PACIFICACIÓN EN CHIAPAS

“La construcción de paz no es un sueño”; la lucha de Fabiola por pacificar Chiapas

Con una nueva motivación, Fabiola comenzó a trabajar en talleres de paz, autocuidado y agroecología para jóvenes y mujeres del barrio, así como en comunidades rurales

Con una nueva motivación, Fabiola comenzó a trabajar en talleres de paz, autocuidado y agroecología para jóvenes y mujeres del barrio, así como en comunidades rurales
Fabiola, pacificadora de Chiapas.Con una nueva motivación, Fabiola comenzó a trabajar en talleres de paz, autocuidado y agroecología para jóvenes y mujeres del barrio, así como en comunidades ruralesCréditos: Especial
Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- Fabiola vivió una vida de doble marginación. Como muchos otros, enfrentó la batalla de crecer como una mujer joven en un área afectada por el conflicto y, sin saber que era la paz lo que buscaba, se sintió descontenta consigo misma y con su contexto: algo necesitaba cambiar.

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La construcción de paz no estaba en sus aspiraciones hasta que Fabiola se dio cuenta de que, no solo ella sino todo su entorno, carecía de paz. Siendo protectora con ella, la familia de Fabiola no estaba de acuerdo con su aventura en la consolidación de la paz.

No comprendían completamente los esfuerzos de ser un joven constructor de paz, especialmente en una región en pobreza y rural, como lo es Chiapas. Además de convencer a su familia, Fabiola también tuvo que demostrar sus habilidades al mundo exterior.

Para ella, fue un desafío ser tomada en serio como una joven constructora de paz, sin estar alineada con una institución internacional extranjera.

“Muchas veces en mi trabajo he tenido que actuar de manera más masculina para demostrar que soy apta para ciertas tareas, pero al mismo tiempo he sido juzgada por hacerlo. La misoginia es muy común, así como el ‘machismo’, que es practicado tanto por hombres como por mujeres”.

Atravesando momentos difíciles, a Fabiola le resultó difícil mantener la paz consigo misma, ya que se sentía juzgada por los demás. En estos tiempos era fácil olvidar que todos pasan por diferentes emociones y se sienten abrumados a veces, como ella explica:

“Durante este período de mi vida enfrenté muchos momentos estresantes, momentos en los que no sabía qué hacer, momentos en los que me derrumbé, llegando a un punto en el que olvidé quién soy realmente”.

ENCONTRAR LA PAZ JUNTOS

El viaje de Fabiola para identificarse como una joven constructora de paz no fue fácil. Sin embargo, su vida dio un vuelco cuando encontró su vocación con el apoyo de mujeres que la alentaron a luchar por una alternativa. De ellos aprendió que actuando desde y con amor se pude mejorar el mundo. “Desde acciones con amor es posible mejorar el espacio que habito”.

 

 

Con una nueva motivación, Fabiola comenzó a trabajar en talleres de paz, autocuidado y agroecología para jóvenes y mujeres del barrio, así como en comunidades rurales. Pudo hacer crecer una red comunitaria a su alrededor, basada en el ideal de usar la crisis como una oportunidad para la transformación.

Ahora, su verdadera pasión radica en estudiar el uso de plantas medicinales para curar enfermedades relacionadas con las mujeres, una forma de pagar la deuda de gratitud que tenía con las mujeres que la alentaron a luchar por la paz.

“Esas mujeres actuaron como una especie de nido para mí, un refugio donde me sentí protegido y cobijado. Incluso hoy, cuando estoy con un grupo de mujeres, siempre me acogen, me muestran que podemos construir la paz en nuestra comunidad. Siempre me llenan de mucho amor, protección y hermandad”.

AVANZA LA PAZ

Fabiola está decidida a continuar con su trabajo hasta que se escuchen las voces de los jóvenes. Su mensaje a las partes interesadas internacionales es ser sensibles, acercarse a los jóvenes y aprender sobre los problemas que enfrentan en sus diferentes contextos.

“Esta es la única manera de abrir el diálogo y encontrar soluciones que respondan a las necesidades de los jóvenes en todas sus diversidades”.

Ella enfatiza la importancia de los espacios seguros, como la organización miembro de GPPAC, la Iniciativa de Paz y Desarrollo de Whitaker (WPDI), ya que permiten que las mujeres y los hombres jóvenes se vean a sí mismos como agentes de cambio positivo en sus propias comunidades.

 

 

“En un mundo ideal, vería un mecanismo que promueva tales organizaciones y proyectos para apoyar a más jóvenes”.

Ahora, Fabiola anhela un futuro mejor para los jóvenes en México y en todo el mundo. Ella cree que hacer que la juventud sea el centro de la construcción de la paz es de suma importancia considerando la escalada de violencia en el mundo, y más específicamente en Chiapas.

Ella sostiene la antorcha para que otros jóvenes constructores de la paz sean reconocidos como agentes de cambio y constructores de la paz de hoy, mañana y el futuro. En la misma línea, alienta a sus compañeros:

“Los jóvenes tienen potencial y energía. Somos inquietos y podemos redirigirlo para construir nuestro propio futuro en nuestras comunidades. Para que esto suceda, necesitamos ser escuchados y confiables”.

“Si cometemos errores, significa que estamos en un proceso de aprendizaje. Los jóvenes son los agentes de cambio del mañana y, con un poco de apoyo de la sociedad, podemos construir una paz duradera no solo en México sino en todo el mundo”.

LA VIOLENCIA

En los últimos días en Chiapas se han incrementado los hechos violentos en contra de la población, de acuerdo a datos proporcionados por observatorio ciudadano la inseguridad en algunos municipios de Chiapas como Mapastepec aumentó un 400% con respecto del año pasado.

 

 

La población tapachulteca vive en la zozobra pues en recientes días se han reportado casos de personas ejecutadas, feminicidios e intentos de asesinato, situaciones que no habían sucedido con anterioridad.

Por esta situación decidimos realizar una encuesta en la página web Diario del Sur a nuestros lectores para saber cuál es su punto de vista sobre esta problemática que se presenta en nuestra región, el cuestionamiento realizado fue: ¿Crees que la violencia en Chiapas está al nivel de la que se ve al norte del país?

 

 

Un 56 por ciento de nuestros votantes eligió la opción uno: Si, porque en nuestro estado no se veían ese tipo de situaciones, considerábamos que vivíamos en un lugar seguro y al parecer ya no lo es debido a la alta ola de seguridad que se vive actualmente.

 

 

 

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