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Alarma aumento de tendencia suicida en Nuevo León

La entidad cerró 2018 con 317 suicidios, lo que lo coloca en quinto lugar nacional; el año pasado se rompió el número de casos

Escrito en ESTADOS el

MONTERREY.- “Ya no aguanto esta situación, me quiero morir, no tengo salida”, comentó un día de la semana pasada Rosario a su hermano. Enfrentaba un problema económico del que su esposo no contribuía a solucionarlo. Se sentía sola. Sus familiares y amigos no hicieron caso a sus lamentaciones, creyeron que exageraba.

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El pasado fin de semana, volvió a advertir que pensaba en la muerte como solución a su problema. Otra vez pasó inadvertida. El domingo pasado encontraron su cuerpo colgado en su recamara, llevaba varias horas y nadie en casa se había dado cuenta.

En Nuevo León esta historia es una de cientos que se registran cada año y que van en aumento. Estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revelan que la entidad cerró 2018 con 317 suicidios, lo que lo coloca en quinto lugar nacional en número de casos, solo por debajo de Puebla, Chihuahua, Guanajuato, Estado de México y Jalisco.

En cuanto al porcentaje de suicidios con respecto a las muertes violentas, según los mismos datos del Inegi) Nuevo León está ubicado en séptimo sitio, con 12.8%. Los porcentajes más altos corresponden a Durango (13%), Querétaro (14%), Campeche (15.2%), Coahuila (16.7%), Aguascalientes (20%) y Yucatán (27%).

Los datos oficiales indican que la entidad registró, de 2010 a 2018, un total de 2,282 suicidios. 2018 fue el año con mayor número de casos, con 317, seguido de 2017 con 292, y 2017 con 270.

Según las estadísticas, los suicidios entre niños y adolescentes van en aumento, debido a una tendencia de rechazo social, crisis familiares o familias disfuncionales, que derivan en depresión aguda.

Además, algunas investigaciones concluyen que las razones que contribuyen a que una persona tome la decisión de quitarse la vida son: situación emocional que los desborda (pena), pérdida de un ser querido, fracaso en una relación de cualquier tipo, fracaso de proyectos, enfermedades terminales o trastornos psiquiátricos.

En este entorno, el funeral de Rosario se celebró el martes sin que la familia, los amigos y compañeros de trabajo sepan, a ciencia cierta, la razón por la que se quitó la vida y que sólo atribuyen a problemas económicos.

Juventud en peligro

Para la doctora Patricia Cerda Pérez, investigadora de la Universidad Autónoma de Nuevo León y autora del libro “El suicidio en Nuevo León: Perfil y estudio psicosocial”, el tema requiere ser analizado a fondo, a fin de definir una estrategia para su prevención.

Que las fuentes oficiales den datos que señalen más suicidios que homicidios, que hay un subregistro de casos, que la mayoría de aquellos que se suicidan son hombres, que los motivos son amorosos, económicos o familiares, son sólo algunas de las afirmaciones

“Se quitan la vida más hombres casados que mujeres, en Nuevo León eligen como sitio (para quitarse la vida) su propia casa, se observa cada vez más a jóvenes y menores en actos suicidas. Y una gran mayoría, al morir, tenían hijos”, forman parte de las conclusiones que deben ser analizadas a fondo, considera la investigadora.

“Por cada suicidio, hay ocho intentos; el abandono y la depresión son evidentes, es, en suma, una conducta antisocial y un acto social”, advierte.

Por su parte, la diputada local Tabita Ortiz, dijo que los casos de suicidios en el estado siguen aumentando, principalmente entre juventud.

Según los reportes de suicidios consumados, se ve que la tendencia de edad en la que más se presentan casos va de los 12 a los 29 años, seguida de la tercera edad


¿Y el Estado?

La legisladora cuestiona la intervención del gobierno estatal para prevenir y frenar este problema de salud pública en Nuevo León.

“Existen instituciones que están ofreciendo capacitación de cómo prevenir, cómo abordar una situación peligrosa, sensibilizando a la sociedad sobre el tema, llevando información fácil de comprender, abordándolo desde el punto de vista profesional, fomentando la salud mental”.

“Esto es lo que se está haciendo desde la iniciativa privada, pero en cuanto a políticas pública, aún hay mucho más que hacer, se debe crear el protocolo de atención desde los organismos públicos para que la mayoría de la población tenga información real de cómo actuar ante un hecho así. Existen muchos mitos sobre este tema que desgraciadamente han contribuido a que muchos casos de suicidio se lleven a cabo”, cuestiona la diputada Ortiz.

Por su parte, la investigadora Cerda propone que la orientación psicológica a las familias debe quedar inscrita entre las políticas públicas del sector salud por estimarse necesaria.

“El análisis de los dibujos y de la escritura en los mensajes póstumos brinda información adicional del estado psicológico de los suicidas.

El suicidio es un problema cultural, es de salud mental, es de educación, es social y de procuración de justicia. Tiene que ver con la visión del mundo y su concepción de la vida. Un ambiente familiar afectivo y armónico contribuye a prevenir el suicidio”, asume Cerda.

A decir de la investigadora y escritora, el suicidio es un fenómeno multifactorial que durante los últimos cuatro años observa en Nuevo León altas tasas de incidencia. Los cambios socioeconómicos, las transformaciones en los valores y relaciones de la pareja, en la concepción de familia y hasta las formas de vinculación entre el individuo y las instituciones formales como la Iglesia y el Estado influyen en esta realidad.

Sin embargo, hasta ahora no existen estudios serios que analicen los textos legados por las y los suicidas a terceros una vez que han tomado la decisión de quitarse la vida. Esto quiere decir que hasta ahora desconocemos los porqués de las auto-inmolaciones que se verifican en el Estado, y las estadísticas se limitan a determinar las causas conforme la opinión de los familiares del suicida