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Aprovechan vacunación para vender sombrillas; “me quedé sin trabajo"

Desde el lunes, José Antonio y Luis Ángel vendieron sombrillas y bancos a adultos mayores o sus familiares que hicieron fila afuera de la feria de Pachuca

Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.- José Antonio y Luis Ángel llegaron desde las siete de la mañana al estacionamiento de la Plaza de Toros de Pachuca para recoger sombrillas y bancos que más tarde ofrecieron en las filas alrededor de las instalaciones de la feria, donde se efectúa el último día de vacunación para adultos mayores que viven en la capital de Hidalgo.

Aunque este viernes no fue especialmente bueno para las ventas como en días pasados, cuando los bancos y sombrillas se convirtieron en artículos de primera necesidad para los adultos mayores o sus familiares que esperaron hasta cuatro horas para acceder al segundo filtro de la vacunación.

Ahí la llevamos, aún es temprano (9:30 horas), y aunque aún no hemos vendido ni una sombrilla, aquí estaremos hasta tarde, dependiendo la gente, aunque ahorita casi no hay mucha gente formada en las filas y van pasando muy rápido".

José Antonio y Luis Ángel son primos, tienen 17 y 15 años de edad y ninguno de los dos estudia. Ambos vieron una oportunidad de ganar dinero trabajando para un hombre que les entrega la mercancía y que ellos ofrecen.

Viven en la colonia Guadalupe, atrás de la preparatoria 4, de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).

Entre lunes y jueves las ventas fueron buenas, mil 500 pesos por día. Sin embargo, solo se quedarán con una parte, todavía no saben cuánto les tocará ya que no acordaron un salario diario con la persona que les provee de los accesorios para el sol. El dinero va a ser para sus familias.

Las sombrillas sencillas están en 50 pesos y las dobles en 100 pesos. Los bancos, que son armables (de plástico) igual están en 100 pesos. Nosotros nos mandan a ofrecerlos en las filas, aunque esta vez no hay mucha gente".

José Antonio dejó la escuela secundaria para dedicarse de lleno al trabajo, pero quedó desempleado en diciembre de 2020.

Me despidieron de un almacén de productos lácteos. Ahí trabajaba de ayudante en general, como el patrón se enfermó de covid-19 y bajaron las ventas, pues me dieron las gracias”.

Mientras que para Luis Ángel la venta de sombrillas es su primer empleo.

Esto de la venta de sombrillas y bancos es mi primer trabajo, tampoco ya no estudio y el dinero que me dan se lo doy a mi mamá, pues ella no puede tapar por la pandemia”.

FUE RÁPIDO

Mientras que la vacunación ágil implica bajas ventas para los muchachos, es un alivio para los adultos mayores que hacen fila.

Cornelia Terecita de Jesús Monzalvo, de 69 años de edad es vecina del barrio de El Arbolito. Tardó 45 minutos en todo el proceso de vacunación. Llegó a formarse a las 8:15 de la mañana y salió a las 9:00 horas.

Fue muy rápido, prácticamente 45 minutos desde que ingresamos hasta que salimos. Hay que tomar en cuenta los 30 minutos de espera de observación para ver si no hay reacción de la vacuna”.

Terecita salió del módulo de vacunación sentada en una silla de ruedas empujada por su hija, quien comentó que no la registró la plataforma de internet.

Creo que estuvo mejor, pues según veíamos en las noticias que los demás días (de lunes a jueves) hubo mucha gente”.

La adulta mayor dijo que el piquete duele, pero no presentó ninguna reacción.

Me dolió poquito por el piquete. Me dijeron que sí me sentía mal, levantara la mano para que los doctores me fueran a atender si es que tenía alguna reacción, pero hasta ahorita me siento bien y tranquila, porque es una vacuna que nos va a proteger, aunque no debemos de bajar la guardia”, indicó Terecita de Jesús.

Entre el 8 y 12 de marzo, más de 40 mil adultos mayores fueron inoculados con la vacuna Pfizer por personal de salud, pasantes y voluntarios.

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Durante los primeros días hubo errores en la logística que se tradujeron en horas de espera para la población de más de 60 años de Pachuca o sus familiares, una excelente oportunidad para la vendimia.

Pues además de sombrillas y bancos, los ambulantes ofrecían comida, pastes, tamales y tacos, cubrebocas, caretas de policarbonato, bancos de plástico y de madera y bolígrafos de tinta negra y azul para llenar los formularios.

sjl