó por las pruebas médicas, por entrevistas, exámenes de control y confianza. “A todos nos preguntaban que, si trabajábamos con la delincuencia organizada, yo les insistía que venía en busca de un trabajo digno”, recuerda el joven.

Las pruebas finalizaron y el contingente de 300 cadetes no sufrió bajas. Luego llegó la experiencia de los jóvenes con el armamento de las fuerzas estatales. Durante seis semanas activaron hasta seis tipos de calibre: R15, Beretta, PX4, G3, Gali, Fal. Dominio de armas que complementaron con actividades físicas en el agua, en la tierra y en el lodo.

“Nuestros objetivos se los chingaron en una noche”

Faltaban dos días para que Marcelo recibiera su primer pago como becario, estimado en los 14 mil pesos. El director Julio César Sosa Mirós, llamó a un grupo de 185 jóvenes y con una instrucción acabó con el semblante de entusiasmo de los cadetes.

“Nos dijo que teníamos que desocupar la academia porque reprobamos los exámenes de control y confianza. Incluso el director dijo que ‘ni modos que todo mundo reprueba exámenes una vez en su vida’ pero cómo nos íbamos a ir a nuestras casas si no nos habían pagado. Todos desocupamos los dormitorios, hasta un chavo que tenía fiebre”, recrimina Marcelo

De acuerdo con compañeros de Marcelo (procedentes de Córdoba, Coatzacoalcos, Poza Rica, Yucatán, Oaxaca, Puebla), hubo a quienes “ni siquiera nos hicieron la prueba de confianza y así nos reprobaron. Estas personas, según el director, a simple vista se veían desconfiables”.

Ante estos hechos, Jaime Téllez Marié, titular de la SSP, aseguró que el director de la institución, Julios César Sosa Mirós será cesado de su cargo y que el pago a los becarios se verá reflejado el 30 de junio de este año. Sobre la reprobación masiva de estudiantes, que policías en activo aseguran fue excesiva no habló al respecto.

“Pedimos al secretario que cumpla lo que tanto prometió el gobernador; según contrataría más policías, según habría más oportunidades. Que ya no sigan engañando a más jóvenes. Ahorita al personal que corren sabe el manejo de armas, las claves que ocupa la SSP, ¿esas técnicas para qué lo vamos a ocupar si allá afuera no hay trabajo? Solo está la delincuencia”.

lra