De acuerdo con datos del Consejo de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index), en Ciudad Juárez, el empleo en las maquiladoras representa aproximadamente el 60 por ciento de los trabajos en la frontera, que mantienen a poco más de 334 mil familias de manera directa.
Dentro de este vasto espectro de personas, se encuentra la familia de "Jessy", quien ha sido operadora en una empresa que fabrica productos médicos desde hace cuatro años. Es madre de dos niños: uno de 14 años y una pequeña que está por cumplir los 4 años de edad.
Recuerda que, cuando su primer hijo estaba por cumplir los 10 años, comenzó a trabajar en la maquiladora. Su jornada es generalmente matutina: entre las 6:00 de la mañana y las 4:00 de la tarde.
Te podría interesar
Junto con su pareja, quien trabaja por las tardes, han compartido la crianza y los cuidados. Mientras uno de los dos se queda con los niños, el otro sale a buscar el sustento.
"Recuerda que su embarazo fue un periodo complicado", ya que, al coincidir con la pandemia, le negaron la incapacidad hasta los últimos días, cuando prácticamente estaba a punto de dar a luz.
Te podría interesar
Aunque enfrentó dificultades, finalmente logró que le otorgaran la incapacidad por maternidad, que tuvo una duración de 84 días.
Una vez que estuvo lista para regresar al trabajo, aseguró que no tuvo inconvenientes por el hecho de ser madre. Por el contrario, indicó que le ayudaron para que, durante su jornada, no realizara actividades que pudieran poner en riesgo su salud.
En cuanto a los permisos por emergencias, comentó que tiene la opción de acercarse a sus jefes de grupo y gestionar un permiso para salir sin que se vea afectada su percepción de ingresos. Hasta el momento, afortunadamente, no ha tenido que utilizarlo.
Actualmente, además de su pareja, los abuelos y una tía de los niños la apoyan para asegurarse de que los pequeños estén supervisados durante el día, lo cual agradece profundamente. "Creo que todo sacrificio tiene su recompensa, creo que nuestra recompensa es estar bien, pero no por trabajar, perder tiempo de calidad con la familia y mucho menos con los niños", concluyó.
La crianza o el trabajo
Linda es originaria de Lerdo, Durango, pero ha pasado la mayor parte de su vida en Ciudad Juárez. A sus 25 años, es madre de una pequeña de 4 años.
Su historial laboral es extenso, habiendo trabajado desde los 15 años en restaurantes, fruterías, supermercados, bancos y, actualmente, en la industria maquiladora, en una procesadora de nueces.
Su jornada laboral es dura, de "turnos especiales", que abren las maquiladoras para quienes desean trabajar jornadas de 12 horas, durante 3 o 4 días a la semana.
En su caso, el turno que eligió es de 6 de la tarde a 6 de la mañana. Aunque el trabajo es sencillo, destacó que lo más difícil son las horas sin dormir y estar lejos de su hija.
Este es su segundo empleo en la industria maquiladora. Hace 3 años y medio, cuando su hija tenía 9 meses, comenzó en otra empresa, donde permaneció aproximadamente un año.
Desde su ingreso, comentó que tuvo problemas con los horarios y el transporte, lo que la obligó a gestionar con los administrativos para no interrumpir los cuidados de su hija.
Además, subrayó que, en su anterior empleo, tardaron 3 meses en darle el Seguro Social, un derecho que no querían otorgarle debido a su condición de madre.
Relató que este periodo fue difícil, ya que afectó los primeros meses de crianza de su hija. Al estar fuera de casa, su hija era tan pequeña que no la reconocía como su mamá. Después de dejar la maquiladora, comenzó a buscar trabajo en distintas empresas, hasta llegar a un supermercado y luego a una sucursal bancaria.
Aunque para ella la maquiladora no es la mejor opción de empleo en la ciudad, puntualizó que tiene una ventaja: a diferencia de su tiempo en el supermercado y el banco, en la maquiladora es más fácil pedir un permiso de salida urgente en caso de emergencia.
Contó una ocasión en que, estando en su primer empleo en la maquiladora, necesitó salir de emergencia y no tuvo problemas. En otros trabajos, sin embargo, debía planificar con anticipación cualquier permiso o salida.
Gracias a las prestaciones que ofrecen las maquiladoras, mencionó que vale la pena trabajar en este tipo de lugares para poder llevar el sustento a casa. "A pesar de que sacrificas mucho tiempo, están muy bien las prestaciones porque o trabajas o estás con tu hijo. Todo es temporal, con el tiempo ellos se acostumbran, no hay que desesperarse. Si tú no le echas ganas, nadie va a sacar a tus hijos adelante. Entonces, todo es cuestión de paciencia y tiempo", afirmó.
Las complicaciones a la salud de las trabajadoras
Las mujeres que migran a Ciudad Juárez en busca de empleo en las maquiladoras se enfrentan a un entorno laboral precario y discriminatorio, según el Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ProDESC). Desde el proceso de reclutamiento, muchas deben someterse a prácticas ilegales como pruebas de embarazo o enfrentarse a restricciones de edad. Una vez contratadas, trabajan jornadas de hasta 12 horas con salarios bajos, mínima capacitación y casi ningún descanso, lo que genera un profundo desgaste físico y emocional. Las enfermedades derivadas de estas condiciones, como el síndrome del túnel carpiano, no siempre reciben atención adecuada, y obtener una pensión por incapacidad es complicado.
Durante la pandemia de COVID-19, muchas mujeres con comorbilidades fueron despedidas y ahora enfrentan grandes dificultades para reintegrarse al mercado laboral. En respuesta a esta situación, algunas trabajadoras han conformado la Colectiva Rosa Luxemburgo, un espacio de organización y apoyo impulsado como parte de la campaña #GOMujeres de ProDESC.
A esta carga laboral se suma una preocupación constante: ¿dónde y cómo cuidar a sus hijos mientras trabajan? Muchas madres deben dejar a sus hijos en guarderías durante largas jornadas, lo que tiene efectos graves en su bienestar emocional. Un estudio de la doctora María del Consuelo Cervantes Muñoz, de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), advierte que los niños que pasan hasta 12 horas en estancias infantiles pueden desarrollar ansiedad, depresión, autolesiones e incluso tendencias suicidas.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
SÍGUENOS EN EL SHOWCASE DE GOOGLE NEWS
Estas afectaciones, señala Cervantes, están relacionadas con prácticas de crianza desadaptativas que surgen de la presión laboral y la falta de preparación emocional de las madres. Además, Ciudad Juárez ocupa el primer lugar en maltrato laboral hacia las mujeres, lo que agrava su estado emocional y repercute directamente en su capacidad de crianza. Esta combinación ha generado un aumento en los problemas de salud mental en la niñez de la región.