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Ácido mató a la "Malena" de antes, pero con música renací: saxofonista

En entrevista telefónica con La Silla Rota, María Elena Ríos señala que el proceso de renacer fue muy doloroso y platica cómo la música ha sido un impulso para salir adelante

Escrito en ESTADOS el

La última vez que tocó el saxofón fue un día antes de ser atacada con ácido en septiembre de 2019. A seis meses de lo anterior, María Elena Ríos Ortiz se reencontró con su pasión por la música y el escenario. 

“La Elena Ríos de antes murió y renació otra”, afirma con esa voz que rompe el miedo en entrevista telefónica para La Silla Rota, unas horas después del dueto con Ximena Sariñana en el noticiero con Paola Rojas.

“El proceso de renacer fue muy doloroso. Lo que quería era salir corriendo de esa cama en donde estaba postrada, y lo único que deseaba era correr contra el aire e imaginar que el aire desvanecía estas cicatrices tan dolorosas que sigo teniendo”, relata.

El ataque con ácido, que de acuerdo con la declaración de las dos personas detenidas fue ordenado por el exdiputado local Juan Antonio Vera Carrizal, le causó laceraciones que por mucho tiempo la mantuvieron inmóvil y con las heridas expuestas. Tocar el saxofón no era una posibilidad en ese momento. 

A no mucho tiempo de distancia, María Elena recuerda “me daban ganas de llorar, lloré muchas veces de manera amarga deseando que mis lágrimas sanaran mi cuerpo, pero el día de hoy es muy importante porque a pesar de que mi boca no está en condiciones, hice el esfuerzo y para mí es muy importante porque la música es lo que me hace vivir e impulsa a seguir adelante, es mi vida, es mi sueño es de lo que quiero vivir”.

Sobre el escenario, hilvanando las notas de La Llorona, hoy, su pensamiento tomó un matiz que sana. También quería correr -expresa- pero correr para expresar felicidad. 

“Me dieron ganas de correr, pero no de dolor, quise correr y saltar de felicidad, también llorar de felicidad y eso es extraordinario porque es una felicidad muy profunda, es una reconciliación con el instrumento cuando muchas veces he actuado de manera cobarde cuando le di la espalda por miedo, por miedo a no sentirlo como antes. Hoy fue especial porque lo sentí como nunca, y así quiero seguir, como nunca y cada vez mejor”.

“Gracias a todas las personas que se han solidarizado, que han seguido mi caso y sobre todo que están en la lucha para que este tipo de atrocidades como la que me hicieron ya no se sigan cometiendo. Oaxaca es uno de los estados con más cultura y este tipo de atrocidades no pueden seguir. La música nos une, nos identifica, nos hace cimbrar ante el mundo cuando cada niño en cada región toca su música, cuando desde pequeño comienzan a instruirse en este maravilloso mundo. Gracias música, porque la música me deja vivir y me deja sentir”.