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Acusan irregularidades de la FGE de Chiapas en feminicidio de Mariana

Abogados que llevan el caso del feminicidio en Chiapas de la doctora Mariana, denunciaron irregularidades, fallas y omisiones en investigación de la fiscalía

Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- Ante la serie de supuestas irregularidades, fallas y omisiones por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE) en torno al feminicidio de Mariana Sánchez Dávalos, hallada muerta el pasado 28 de enero en la comunidad Nueva Palestina, municipio de Ocosingo, “podemos advertir que sin duda la doctora no se suicidó”, advirtieron los abogados del caso.

Tras escudriñar cada una de las fojas de la carpeta de investigación, Carlos Hugo Tondopó Hernández, uno de los defensores, cuestionó todas las pruebas que presentó la autoridad, desde el error del fiscal del Ministerio Público de permitir la cremación del cuerpo de la doctora el pasado 29 de enero, hasta la contaminación de la escena del crimen.

En el oficio aparece el nombre de Edna Guadalupe Dávalos Ábrego, tía de Mariana, quien solicitó la entrega del cadáver para que fuera cremado, pues según ella contaba con una capilla en la iglesia de Guadalupe; la petición fue firmada no solo por ella, sino por el mismo fiscal del MP.

Pero lo que más les extraña no solo a María de Lourdes Dávalos Ábrego, la madre, sino a los mismos abogados, es que hay otra constancia hecha por el MP, sin la rúbrica de Edna, donde según él mismo explica por qué no es conveniente cremar el cuerpo.

“Aunque esto último es una determinación unilateral que la pudo agregar el MP en cualquier momento”, aseveró quien, ante estas inconsistencias, manifestó: “tuvimos dificultades para que nos entregaran la carpeta de investigación, y ahora entiendo por qué”.

En este mismo hecho, la jefa de la Jurisdicción Sanitaria VI, María Elsa López González, autorizó el traslado del cadáver para que fuera cremado en la funeraria “Mausoleo La Esperanza”, en Tuxtla Gutiérrez, lo que contraviene al artículo 271 del Código Nacional de Procedimientos Penales en cuanto a que los cuerpos no deben pasar por ese proceso cuando hay una muerte violenta.

SANGRE EN ROPA INTERIOR, EVIDENCIA IMPORTANTE

Entre otras cuestiones no menos graves, en el documento de la necropsia de ley no se explica por qué la ropa interior (biquini blanco) de la víctima presentaba manchas de sangre provenientes de la vagina, es decir, si se derivó por un posible daño en alguna parte del intestino.

“Porque, lo que les podemos decir, es que un cadáver sí deyecta porque existe una relajación del esfínter, o hay orín, pero no sangre, a menos que haya habido alguna agresión, una lesión”, puntualizó.

Al no contar con el cuerpo para, en su caso, exhumarlo y continuar con las pesquisas, es imposible saber otros detalles, pues la misma autopsia revela que no hubo huellas de lesiones en dentadura, cuello, pecho, vagina y ano; también se desechó que ella hubiera consumido alguna clase de droga.

Lo que les genera molestias y muchas preocupaciones, dijo Tondopó, es que si no hay cadáver completo, cómo podrían saber si ese dictamen está bien hecho y que la resolución de la FGE sería el correcto: asfixia mecánica por ahorcamiento.

EL “SUICIDIO” DE MARIANA, SEGÚN LA FGE

Entre otros detalles, tanto él como la también abogada Monserrat Anthor Morales detallaron la recreación que hizo la FGE sobre cómo Mariana supuestamente se ahorcaría, pues para ellos es casi imposible que ella misma lo hiciera.

En la narración basada en el dictamen pericial de la FGE del 9 de febrero pretérito, la médica fue hallada hincada sobre un cojín --cuyo grosor no se revela-- en el cuarto que le brindaron en esa localidad indígena. En su cuello, tenía amarrada una cuerda, sin embargo, para los litigantes lo que les parece raro es que cuando la encuentran, el nudo del mismo estuviera abierto, aflojado.

Incluso, Tondopó imitó el posible movimiento que haría la víctima, es decir también se hincó y se genuflexionó hacia delante. “Es imposible, nunca se había visto esto”, refutó.

