HISTORIA DE MÉXICO

¿Cómo es el único lugar de México que no fue conquistado por los españoles?

Durante el periodo de la Independencia de México este lugar tuvo una épica historia, a la cual el Ejército Realista nunca pudo entrar por esta razón

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La conquista española es un pasaje en la historia de México que marcó un antes y después, los libros de historia, comúnmente explican el día en que los españoles pusieron un pie en tierras mexicanas, desde ese momento las cosas cambiaron, pasaron diversos eventos hasta que se fundó la Nueva España, sin embargo, leyendas, historias y mitos han quedado latentes, algunos son revividos de vez en cuando y una de estas grandes leyendas es el único lugar que no fue conquistado por los españoles.  

Algunos la conocen como la isla de Presidio, también como Mezcala y se encuentra en el lago de Chapala en Jalisco. Este bonito lugar es uno de los centros turísticos más concurridos, ya que alberga aguas termales, cabañas y naturaleza.

Al ser una isla tendrás que llegar en lancha, durante el camino podrás hacer un recorrido en el lago de Chapala y con ayuda de un guía local podrás ver los escenarios de paisajes naturales, además te contará la historia de este lugar.

La isla de Presidio aún conserva restos del fuerte, ya que en tiempos de la independencia de México era una cárcel para los presos de este evento histórico. En este lugar también se encuentra la cueva de la Virgen de San Juan de los Lagos, así mismo, sus paredes albergan fuertes energías, pues en el siglo XIV era un centro de culto. Guías y personas que acuden a este lugar afirman que durante las noches se ven espíritus.

La épica historia de la isla de Mezcala

En 1812, justo cuando se encontraba la guerra de la independencia, un líder insurgente llamado José Santana huyó junto a un grupo de indígenas y criollos a esta isla. Allí se resguardaron familias debido al amenazante Ejército Realista. Durante 4 años las personas se resguardaron en esta isla.

Según los historiadores, nada era como hoy, el agua que rodeaba este lugar era cristalina y limpia, por lo que se podía beber de ella sin necesidad de regresar a tierra firme y que fueran atrapados por españoles.

Si bien la isla no era muy bella, podía darles comida y agua a sus habitantes, por eso no tenían la necesidad de regresar, ya que el Ejército Realista los asechaba desde tierra firme, de hecho, esta tropa era comandada por José de la Cruz, quien montó un campamente alrededor de la isla.

Desde el momento en que llegaron indígenas y criollos a resguardarse se mandaron barcos para atraparlos, hábilmente los insurgentes lograron hundirlos antes de que llegaran y poco a poco ellos inventaron un sistema clavando estacas alrededor de la isla para encallar los barcos del imperio español.

Si llegaban a la isla los habitantes se ponían de acuerdo y les daban una bienvenida con armas, provocando que el lago de Mezcala se tiñera de rojo. Los rebeldes también tenían buenas estrategias, pues iban a tierra firme y allí se robaban alimentos y todo lo que sirviera, uno de sus grandes aciertos fue robar 15 cañones al ejército español, por lo que desde ese momento fueron tropas armadas.

Se calcula que durante los 4 años que los rebeldes se atrincheraron lograr formar una población de 4,000 personas, un número muy alto para el territorio, por lo que la hambruna y enfermedades terminó con la vida de muchos de ellos.

En 1816, José de la Cruz llegó a un acuerdo con los rebeldes y prometió dejarlos en paz. Esta historia es poco conocida, por lo que es una de las tantas épicas hazañas de la Independencia de México.