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Ana busca a su hijo en desierto de Sonora; video de su muerte le dio la pista

Marco Antonio había sido deportado de EU y en un video, presuntamente, se observa como es golpeado y asesinado por jóvenes sicarios

Escrito en ESTADOS el

“¡Échamelo al hoyo!… ¡échale tierra tápalo!”, se escucha gritar a un joven sicario en un video donde, después de golpear a Marco Antonio Durán, lo asesinan a sangre fría. Al hoyo se refieren a una fosa clandestina, y a fosa clandestina se refieren al gran desierto que rodea el municipio de San Luis Río Colorado.

Ahora, su madre, Ana López busca los restos de su hijo de 29 años, con apoyo de colectivos de madres buscadoras.

Marco y Ana son originarios de Guanajuato, pero hicieron su vida en Estados Unidos. Sin embargo, desde hace más de un año y medio, el joven vivía en San Luis Río Colorado, municipio ubicado al norte de Sonora, frontera con la ciudad de Yuma, Arizona. Había sido deportado.

Desde el pasado 14 de agosto, la señora Ana perdió el contacto con su hijo. No contestaba las llamadas a su celular y nadie sabía nada de él. Por eso, le pidió el favor a una amiga para que fuera a visitarlo a su casa.

Pero, cuando llegó encontró la casa vacía y las puertas de par en par. Las mascotas de Marco, unos perros pitbull estaban afuera, nadie les había dado comida.

Al saber esto, Ana cruzó a México para buscar a su hijo: le preguntó a los vecinos si sabían algo de él, fue con las autoridades para que lo ayudaran a encontrarlo, pero no tuvo resultados.

Días después llegó a sus manos el video. Eran una serie de imágenes sangrientas donde un grupo de jovencitos, golpean a Marco Antonio y le dan el tiro de gracia. Después, se observa que echan su cuerpo a un hoyo de tierra.

Ahí, Ana se dio cuenta que nunca volvería a ver a su hijo. Ya estaba muerto, lo habían asesinado. Ahora, lo que faltaba era encontrar sus restos en algún lugar del desierto.

De acuerdo con los habitantes del lugar, los autores del crimen eran los Wonder Boys Klica (WBK), una de las pandillas con más arraigo en San Luis Río Colorado y, desde hace años son reclutados por grupos del crimen organizado para hacer el “trabajo sucio”.

Por ser frontera, este municipio es una plaza importante para los cárteles de la droga, ya que hacen llegar cargamentos de mercancía a Estados Unidos, pero también controlan en tráfico de personas, con polleros que cruzan migrantes.

Los criminales tienen bastante terreno para operar, ya que al oeste de San Luis está la ciudad de Mexicali, Baja California, al norte Estados Unidos, pero al sur y este está la reserva de la biósfera del Gran Desierto de Altar, el más grande en Latinoamérica.

Algunos pobladores indican que el desierto es donde los sicarios entierran a sus víctimas y es donde presumen están los restos de Marco Antonio.

El pasado 26 de septiembre, Ana López, en compañía de colectivos de búsqueda salieron a una zona, conocida por ser fosa de los WBK.

En la primera expedición los acompañaron elementos del Ejército, para resguardarlos. Pero, a la segunda y tercera, Ana y otros padres de desaparecidos estaban solos.

Incluso, les rondaban abordo de cuatrimotos “los cholos sicarios”. Aun así siguieron buscando.

Clavaban la varilla T y el olor a cadáver salía a la intemperie, pero no encontraron nada.

Sin embargo, Ana seguirá buscando a su hijo en el desierto sonorense hasta encontrarlo, como miles de padres en México, donde hay más de 37 mil personas desaparecidas.

Con información de Pie de Página