DESAPARICIÓN FORZADA

Trabajadores de turismo y construcción, las víctimas de desaparición en el Caribe

El sector turístico y la construcción son las dos principales actividades económicas de Quintana Roo, que recibe al año más de 10 millones de turistas, que dejan una derrama superior a los 10 mil millones de dólares

El sector turístico y la construcción son las dos principales actividades económicas de Quintana Roo, que recibe al año más de 10 millones de turistas, que dejan una derrama superior a los 10 mil millones de dólares
Desaparecidos en Quintana Roo.El sector turístico y la construcción son las dos principales actividades económicas de Quintana Roo, que recibe al año más de 10 millones de turistas, que dejan una derrama superior a los 10 mil millones de dólaresCréditos: CUARTOSCURO
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CANCÚN.- María Esther Barrera ha perdido a tres hijos. El primero, de muerte de cuna, el segundo por una intoxicación y el tercero no sabe de su paradero. En diciembre pasado fue víctima de una desaparición forzada, en pleno corazón de la Riviera Maya.

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“A los otros dos he tenido el honor de enterrarlos, pero a mi hijo Artemio no”, dice María Esther en entrevista con Pie de Página.

Desde 2018, entre Cancún, Playa del Carmen, Tulum e Isla Mujeres, los destinos turísticos más importantes del Caribe mexicano, se acumulan 27 carpetas de investigación por desaparición forzada, informó Carlos Maya Girón, vicefiscal general de la zona norte de Quintana Roo.

Se trata de personas que trabajaban o en el sector turístico o en la construcción, las dos principales actividades económicas de Quintana Roo, que recibe al año más de 10 millones de turistas, que dejan una derrama superior a los 10 mil millones de dólares.

Artemio Lorenzana Barrera, el hijo desaparecido de María Esther, nació en Tecpan de Galeana, Guerrero, en 1968.

En búsqueda de trabajo, a los 17 años, Artemio decidió partir, primero a Jalisco, luego a Oaxaca y finalmente a Quintana Roo, donde se asentó y permaneció hasta el día de su desaparición, el 11 de diciembre de 2021.

En Playa del Carmen, Artemio había conseguido fundar un pequeño negocio de tours. En una diminuta caseta apostada en la Quinta Avenida, la más transitada del destino, ofrecía paquetes turísticos. María Esther narra que un grupo del crimen organizado no sólo lo despojó de su negocio, sino que lo obligó a trabajar para éste.

“Lo obligaron a trabajar para ellos, pero él pidió permiso de irse, porque no quiso estar ya ahí. Como al inicio no protestó ni nada, lo dejaron, pero tuvo que pagar para irse”, dijo Guadalupe Lorenzana, prima hermana de Artemio.

Artemio se fue a Tulum, a otra caseta de tours, en donde trabajaba Érika Hernández del Valle, su expareja, madre de una de sus tres hijas, quien está acusada ante la Fiscalía de su desaparición y se encuentra detenida y procesada junto con dos sujetos más.

“La desaparición fue por un particular, por esta señora. No sabemos por qué lo desapareció. No sabemos dónde está, si está vivo o lo tienen en algún lado. Lo único que sabemos es que ella participó, pero aún no tenemos justicia”, dice Érika.

EL CONTROL COMERCIAL DEL CRIMEN ORGANIZADO

Ángel Jhoan de la Cruz es otro joven desaparecido. Originario de Macuspana, Tabasco, Ángel llegó a Quintana Roo para trabajar como ayudante de albañil en las obras del lujoso resort Planet Hollywood, erigido en la zona continental de Isla Mujeres. El 15 de junio de 2020 se presentó a trabajar y el sábado fue retenido por unos sujetos porque, según cuenta Vicente de la Cruz, padre de Ángel, el contratista de la obra les debía dinero.

 

 

“Fue para presionar al contratista”, cuenta el padre. Y como éste no pagó, lo mataron y arrojaron su cuerpo, junto a otros cuatro, a un costado del hotel, en lo que sería una de las primeras fosas clandestinas conocidas del Caribe mexicano.

El crimen organizado controla la mayoría de las obras de construcción en la zona conocida como Isla Blanca, según relatan fuentes oficiales, los propios trabajadores, algunos contratistas y especialistas en materia de seguridad como James Tobin, miembro del Consejo Nacional de Seguridad.

 

 

Tobin explica que los grupos criminales se han apoderado de las obras. Primero, explica, infiltran a uno de sus miembros en la obra, a fin de obtener información sobre los contratistas, personal y sobre los “dueños de la plaza”.

Posteriormente llegarán más miembros de la organización criminal, contratados con base en amenazas, encargados de vender marihuana y otras sustancias. En caso de negarse, los albañiles, pasteros, carpinteros y demás obreros tendrán que pagar una cuota que oscila entre los 300 y 500 pesos. Mientras tanto, los contratistas tienen que pagar una cuota que depende del personal que manejen.

 

 

Por el ambiente que se vivía en Planet Hollywood, Óscar Carlos Inacua Magaña decidió dejar el trabajo que tenía ahí como plomero. Al poco tiempo consiguió emplearse en las obras de Waldorf Astoria, uno de los hoteles del complejo Amankaya, desarrollado por la marca Hilton en la Carretera 307, en Cancún. Pero un día de febrero de 2021, Óscar entró a la obra y de él no se supo más.

 

 

 

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