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A pesar de cierre de penales en NL y Jalisco, seguirá infierno

El experto en seguridad, Eduardo Guerrero, advierte falta de voluntad política de gobiernos para limpiar los penales del país y erradicar los autogobiernos

Escrito en ESTADOS el

MONTERREY.- La falta de voluntad política de los gobiernos estatales ha impedido, entre otros factores, limpiar los penales del país, erradicar el autogobierno e impedir que sean cuarteles generales de la delincuencia.

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En opinión del experto en seguridad, Eduardo Guerrero -quien diseñó el esquema del cierre del penal de Topo Chico y mejorar la infraestructura en los penales de Nuevo León- en los centros penitenciarios del país se fraguan muchos delitos hacia el interior y exterior.

Además, los penales adolecen de falta de infraestructura, equipo tecnológico y custodios capacitados; corrupción y sobrepoblación.

Entrevistado tras participar en la reunión del Consejo de Seguridad de Nuevo León, que por primera ocasión en el país se realiza dentro de un penal, el especialista alerta sobre los focos rojos en casi todas las penitenciarias del país por los autogobiernos.

Hay casos, como el de Topo Chico, conozco al menos la mitad de los penales en México y es una locura lo que se vive adentro, es difícil que la autoridad lo reconozca, pero también hay que decir las cosas como son si queremos transformarlos y cambiarlos

Atribuye obstáculos importantes para ese cambio y enumera la falta de voluntad política de los gobernantes, entendiendo que eso no es solamente la falta de dinero.

"Hay muchos factores, comenzando porque a los gobernadores no les interesa, no genera votos y son obras intangibles, que la gente no ve".

"Por ejemplo, desde el penal del Topo Chico se fraguaban muchos delitos que hoy no se dan, son cuarteles generales de la delincuencia y eso sucede en todo el país, desde adentro operan hacia afuera", comenta Guerrero.

Foto Cuartoscuro

Cita un ejemplo: “El penal de Ciudad Juárez, Chihuahua, cuando era municipal -hoy operado por el gobierno estatal-, ahí acudía a esconderse un delincuente cuando las cosas se calentaban, pues quien lo iba a buscar dentro del penal”.

Guerrero, quien trabajó en el esquema que llevó a desaparecer Topo Chico y trasladar los internos a otros penales estatales y federales, dice que el sistema penitenciario es el último eslabón de una cadena de violencia e inseguridad que está olvidado, porque se invierte en infraestructura pero no en transparencia, en derechos humanos, en apertura a la prensa.

Hay que entender la necesidad de hacer un verdadero esfuerzo por parte de los gobiernos estatales y entrarle de lleno a mejorar el sistema penitenciario, porque si no se garantiza lo elemental, los derechos humanos de los internos y sus familias, no puedes hablar de reinserción social

Eduardo Guerrero recuerda que en Nuevo León se echó abajo un proyecto de penal de unos mil 200 millones de pesos y se hicieron modificaciones, adecuaciones y se creó infraestructura en el penal de Apodaca.

Se invirtieron 880 millones de pesos y en total hay 3 mil 500 nuevos espacios, no se tiene hacinamiento entre los 7 mil 800 internos en los penales estatales, incluido el femenil.

El experto reconoce que la moderna infraestructura no garantiza que no se registren motines, pero asegura que es más difícil porque las condiciones modernas de la infraestructura y el respeto a los derechos humanos es factor importante para impedirlo. "Se puede dar, pero hay gente capacitada para impedirlo, ningún penal del mundo está exento de un motín", puntualiza.

Guerrero menciona también que en el país, incluido Nuevo León, se han erradicado 16 bandas delincuenciales que mantenían autogobierno.

EL DIAGNÓSTICO

El diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2019 de la CNDH, revela que del 1 de enero al 31 de octubre pasado hubo mil 29 incidentes como homicidios, suicidios, riñas, motines, desórdenes y abusos en las prisiones mexicanas

De ellos, 902 ocurrieron en Centros de Readaptación Social (ceresos) y 127 en Centros Federales de Readaptación Social (Ceferesos).

Los sucesos más comunes en este periodo fueron las riñas, con 482 en los ceresos y 124 en los ceferesos; los abusos, con 196 solo en los ceresos; y en el tercer sitio los desórdenes, con 92 en ceresos y 2 en ceferesos, indican los datos.

Uno de los eventos más trágicos fue el ocurrido el 10 de febrero de 2016, cuando se registró la que es considerada la peor masacre dentro de un penal en el país: el de Topo Chico, en Nuevo León, donde murieron 49 internos.