En Acapulco, uno de los municipios más importantes de Guerrero por su vocación turística, los usuarios del transporte público enfrentan un verdadero suplicio debido a la suspensión de varias rutas, afectadas por la violencia del crimen organizado, los asesinatos de choferes y las extorsiones.
Durante los últimos días, cientos de personas han tenido que caminar largas distancias desde sus colonias para llegar a algún punto donde aún circula una ruta de transporte público que las acerque al centro del puerto, donde se ubican sus centros de trabajo.
El problema se agravó al anochecer, ya que algunas Urvans solo operaban hasta las 9:00 de la noche. Frente al panteón San Francisco, en la zona centro de Acapulco, se formaban largas filas de hombres, mujeres y niños que esperaban una unidad con destino a Coyuca de Benítez, la cual los dejaba sobre la calzada a Pie de la Cuesta; desde allí caminaban hasta llegar a sus hogares.
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El asesinato de al menos 26 operadores de taxis y Urvans ha provocado que los concesionarios suspendan el servicio por temor a perder a más choferes. Pero la amenaza no se limita a los asesinatos: también han incendiado unidades de transporte como medida de presión.
Debido al clima de violencia, en las últimas semanas se han suspendido rutas de transporte en colonias como Mozimba, Generación 2000, Universitaria, Nueva Era, Ex Campo de Tiro, La Joya, Jardín Mangos, Azteca, Palmas, Pie de la Cuesta, San Isidro y Pedregoso, todas ubicadas en la llamada Zona Poniente de Acapulco.
Gobierno implementa operativos para frenar ataques
Tras la ola de ejecuciones, el gobierno de Guerrero, en coordinación con el Ejército, la Marina, la Guardia Nacional y la Fiscalía General del Estado, implementó operativos y asignó unidades en los puntos donde hacen sitio los taxis y Urvans, con el fin de evitar nuevos ataques armados contra los conductores.
En algunos casos, incluso se colocaron dos elementos de la Guardia Nacional para que vigilen de forma permanente el interior de los camiones urbanos de la ruta Garita-Hospital y así brindar seguridad a los usuarios.
Unidades terrestres del Ejército mexicano, artilladas, se apostaron en puntos estratégicos del puerto para intentar ubicar y detener a los grupos delictivos que pretendan disparar contra unidades del transporte público.
Mientras se refuerzan estas medidas de seguridad, también se llevan a cabo mesas de diálogo con los permisionarios, con el objetivo de evitar la suspensión del servicio y regularizar las rutas en la zona poniente, a fin de reducir el sufrimiento de cientos de personas que deben trasladarse diariamente entre sus hogares y centros de trabajo.
El miedo de los usuarios del transporte público
Algunas personas entrevistadas por La Silla Rota aseguraron que "tienen mucho miedo y andan con el Jesús en la boca", ante la posibilidad de que en cualquier momento sea atacado el chofer de la Urvan en la que viajan.
Cargando su cubeta de pescado, María Leonor Inzunza aborda la unidad de la ruta Coyuca-Acapulco, rogando a Dios que no le pase nada. Leonor confiesa que al ver a soldados o elementos de la Guardia Nacional o de la Marina se siente más segura, ya que al menos tiene la esperanza de que no agredan a los choferes.
"Tenemos que salir a buscar el pan para nuestros hijos, en medio de la muerte", asentó la mujer de edad avanzada, quien no oculta el miedo que le provoca salir y regresar a casa. "Esperemos —dijo— que el gobierno ponga orden, porque ya no se puede vivir así".
Cargando su mochila de herramientas, don Mauro Urrutia Santiago cuenta que le ha tocado presenciar escenas de sangre. En una ocasión, mientras disparaban contra un taxista en pleno centro, se tiró al suelo y luego corrió para ponerse a salvo.
