CASO DE ABUSO SEXUAL

Niña sufrió abuso sexual por compañero de primaria; ahora ella y su familia son amenazadas

El padre del niño violentador ha amenazado a la familia, dice que pedirá apoyo "de una organización"

Créditos: Especial
Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ. - En al menos tres ocasiones, una niña de ocho años fue encerrada en el baño de la Primaria “Adolfo López Mateos” donde estudia, en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, para ser abusada sexualmente por otro compañero, pero de sexto grado de la misma institución.

Desde diciembre del año pasado sus padres tomaron cartas en el asunto y denunciaron el hecho ante la Fiscalía de la ciudad, la niña apenas cursaba el tercer grado de primaria y ella misma fue quien alertó lo ocurrido. Los papás denuncian que los directivos del centro educativo e incluso la maestra de la víctima les dio la espalda.

La pesadilla para la pequeña “Mirna”, nombre ficticio para proteger la identidad, comenzó el 8 de diciembre pasado cuando la madre detectó cambios en el humor de su hija y, al bañarla, también descubrió lesiones en algunas partes de su cuerpo.

Además, cuenta la madre de la menor violentada, que el papá del niño señalado como agresor la amenazó con “darle un levantón” si no paraba las acusaciones. Hasta el momento, la escuela no ha tomado medidas respecto al presunto abusador sexual, quien aún recibe clases en el centro educativo.

Primaria “Adolfo López Mateos”

Algo andaba mal

Al platicar con su niña, se enteró de que otros estudiantes ayudaban al agresor a encerrar a la víctima en los sanitarios. Con los resultados otorgados por el médico legista de la Fiscalía, la madre detalla que su hija sí sufrió abuso sexual, por lo que se abrió una carpeta de investigación por el delito de pederastia.

Aunque está consciente de que el niño no pisaría la cárcel (por ser menor de edad), aclara que no buscaba que eso sucediera, sino que solo lo sacaran de la escuela, Mariluz confiesa que el primero en “ponerles trabas” fue el propio director de la primaria, Alan Sánchez Bonifaz.

Al principio, este último se sumó a la causa, e incluso pidió a la víctima reconocer a su agresor, quien fue colocado en la cancha de la misma institución educativa. Frente a su agresor y los papás de éste, la pequeña detalló lo que le hacía en el baño.

Tras las vacaciones decembrinas y el retorno a las aulas a principios de enero de este año, se pensó que la situación se calmaría; sin embargo, no fue así.

Una prima de la víctima, que también estudia allí, fue amenazada por el agresor, “le dijo que, si hablaba le iría peor, o sea que las autoridades no tomaron cartas en el asunto, no creían que él hubiera hecho eso”.

Documento emitido por la Fiscalía donde se confirma que la menor es “Víctima del delito de pederastia”

Focos rojos

Según la denunciante, los abusos no solo eran en contra de su hija, sino que al parecer hubo más víctimas.

“No sabemos quiénes, pero supimos que sí ocurrieron cosas”.

Lo peor de todo, luego de una serie de amenazas, es que ella, su esposo e hija tuvieron que dejar la casa que rentaban en la colonia Artículo 115, donde está la escuela, y conseguir otro espacio.

“Porque nos han seguido, e incluso el mes pasado, no recuerdo bien el día, una camionetita, con todos los vidrios polarizados, se nos atravesó en una calle; veníamos del súper”, recuerda.

En ese momento, agrega, una voz de esa “unidad” les afirmó que se trataba de una advertencia. Sin embargo, no solo ellos sufren el hostigamiento del padre del niño violentador, quien amaga con recibir el apoyo “de una organización”, sino que les preocupa la salud mental de su hija, quien ha mostrado cambios de conducta tras las agresiones sufridas.

La maestra, otra piedra en el zapato

Cuando Mariluz pensaba que Alicia, la maestra de la víctima, abonaría para que ésta se sintiera segura y respaldada, fue todo lo contrario. Con base en su relato, la profesora le advirtió que su hija no podía ser recibida en el centro educativo.

“Agarró a mi hijita de la mano, y solo eso me dijo”.

El ambiente era cada vez más hostil en la escuela, pues alumnos y maestros murmuraban cada que la víctima pasaba cerca. Mientras tanto, el director de la primaria les daba largas, e inclusive les solicitaba una serie de documentos.

Asimismo, la maestra le negó permisos a “Mirna” para que llevara una recuperación más adecuada; es decir, solo le otorgaba tres días por mes, pues si se ausentaba más tiempo sería dada de baja. Según la madre, la misma docente le negó a la niña su apoyo en reiteradas ocasiones:

“mi nena le pedía que, por favor, la acompañara al baño porque tenía mucho miedo, y solo le contestaba que no estaba para atenderla solo a ella”.

Prueba de conversaciones de WhatsApp entre la maestra y madre de la víctima

Todo iba de mal en peor. Un lunes, por la mañana, la supervisora de zona llegó a la escuela para hablar con “Mirna”, pero en lugar de tratarla bien, la revictimizó. Es decir, le dijo que no era para tanto y que solo ocurrió un “simple toqueteo”.

De acuerdo con Mariluz, la mujer no se dio cuenta de su presencia y que escuchó todo: “También le habló a mi sobrinita que estudia ahí, que dijera la verdad, y que no creía que el niño hubiera hecho algo así. Y que, si no decía la verdad, también le darían de baja”.

La madre espera agotar todas las instancias para que se le haga justicia a su pequeña, pero sobre todo que otras niñas no sufran la misma situación.

Por el momento, la única “solución” que les dieron en la Primaria “Adolfo López Mateos” es que “Mirna” llegue a clases dos días a la semana, mientras que el agresor lo haga en los otros días en los que ella se ausente. También le ofrecieron clases en línea, lo que Mariluz rechazó porque cree que se trata de un acto de injusticia.

Además de la denuncia ante la Fiscalía, agrupaciones sociales acompañan a los padres de la niña en este proceso; incluso, el caso ya llegó a la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

“No somos gente de problemas, pero hacemos responsables, de lo que nos pueda pasar, a los padres del niño agresor”.