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BAJA CALIFORNIA: A Marina del Pilar, Morena la encumbró en cinco años

En cinco años, Marina del Pilar Ávila, casada con un panista, pasó de colaborar en un Distrito electoral federal, a convertirse en la primer gobernadora de BC

Escrito en ESTADOS el

TIJUANA.- A Marina del Pilar Ávila Olmeda, la gobernadora electa de Baja California, Morena le ha sonreído como a pocos militantes de ese partido en su carrera política.

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En apenas cinco años pasó de colaborar en el Distrito electoral federal 2, a convertirse en la primera mujer que gobernará el estado en lo que será la administración número 37 en la historia de esta península.

La “Cachanilla”, nacida en 1985, se unió al partido del Presidente Andrés Manuel López Obrador en 2016, y bajo sus siglas fue candidata a diputada local, diputada federal, alcaldesa de Mexicali y ahora será gobernadora.

Y aunque comenzó fracasando en su intento de ser diputada en el estado, eso no la dejó fuera de la legislatura, porque fue contratada como secretaria técnica del grupo parlamentario de Morena.

De acuerdo con datos de la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT), recibió un sueldo mensual bruto de 40 mil 573 pesos, más aguinaldo de 77 mil 681 pesos, y desde allí su tren ya no se detuvo.

En la elección del 2018, sobre la ola en favor del proyecto lopezobradorista, Marina del Pilar se convirtió en legisladora federal, aunque solo fue por seis meses.

Empezando 2019 pidió licencia, dejando a su suplente Martha Lizeth Noriega Galaz, y se fue a buscar la alcaldía de su ciudad, la capital del estado.

Ganó la elección y comenzó su gobierno en octubre de ese año, pero tampoco terminó el encargo porque en febrero del 2021 nuevamente pidió licencia, ahora para convertirse en candidata a gobernadora.

El rápido ascenso político de Marina del Pilar, para el analista Benedicto Ruiz Vargas, no obedece tanto a la construcción de un proyecto, sino más bien al azar con eventos como haber conocido en el Congreso federal a Mario Delgado, hoy dirigente nacional de Morena.

“Estableció un vínculo político que le permitió posicionarse mejor que otros cuadros políticos en Baja California en la lucha por el poder local”.

Otro elemento azaroso, continúa, es que el partido no tenía muchos perfiles para elegir a su representante para la contienda.

Por eso mismo califica su caso como “raro” y “extraordinario”, porque no se abre paso a la gubernatura por una militancia destacada ni por un gran papel en la administración pública, aunque sí tiene habilidades para venderse mercadologicamente. 

“Es muy joven, es novata en la política. No mostró habilidades en la campaña, se ve que no trae nada atrás. No proyecta ideas y un sentido de la gobernabilidad”, sostiene.

Y a ese dicho lo respalda el hecho de que durante la campaña todos los actos de Marina del Pilar estaban prediseñados para no enfrentarla a escenarios desconocidos, al grado de dar prioridad a las entrevistas de los medios de comunicación que enviaban sus preguntas por adelantado. 

PREPARACIÓN ACADÉMICA Y SERVICIO PÚBLICO

Antes de sumarse a Morena, Marina del Pilar solo había laborado en el servicio público una vez, de acuerdo con la ficha curricular de la LXIV Legislatura federal, donde la gobernadora electa aparecerá hasta el próximo 31 de agosto como diputada con licencia.

Era 2012, fue en la Secretaría Nacional de Seguridad, y ella fungió como Enlace de la Secretaría de Gobernación para Apoyo y Seguimiento al extinto Subsidio para la Seguridad Pública de los Municipios (Subsemun).

Y aunque en el portal del Ayuntamiento de Mexicali, donde aún se puede revisar su presentación como alcaldesa, también hay registro de “labores en el Poder Judicial Federal”, nada dice sobre el periodo o las actividades que realizaba, y lo mismo ocurre cuando refiere haber iniciado sus actividades en Morena “desempeñando labores” en el distrito electoral federal 2.

Pero todavía mucho más atrás de su salto al gobierno, Marina del Pilar cursó una licenciatura en derecho (2004-2009), y dos maestrías: una en derecho público (2010-2011), y otra en administración pública (2014-2016).

Con esos estudios, durante su breve paso por la cámara baja, presentó 15 iniciativas propias, de las que 2 fueron aprobadas, 6 desechadas y hay 7 pendientes, según los datos públicos de la legislatura.

Benedicto Ruiz ve en esa preparación académica una formación panista, partiendo de que estudió su licenciatura en Cetys Universidad, un plantel privado que fundaron empresarios bajacalifornianos como una opción para que sus hijos no partieran a Ciudad de México o al extranjero para prepararse.

“La mayoría de los panistas bajacalifornianos estudiaron en el Cetys, Administración Pública. Porque es muy propio de la visión empresarial. Significa que conciben el gobierno como una esfera en la que se pudiera intervenir como en una empresa”.

En cuanto a su labor en el Ayuntamiento de la capital, Benedico Ruiz no encuentra gran cosa para recordar.

“El parámetro es el papel, el liderazgo que ejerzas. No es si hiciste cuatro calles, si tapaste baches. No, sino si tienes empuje que indique que tienes un proyecto más amplio. Eso no lo tiene Marina”, afirma.

DE SU VIDA PÚBLICA

Una parte de la vida privada de Marina del Pilar está inevitablemente vinculada a su actividad pública: su matrimonio con el ex candidato a la alcaldía de Tijuana por el Partido Acción Nacional (PAN), Carlos Alberto Torres Torres.

“Ese es un antecedente muy malo para Marina, perjudica totalmente el proyecto de Morena. Porque una cosa es que le abras la puerta a ex panistas, y otra cosa es tratar de poner el sello de lo que significa la Cuarta transformación. Son dos cosas y a ese panismo no le interesa la Cuarta Transformación”, opina Benedicto Ruiz Vargas.

Impuesto por el Presidente Felipe Calderón Hinojosa, padrino de su primer matrimonio, el mexicalense Torres Torres fue la apuesta para renovar al PAN en el Ayuntamiento de Tijuana, pero cayó sorpresivamente ante el priísta Carlos Bustamante Anchondo que gobernó entre 2010 y 2013.


Carlos Alberto Torres Torres. 

Ya en 2019, Carlos Torres formó parte del grupo de legisladores expulsados de acción nacional por apoyar desde el Congreso de B.C la “Ley Bonilla” con la que el ahora gobernador saliente pretendía aumentar su gobierno de 2 a 5 años.

Benedicto Ruiz augura que en ese ambiente habrá presión de panistas que ven en Carlos Torres Torres la posibilidad de regresar a las mieles del poder perdidas con la debacle de su partido en 2019, cuando Morena les ganó todas las posiciones.

Por eso cree que habrá muchas dificultades para que la futura gobernadora desarrolle algún plan de trabajo.

“Morena está deshilachada, y eso le va a afectar a Marina, porque no tiene un grupo de poder aquí. No hay una transición de Bonilla a Marina, no es el mismo grupo”.

Todo sin descontar que la mitad de su gobierno coincidirá prácticamente con la sucesión presidencial.

“Yo no le veo habilidades políticas. La vi durante la campaña, sigue un guión preestablecido, no la veo con iniciativa propia. Su desenvolvimiento no te habla de una persona con poder”, remata el analista Benedicto Ruiz.

esc