Es albañil, pero teme salir de casa para ir a trabajar en obras lejanas, ya que debe transbordar varias veces y los taxis resultan muy costosos. Urrutia Santiago siempre se mantiene alerta durante sus traslados, pues sabe que su vida depende de ello. Hace un llamado a la ciudadanía: que nadie se confíe mientras va de un sitio a otro.
¿Por qué agreden a los choferes?
Contexto: una fuente del sector transporte reveló a La Silla Rota que, ante la crisis económica que se vive en Acapulco, muchos taxistas se niegan a pagar las cuotas que exige la delincuencia organizada para permitirles trabajar, lo que ha desatado una ola de asesinatos contra choferes.
Sin embargo, explicó que no se trata solo de extorsiones. En algunos casos, los grupos criminales obligan a los conductores a transportar "bultos o bolsas negras a determinados lugares", y quienes se niegan a hacerlo son atacados a balazos.
Además, señaló que hay situaciones en las que los choferes son forzados a trasladar drogas o a sicarios, aprovechando que los vehículos del transporte público pasan desapercibidos ante las cámaras de videovigilancia y los patrullajes policiales.
Recientemente, un taxista fue acribillado en la zona centro de Acapulco. Los agresores huyeron a bordo de un taxi colectivo amarillo y fueron captados por una cámara de seguridad. Horas después, uno de ellos fue detenido y puesto a disposición del Ministerio Público.
A pesar de las reuniones entre representantes del sector y el director de Transporte en Guerrero, la violencia no cesa. Continúan los asesinatos de choferes y la quema de unidades, mientras persiste la incertidumbre en el gremio ante una crisis de seguridad que no ha encontrado solución.
Varios taxistas se muestran reacios a ofrecer entrevistas debido al temor de ser asesinados. Sin embargo, en plena Semana Santa, decidieron alzar la voz de manera colectiva, y horas después, tres de sus compañeros fueron ejecutados por hombres armados.
La situación en Acapulco es extremadamente tensa, ya que los ciudadanos también temen salir a la calle, preocupados de que al viajar en una Urvan o taxi colectivo puedan ser víctimas de ataques por parte de la delincuencia.
Capturan a presunto extorsionador de transportistas
El ataque contra un taxista y el operador de una Urvan, ocurrido el 23 de abril, obligó a las autoridades a iniciar investigaciones, ya que una de las víctimas presentó una denuncia ante el Ministerio Público de la Fiscalía General de Guerrero. Horas después, fue ubicado uno de los autores intelectuales de las extorsiones.
El 24 de abril, la Fiscalía presentó ante la opinión pública a "El Tuntún", un hombre señalado por dedicarse a extorsionar a transportistas. “A quien se negaba a pagar lo que pedía lo mandaba a matar y en otros casos le quemaba las unidades como una forma de presionar al resto de los trabajadores del volante”.
La Unidad Antiextorsión de la FGE Guerrero, en coordinación con la Defensa Nacional, la Marina, la Guardia Nacional, la SSPC y la SSPGro, aseguró en Acapulco un arma corta y dinero en efectivo, presuntamente producto de una extorsión.
Se informó que Edain “N”, alias “El Tuntún”, fue detenido en flagrancia por su probable responsabilidad en el delito de extorsión agravada en perjuicio de una víctima de identidad reservada, identificada como transportista de un sitio de Urvans en Acapulco.
Durante la detención, le fueron asegurados: un arma corta, cinco cartuchos útiles, un cargador, dinero en efectivo —presuntamente derivado de la extorsión—, una tarjeta bancaria utilizada supuestamente para recibir pagos, una identificación oficial, una licencia de conducir y un teléfono celular.
Según las autoridades, Edain “N”, junto con otros sujetos, habría exigido a la víctima y a otros transportistas la cantidad de diez mil pesos como condición para no asesinar a los choferes ni incendiar sus unidades. El denunciante indicó que ya había realizado pagos similares al detenido, mediante transferencias bancarias y entregas directas, debido a amenazas constantes.