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A falta de sacerdotes, hombres casados administrarán parroquias en Coahuila

Hombres en matrimonio administrarán parroquias católicas en la ciudad; ya se preparan para ser diáconos

Escrito en ESTADOS el

Coahuila tiene un déficit de sacerdotes de 150 por ciento, por lo que hombres casados asumirán la administración de parroquias en Saltillo luego de ser preparados como diáconos.

Lo anterior significa que estos hombres casados podrán bautizar, casar, realizar primeras comuniones y atender a los enfermos, pero no pueden oficiar misas ni confesar.

El comisionado de Diaconado Permanente y vicario pastoral en la Diócesis de Saltillo, Francisco Javier Rodríguez, sostuvo que el criterio que se sigue en todas las diócesis del mundo es que sean personas casadas con cierta madurez económica, trayectoria apostólica y vocación de servicio.

“Ellos puede presidir una comunidad. Por la escasez de sacerdotes, los diáconos están administrando parroquias”, confirmó Rodríguez.

Las funciones de un diácono dentro de la iglesia son casi las mismas que las que un sacerdote con excepción de confesar y celebrar misa. 

Ellos pueden bautizar, casar, realizan primeras comuniones, atienden a los enfermos y puede presidir una comunidad cuando no hay sacerdotes suficientes

En Saltillo hay 104 sacerdotes activos, que atienden a una población de casi un millón de habitantes, por lo que resultan insuficientes, ya que calcula que tendría que haber por lo menos unos 250 sacerdotes, incluyendo a los párrocos con sus vicarios.   

Siempre hubo cierto recelo por la ordenación de diáconos casados. Una cierta resistencia. El celibato se le daba mucha importancia. Ahora la apertura mental de la iglesia permite esto

Se tiene contemplado que este año egresará la primera generación con 25 hombres, quienes podrán administrar parroquias, sin importar si están casados. 

Este domingo pasado, 15 hombres de Saltillo y cuatro de Monclova recibieron el acolitado, un requisito para comenzar su preparación como diáconos. 

Durante años, en México el diaconado fue mal visto por el recelo de que los hombres no practican el celibato, mientras que en El Vaticano fue un ministerio oculto.

Escasez de hombres de fe

Francisco Javier Rodríguez reconoció que la Iglesia católica crece y se construyen nuevas parroquias en Saltillo y Monclova, pero el problema es la escasez de sacerdotes; además, existe un número importante de sacerdotes ancianos y enfermos que están hasta cierto punto inactivos; es decir, las fuerzas activas sacerdotales se van reduciendo en proporción a la población.

Explicó que, ante esta situación, son dos caminos los que se proyectan: promover el apostolado de laicos y abrirle camino a una institución llamada diaconado permanente, que permite que hombres casados pueden aspirar a incorporarse a la jerarquía en este grado del ministerio.

Los diáconos permanentes tendrían una preparación espiritual, intelectual y pastoral, no en un claustro o en un seminario, sino en las circunstancias ordinarias de su vida, es decir, en los institutos de formación de la Diócesis.

Posteriormente, realizarían prácticas en parroquias hasta que el Obispo de Saltillo los ordene, pues actualmente sólo existe un diácono permanente en Monclova.