TRAGEDIA EN CHIAPAS

Doble tragedia: familias pierden casas en incendio y serán desalojados de predio

Un incendio arrasó con 13 viviendas, de lámina y cartón, que se instalaron de manera irregular a orillas de un afluente en Tuxtla Gutiérrez; ahora el gobierno municipal los quiere desalojar

Un incendio arrasó con 13 viviendas, de lámina y cartón, que se instalaron de manera irregular a orillas de un afluente en Tuxtla Gutiérrez; ahora el gobierno municipal los quiere desalojar
Tragedia en Chiapas.Un incendio arrasó con 13 viviendas, de lámina y cartón, que se instalaron de manera irregular a orillas de un afluente en Tuxtla Gutiérrez; ahora el gobierno municipal los quiere desalojarCréditos: Christian González
Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- Un hombre llegó a su vivienda, a orilla del río Sabinal en la colonia San José de esta ciudad, discutió con su esposa y, ya enfurecido y al parecer bajo los efectos de las drogas, le prendió fuego a su casa; sin embargo, las llamas se salieron de control y arrasaron con otras 13 viviendas aledañas. A la tragedia se suma el amago de autoridades municipales de desalojarlos.

Gallinas, pollos, tortugas, muebles, aparatos electrónicos y electrodomésticos, joyas, dinero y documentos importantes, como actas de nacimiento, fueron consumidos por un incendio este martes por la noche en el conocido como Tercer Pellón El Triunfo, privada del río Sabinal, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Se trata de 13 familias que, desde hace más de 10 años se establecieron de forma irregular a orillas del afluente, junto a otras 25 familias que, debido a su situación de pobreza, no les quedó de otra que fincar su patrimonio en ese sitio.

Pese a la tragedia, el ayuntamiento municipal, encabezado por el alcalde morenista Carlos Morales Vázquez, les advirtió tanto a damnificados como a las otras familias que tienen 72 horas para desalojar, pues de lo contrario entrarán las máquinas y tumbarán las pocas viviendas que se salvaron del incendio, la mayoría construidas de cartón y lámina.

ENTRE CENIZAS

“Capitán”, un perro de la zona, reposa entre las cenizas de lo que, hasta el miércoles, era su casa; sin embargo, su ojo derecho y parte de su cabeza sufrieron quemaduras. Del otro lado está otro perrito, “Chipilín”, cerca de una fumarola de un montículo de artículos quemados.

Jorge Luis Trujillo, quien desde hace 14 años vivía en este lugar junto a su esposa, lamenta que todo lo que había logrado quedara reducido en cenizas. Su casa, de 7 por 10 metros, era de lámina y madera; no quedó nada.

Mientras él charla, su esposa se pasea por el espacio que ocupaba su hogar, de pronto se frota los ojos, llora, toca sus tortugas incineradas y busca entre los escombros algo que pueda rescatar, pero al parecer perdió todo, pues no les dio tiempo de salvar nada.

“Solo saqué un short y una playera”, recuerda quien tiene varios oficios, desde albañil hasta chofer. Pero apenas vive esta tragedia, y en su cabeza ya se viene otra: el ultimátum que les dio las autoridades municipales para salirse de ahí.

Jorge y su mujer salieron hace como 15 años de su tierra natal, Cintalapa, para buscar una mejor vida en Tuxtla Gutiérrez, pero hoy ya no tienen nada; “perdí hasta un dinerito que tenía ahorrado; también se afectó un carro que tengo, hasta mis 30 gallinitas y mis seis pijijis se quemaron”.

En el Tercer Pellón El Triunfo aún se percibe el humo del incendio. Asimismo, estudiantes de una Escuela Normal llegan al sitio para ofrecer alimentos y bebidas; otras personas se solidarizan con ropa y otros artículos de higiene personal.

ÉXODO OBLIGADO

Irma Vázquez Díaz, su esposo y sus dos hijas (una recién nacida y otra de dos años), tendrán que regresar a la comunidad Revolución Mexicana, municipio de Villacorzo, porque su casa también se redujo a cenizas.

Mientras tanto, una hermana le ofrece un espacio en su casa, también irregular. Pero ambas familias tienen que salirse, y el tiempo se agota.

La madre salió de su localidad de origen desde hace seis meses con la esperanza de progresar. “Con la recolección de plástico y otros materiales nos iba mejor que donde vivíamos, pero ya no nos queda nada”. Como otras familias, no pudo salvar nada, ni documentos oficiales.

Luis Enrique Hernández Ramos llegó a este sitio desde hace 9 años con un objetivo: trabajar duro en la pepena, juntar dinero y comprar un terrenito para que sus tres hijas y su esposa vivieran tranquilas. No obstante, el sueño de tener un patrimonio se esfumó.

En su casa no solo tenía muebles y aparatos electrodomésticos y electrónicos, sino varios miles de pesos y algunas joyas de oro que, durante su trabajo, encuentra entre la basura.

“Me dedico a la pepena de plástico, pero para darle de comer a mi familia, sí tenía, para darle estudio a mis hijitas, sí tenía, pero ahorita quedé sin nada, sin mi triciclo para chambear”.

Como es originario de Cintalapa, municipio que queda como a hora y media de la capital chiapaneca, su sueño era comprar ahí el terreno y fincar su casa e incluso volver a su antigua chamba, peón de albañil; pero ahora no sabe adónde irán, pues ya no se pueden quedar ahí.

“Solo le pedimos a la autoridad que nos eche la mano, que nos reubique, y que no nos regale nada, porque sabemos que no lo regalarán, pero que nos den la facilidad de pago”.

Junto a su familia, hay otras que son sus parientes que también resultaron afectados y que se tienen que salir. Por el momento, recibirán apoyo en el domo de la colonia San José, mientras resuelven su situación.

Aunque su casa no fue consumida por el fuego, Paola Ballinas Melchor advierte que la amenaza de desalojo la pone “entre las cuerdas”, debido a que su madre, en pocos días, cumplirá 76 años, por lo que está a punto de recibir su apoyo federal; sin embargo, si el ayuntamiento cumple su amenaza de sacarlas, existe la posibilidad de que pierda ese dinero que tanto necesitan.

La auxiliar de limpieza en una empresa bancaria, quien también se dedica a cuidar perros callejeros, lamenta que el gobierno municipal “no se toque el corazón” y ahora la quiera correr de esa zona, a donde llegó desde hace como año y medio.

“Vine a este sitio porque perdí la casa que teníamos por una hipoteca, y ahora estoy desesperada, no sé qué hacer; solo pedimos que no nos saquen, al menos que nos den más tiempo, porque no tengo dinero para pagar una renta”.

La mujer, quien padece de convulsiones, critica que el presidente municipal Carlos Morales no piense en la gente pobre, “somos personas honestas, trabajadoras, solo solicitamos una prórroga, o que nos reubiquen, y lo pagaremos, en paguitos… ¿Dónde está su humanidad, alcalde?”.