En ese mismo documento oficial, se advierte que para hacer el dictamen pericial “hubo la venia” de Javier Gómez, comisariado ejidal de Nueva Palestina, y lo más grave: hay un informe pericial del 30 de enero, recibido el 9 de marzo de este mismo año, en el que se evidencia que no se tuvieron los cuidados para preservar la escena del crimen, responsabilidad del fiscal encargado de esa carpeta de investigación, adscrito a la región Selva.

¿QUIÉN ES FERNANDO “N”?

Con ayuda de diapositivas, Tondopó mostró cada una de las inconsistencias de las autoridades judiciales y otras pruebas del acoso que sufría Mariana por parte de Fernando “N”, médico del mismo Centro de Salud donde ella prestaba su servicio social.

Con base en una resolución del 30 de julio de 2015 de la Secretaría de Salud del estado, se evidenció que al galeno imputado lo habían separado del cargo por un caso de acoso sexual un año antes, el 2014.

“El secretario del Sindicato de los Trabajadores de Seguridad le pide al director del Instituto que lo regrese a sus labores, siempre y cuando no le pague los salarios caídos”.

El en ese entonces secretario de Salud, Francisco Paniagua Morgan, fue quien ordenó que lo restituyan en su puesto. “Si él no lo hubiera avalado, existe la posibilidad de que el acoso contra Mariana no se hubiera dado”, externó.

Tondopó y Anthor han insistido en que, ante la falta del cadáver, lo más viable es echar mano de las pruebas indirectas como contar con el equipo telefónico del galeno, para efectuar una geolocalización y de esa manera saber si ese día Fernando (ya vinculado a proceso por hostigamiento sexual) estuvo en el cuarto donde fue asesinada ella, o si hubo otro u otros implicados. Sin embargo, tampoco les ha dado respuestas la FGE ante esa petición.

Otra situación que abonaría al caso, es que se presenten los testigos clave del hecho, como una persona, al parecer allegada a Mariana, que advirtió en redes sociales que, cuando entró al cuarto que compartían, pensó que ella estaba meditando, sin embargo, sí notó que tenía amarrada una soga al cuello.

 

Incluso, esa testigo refiere que luego entró al cuarto, se acostó en su cama, y que cuando volteó, se dio cuenta de que su compañera estaba ahorcada.

“Pero hay otras testimoniales que ponen a la doctora como una persona desordenada, e incluso de decir que tenía tendencias suicidas, pero esas son segundas y terceras declaraciones que, para nosotros, es sospechoso”, detalló.

ENDEBLE INVESTIGACIÓN CRIMINALÍSTICA

Por su parte, Monserrat Anthor presentó otras fallas u omisiones de la autoridad: en el sitio de los hechos no se recurrió a la prueba de luminol, sustancia para detectar si hay rastros de sangre en piso, paredes u otros objetos, es decir que hayan sido borrados o limpiados a propósito.

Además, se careció de una pericial de criminalística, donde se haya efectuado la aplicación de reactivos para la búsqueda de elementos lofoscópicos, los cuales revelarían sui hubo huellas de otras personas en esa escena del crimen.

Entre otras cosas, lamentó que el médico legista no tomara en cuenta las cavidades del cuerpo de forma microscópica, sino solo macroscópicas, “sabemos que, como lo maneja la FGE, el ahorcamiento es muchas veces utilizado para evadir la verdadera causa de muerte de una persona”.

Como aún no ven un pronunciamiento de la FGE sobre este tema, los abogados y María de Lourdes Dávalos Ábrego, acudieron ante la Fiscalía General de la República (FGR) para que atrajera el caso, sin embargo, ésta se negó y les regresó la carpeta de investigación.

No obstante, según los defensores, insistirán para que se lo acepte, y también solicitarán el respaldo de peritos extranjeros, o de otros expertos para que este caso no quede en la impunidad.

Porque si algo le queda claro a la defensa del caso, coincidieron Tondopó y Anthor, es que Mariana no se quitó la vida, “ni tampoco se trata de disfrazar la muerte; porque estamos conscientes de que tenemos que nadar a contracorriente, contra aguas muy profundas para llegar a la verdad de los hechos”.