MEXICALI.- Familias guatemaltecas que esperan en Tijuana su turno para pedir asilo en Estados Unidos temen un episodio como el ocurrido en Ciudad Juárez, donde murieron 39 migrantes a consecuencia de un incendio en un centro de detención migratoria.
“Tenemos miedo porque nos puede pasar lo mismo. Lo único que pedimos al gobierno de México es que no nos deporte”, dijo una joven madre que hace más de un mes espera en uno de los albergues de esta frontera.
Ella no tiene problemas con su condición migratoria y por eso sabe que no puede ser detenida por el Instituto Nacional de Migración (INM), pero no es el caso de algunos de sus connacionales.
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Gladys Abad Estrada, representante de la Red migrante Guatemalteca desde 2018 que arribaron las caravanas de centroamericanos a México, dijo que desde hace dos años no puede ingresar a las instalaciones migratorias de Baja California cuando alguno de sus paisanos ha sido asegurado.
“Yo pienso: el que nada debe nada teme. ¿Por qué cerrar la puerta si ellos están asegurados allí? ¿Por qué cerrarnos la puerta a nosotros que queremos ayudar?”, preguntó.
En entrevista tras una conferencia de prensa en la que activistas pidieron un alto a la deportación de migrantes extranjeros y guardaron un minuto de silencio por la tragedia en Ciudad Juárez, Abad Estrada dijo que cuando son detenidos el único contacto que tienen con la representación de su país tampoco ayuda mucho.
“Al consulado lo dejan entrar, pero nomás va a decirles que firmen su deportación, no hay ningún apoyo de que se pueden quedar o cómo ayudarlos. Los aconseja que firmen su deportación”, afirmó Gladys Abad
Entre las quejas de los guatemaltecos que han pasado por las instalaciones migratorias de Baja California, contó, están el acceso restringido a llamadas telefónicas y problemas con la alimentación.
El coordinador de la Alianza Migrante y director de un albergue para familias en contexto de movilidad, José María García Lara, recordó que en octubre del 20221 Tijuana ya vivió un disturbio en instalaciones migratorias cuando un grupo de venezolanos detenidos protestó.
En este momento, añadió, la delegación del INM solo les ha dicho que no hay problemas como en otras fronteras del país.
“Esa es al menos la información que nos dan, nosotros no tenemos acceso de manera directa para saber qué pasa dentro de las instalaciones”, subrayó García Lara.
Isamar Figueroa, otra guatemalteca que viaja con su familia y tiene casi dos meses en Tijuana esperando tramitar su asilo en Estados Unidos, ha tenido problemas con la aplicación CBP One habilitada por el gobierno norteamericano para atender las solicitudes, y ahora con lo ocurrido en Ciudad Juárez, su espera se vuelve más preocupante
“Pero a la misma vez tengo que tener valor porque prometí y voy a seguir”, comenta.