HISTORIAS DEL NARCO

Jesús Malverde: ¿Lo “puso” su compadre? Esto cuenta la leyenda

Su nombre real era Jesús Juárez Mazzo, mejor conocido entre la población como “Jesús Malverde”; entre 1870 y 1909 vivió a salto de mata en la sierra de Sinaloa

Su nombre real era Jesús Juárez Mazzo, mejor conocido entre la población como “Jesús Malverde”; entre 1870 y 1909 vivió a salto de mata en la sierra de Sinaloa
Jesús Malverde.Su nombre real era Jesús Juárez Mazzo, mejor conocido entre la población como “Jesús Malverde”; entre 1870 y 1909 vivió a salto de mata en la sierra de SinaloaCréditos: CUARTOSCURO
Escrito en ESTADOS el

CULIACÁN.- Era considerado un bandido generoso, tipo Robin Hood. Cuenta la leyenda que robaba a los ricos para darle a los pobres. Sin embargo, su final llegó luego de ser traicionado por uno de sus mejores amigos, su compadre. Esta es la historia de la caída de Jesús Malverde, el santo patrono de los narcos.

Su nombre real, según sus biógrafos, era Jesús Juárez Mazzo, mejor conocido como “Jesús Malverde” y vivió a salto de mata en la sierra de Sinaloa, entre 1870 y 1909.

De acuerdo a una canción que se escucha por todos los rincones de Sinaloa, se relata la presunta traición que sufrió “Jesús Malverde”, al parecer por su propio compadre.

La leyenda expuesta en la tesis de José Ramón Ortiz Castillo, “Corridos de un culto paracatólico”, señala que la astucia de “Jesús Malverde” no pudo contra la codicia del compadre, de quien se desconoce nombre, ya que, como Judas, por unas monedas lo entregó a los rurales, es decir, a la policía que lo buscaba.

Hoy en día, son muchas las historias que se cuentan de Jesús Malverde, al grado de convertirlo en un mito del que no se puede distinguir entre lo que fue verdad y lo que no, siendo incluso su propia existencia un debate que continúa hasta la actualidad.

Con el intenso sol del norte de México como testigo, en la ciudad de Culiacán, Sinaloa se construyó una modesta capilla en honor al bandido, donde año con año miles de creyentes de todos los rincones del país acuden para poner toda su fe en la figura de Malverde, hacer alguna petición o simplemente a curiosear, pues el recinto incluso se ha convertido en uno de los puntos turísticos imperdibles de la capital del estado norteño.

Letra del corrido compuesto por José B. Velarde:

  • La traición del compadre
  • En mil novecientos nueve 
  • ¡qué desgracia sucedió! 
  • Al señor Jesús Malverde
  • la acordada lo apresó! 
  • En esa fecha tan triste 
  • la gente se estremeció, 
  • al saber la gran desgracia 
  • que a Malverde le pasó.
  • Se encontraba muy tranquilo 
  • y juntando de su asalto 
  • a la sombra de un mezquite 
  • cuando lo paran en alto.
  • Querían que les implorara 
  • por eso lo torturaron,
  • le echaron la soga al cuello 
  • ni las corvas le temblaron.
  • Ese día que lo apresaron 
  • su compadre le decía:
  • "Compadre, tú ya no robes 
  • te puede costar la vida".
  • Y Jesús le contestó: 
  • "a la gente le hace falta, 
  • a mí no me importa nada 
  • pues tú me cubres la espalda".
  • La confianza mata al hombre 
  • y eso le pasó a Malverde
  • en otro día del compadre 
  • su vida encontró la muerte

 

LAS ÚLTIMAS BOTAS

El mito y la leyenda del Robin Hood mexicano, “Jesús Malverde” siguen vivos en Sinaloa y en todo México. En esa entidad, hay una anécdota de este personaje considerado el “santo de los narcos”.

Se dice que, en plena época de la Revolución Mexicana, “Jesús Malverde” se encontraba en la sierra de Sinaloa, donde se había refugiado después de ser perseguido por las autoridades. En ese momento, un grupo de revolucionarios irrumpió en su escondite buscando provisiones para sus soldados.

"Jesús Malverde" no dudó en ofrecerles lo poco que tenía, incluyendo su último par de botas. Los revolucionarios se sorprendieron ante su generosidad y le preguntaron por qué les estaba ayudando, a lo que el “Santo Patrono de los narcos” respondió: "Mi causa no es la suya, pero mi lucha es la misma".

Esta anécdota refleja la leyenda de "Jesús Malverde" como un bandido que robaba a los ricos para ayudar a los pobres, y que tenía un fuerte sentido de justicia social.

A pesar de su reputación como ladrón y bandido, muchos en Sinaloa lo ven como un héroe y un protector, y su capilla en Culiacán es visitada por miles de fieles cada año.