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Atlixco lloró, San Miguel se quedó en espera

Tras la devastación que dejó el temblor del 19 de septiembre, la máxima celebración Huey Atlixcáyotl fue suspendida

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Puebla (La Silla Rota).- El Festival del Huey Atlixcáyotl desapareció, igual que algunos de sus habitantes, de sus inmuebles y de los colores que caracterizan a la llamada ciudad de "Las Flores" llena de invernaderos.

Tras la devastación que dejó el temblor del 19 de septiembre, cuando al menos cinco personas perdieron la vida en Atlixco, las autoridades municipales determinaron suspender la edición 52 del festival programado para este domingo.

Hoy, no hubo ríos de personas subiendo al cerro de San Miguel para realizar la fiesta profana que congrega a las etnias de la entidad. Hoy, el Arcángel observó desde el cerro que lleva su nombre y tiene la mejor vista al Pueblo Mágico, lo que se esfumó.

Habían estimado una derrama económica de 9 o 10 millones de pesos con la visita de unos 30 mil turistas. Sin embargo, al igual que parte de sus edificaciones, todo desapareció en menos de un minuto, lo que duró el sismo.

"Los Voladores" de la Sierra Norte no fueron el atractivo, sino los restos de algunas casonas derrumbadas por la fuerza de la naturaleza.

Atlixco recibió más que turistas a curiosos que se brincaban las cintas de peligro para poder observar de cerca el desastre.

En lo que queda del Hotel Olinalá, destaca en la parte superior una cabecera empotrada a la pared, mientras algunas personas continúan con la limpieza del inmueble.

 

Distinta es la historia de la tienda 3B donde todo sigue igual y en la parte interna los escombros no han sido removidos. Ahí una mujer y un menor perdieron la vida. Los vecinos indicaron que un poste se vino abajo, le cayó encima junto con el muro y nada pudieron hacer.

El Centro Cultural está sin vida. Parte de sus muros enterraron a una funcionaria municipal y a su asistente.

Aunque en el Zócalo hay movimiento, la mayoría de los comercios permanecen cerrados a excepción del portal Hidalgo.

Solo el mercado no perdió su esplendor y el olor habitual a cecina.

Irónicamente el comercio abierto ya se prepara para la festividad de muertos, se pueden adquirir catrinas en diferentes presentaciones.

Quizá para noviembre, solo quizá, Atlixco esté listo, para rendir culto a la muerte. 

kach