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Alicia volverá a casa en un ataúd que compartirá con sus hijas

Su esposo, un policía federal, las asesinó a sangre fría; las mantuvo en su casa con cal y cloro para disminuir el mal olor

Escrito en ESTADOS el

Hace siete años, la joven Alicia Castro Luzanilla salió de la casa de sus padres, en el poblado de Cócorit, al sur de Sonora para mudarse al municipio de Tecámac, en Estado de México. Ahora, regresará a sus tierras dentro de un ataúd, junto con los cuerpos de sus hijas.

El pasado 7 de enero, fue arrestado José de Jesús López Bautista, un ex elemento de la Policía Federal, adscrito a la zona de Periférico Oriente.

En su vivienda, ubicada en la unidad habitacional Héroes de Tecámac se encontraban los cuerpos mutilados de Alicia, y de sus hijas Alessandra y Loreto, de 5 y 1 año y medio de edad.

A su esposa le había cortado la cabeza. A su hija mayor le abrió el abdomen y le retiró sus órganos. A la más pequeña le mutiló partes de su cuerpo, como una mano.

Algunas versiones indican que José de Jesús se encontraba bajo los influjos de alguna droga; otras indican que desmembró los cuerpos de su familia para comérselos, pero las autoridades no han confirmado ninguna de las dos acusaciones.

Lo único comprobado es que el ex policía había cubierto los restos de su esposa e hijas con cal y cloro para ocultar el olor. También los envolvió en cobijas. Al momento de su detención, pretendía prenderles fuego, como lo había hecho momentos antes con las ropas.

Vecinos y conocidos habían denunciado la desaparición de la Alicia y las pequeñas. Llamaron a la policía cuando escuchaban ruidos extraños y olor a quemado.

“Era una familia tranquila aquí en el pueblo. Sus abuelos eran conocidos, yo a ella la conocía nomás de vista, pero su familia si era conocida aquí”, describe Azucena, habitante de la comisaría de Cócorit, en el municipio de Cajeme, en Sonora.

Entrevistada por La Silla Rota, la señora mencionó que la noticia del asesinato de Alicia Castro y sus hijas, en manos de su esposo conmocionó a la comunidad de más de 7 mil habitantes.

“Si… nos enteramos de su muerte. Todo el pueblo supo, a todos nos sorprendió”, agregó.

Cócorit es una comisaría, y uno de los siete pueblos de la etnia Yaqui. Las actividades principales son la ganadería y la agricultura en pequeña escala. Se encuentra a 240 kilómetros de Hermosillo, la capital.

De acuerdo con medios locales, los padres y familiares de Alicia esperan los cuerpos de su hija y nietas para ser sepultados en tierras sonorenses.

Como miembros de la comunidad cristiana de la “Iglesia del Dios Vivo Jesús, El Cristo”, han recibido apoyo para los gastos de traslado de los restos.

Una de las primas de Alicia, Toti Gálvez publicó en sus redes sociales que la familia está devastada por el triple homicidio y pide oraciones para tener fortaleza y que el odio no se apodere de ellos.

“Mi respuesta es, pienso en mi familia que está devastada en éste momento!, pienso en mi prima y sus inocentes princesas a las cuales les arrebataron la vida en un abrir y cerrar de ojos. Pienso en todas las familias que han pasado por situaciones similares y ahora las entiendo. Pienso en mis tíos y primos que perdieron a su hija, nietas, hermana y sobrinas. Pienso en mi abuela que está esperando con el corazón partido a que llegue su nieta y biznietas para decirles adiós. Pienso en Dios a cada momento y no dejo de pedirle que nos ayude a superar esto tan horrible y que no nos permita que el odio se apodere de nuestros corazones (sic)”.

Una vez que lleguen a Cócorit, despedirán a Alicia y a las pequeñas Alessandra y Loreto con un servicio fúnebre.

Mientras tanto, José de Jesús se encuentra preso en Centro Penitenciario y de Reinserción Social de Ecatepex; será procesado por el delito de feminicidio por asesinar a su esposa e hijas.

El pasado 7 de diciembre, Alicia Castro publicó en su perfil de Facebook una fotografía de ella, junto a José de Jesús. Ella sonreía y él tenía la mirada perdida en el vacío.