Alicia Guillén se siente triste e incluso cansada, pues desde hace una década ha buscado sin cesar a su hijo Eduardo Meza Guillén, "Lalito". Tenía 6 años cuando “desapareció” en la colonia Francisco I. Madero, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
TAMBIÉN LEE: CAOS EN PASEO DE LA REFORMA DE LA CDMX; FAMILIARES DE DESAPARECIDOS URGEN PONER FIN A CRISIS DE DH
Pese al panorama adverso y al detrimento de su salud, ella ha recorrido casi todo el país para encontrarlo, sin éxito. En compañía de cientos de madres, ha pisado morgues, fosas comunes y clandestinas, así como hospitales.
También ha pegado volantes o carteles en postes y paredes, pero no ha tenido éxito. Por el contrario -según narra- lo que ha recibido son amenazas, humillaciones y el desdén de las autoridades, principalmente las de Chiapas.
Aquel 21 de enero de 2012, "Lalito", como lo conocían de cariño, jugaba con otros niños a las afueras del restaurante de Alicia, su madre; sin embargo, en un descuido fue robado.
De acuerdo con la madre, tiene una lista de varios sospechosos, entre ellos una mujer conocida como Júbila López Gutiérrez, quien días antes, en forma de “broma”, le preguntó si no tenía miedo de que se lo robaran “porque estaba bonito, me dijo”.
No obstante, desde hace unos cinco años, las pistas se agotaron; la última información que recibió fue que Eduardo posiblemente estaba en Panamá. Todo quedó en rumores.
Ella, afirma, ha vivido de todo; incluso recuerda que, en una ocasión, una vidente de nombre Gladys, que le proporcionó la misma Fiscalía General del Estado (FGE), le advirtió que “Lalito” ya estaba muerto.
“Salí llorando muy fuerte, pero lo peor es que el caso de mi niño lo sacaron del área de Desaparición Forzada y lo metieron a la de Secuestro, a pesar de que les dije que no era un secuestro sino un robo forzado, una desaparición forzada”.
LA CRISIS SIN FIN
México conmemoró este martes el Día Internacional de las Desapariciones Forzadas como uno de los países con más casos tras superar la cifra oficial de 100,000 personas no localizadas, en medio de la polémica del caso Ayotzinapa y con un complicado panorama en el que los pocos avances son logrados por los familiares.
“El panorama es que hay una grave crisis de desapariciones en México, que hay una grave crisis forense y que esto tiene mucho que ver con el modelo de seguridad de nuestro país”, dijo a Efe Alejandra Elguero, abogada del área de Defensa del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh).
En mayo se superó la cifra de 100,000 personas desaparecidas, y recientemente se alcanzaron las 103,000, según el Registro Nacional de Desaparecidos de la Secretaría de Gobernación (Segob).
La crisis forense, con más de 52.000 restos humanos sin nombre, según datos oficiales, constituye también una de las principales trabas para acceder a la verdad y a la justicia.
Miles de personas, después de haber sido localizadas sin vida, llegaron a dependencias de las fiscalías y de ahí volvieron a desaparecer.
EL FLAGELO EN CHIAPAS
De acuerdo con la Red por los Derechos de las Infancias y Adolescencias (Redias), de enero de 2018 a julio de 2022 se han registrado 1,605 casos de niñas, niños y adolescentes desaparecidos en Chiapas.
Además, de 2020 a 2022, un total de 476 niñas, niños y adolescentes desaparecidos aún no son localizados, es decir el 35.9% del total, advierte esa fuente basada en una pesquisa de la organización civil Melel Xojobal.
Asimismo, deja entrever que, de dos desapariciones semanales durante 2018, la cifra aumentó a una decena, por semana en lo que va de este 2022. Entre otros datos, advierte que el año con mayor número de desapariciones ha sido 2021, con 629.
De los 1,605 casos en total, se han registrado, por año, desde 2018, alrededor de 319, casi un evento diario, advierte Redias, y agrega que cerca del 50% de reportes de desaparición se concentran en Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal y Tapachula.
De la población desaparecida, estima que el 32.4% son indígenas, 65.7 mestizas y 1.9 migrantes, mientras que la edad más frecuente de las desapariciones de hombres y mujeres son los 15 años.
Esta versión es corroborada por la Red de Madres Buscando a sus Hijos, con presencia en Oaxaca, Estado de México, Tampico, Veracruz y la entidad chiapaneca, pues advierte que solo en esta última recibe, a diario, al menos una llamada telefónica de alguna persona que solicita ayuda para localizar a un ser querido.
CIFRAS QUE NO CUADRAN CON LA REALIDAD
Aunque los datos oficiales revelan que al menos en Chiapas las cifras de secuestros o desapariciones son bajas, Alicia Guillén, también presidenta de la Red de Madres Buscando a sus Hijos en Chiapas, subraya que esos datos no están apegados a la realidad.
Además, advierte que el panorama es más complejo de lo que parece, porque de las 400 familias que conforman la Red, solo el 10 o el 20% ha hallado a sus seres queridos, la mayoría, luego de ser secuestrados o desaparecidos y luego captados por los cárteles de la droga.
“De nuestra Red, de nuestro grupo, hallamos a tres muchachas, que fueron víctimas de un sicario al que le decían ‘El Tamalero’, que deshacía los cuerpos en el Estado de México; pero también hay casos de Tampico, donde hallamos como 8 o 9 víctimas, y de Chiapas, hay 2 de Tapachula, 4 de Comitán, 5 de San Cristóbal, y 3 de Tuxtla que están pendientes por ser encontrados; pero a los de los cárteles no les conviene que sigamos en esa búsqueda”, detalla Alicia.
Con base en un comunicado emitido por el Comité de las Naciones Unidas contra la Desaparición Forzada (CED), al 26 de noviembre de 2021, cerca de 95,000 personas estaban registradas oficialmente como desaparecidas en México.
Además, especificó que este país también vive “una grave crisis” con más de 52,000 cuerpos no identificados de personas fallecidas.
“Insistimos en que México debe adoptar una política nacional de prevención que involucre a todas las autoridades para poner fin a las desapariciones forzadas y asegurar que las víctimas tengan acceso a la verdad, la justicia, la reparación integral y las garantías de no repetición”, argumentó el Comité.
Casi a punto del llanto, Alicia manifiesta que, pese al cansancio y a dos enfermedades crónico-degenerativas que le consumen la salud, una de ellas el cáncer, externa que no descansará hasta que, un día, pueda volver abrazar a su niño.
“Por eso a ustedes (medios de comunicación) los necesito más que a una Fiscalía, porque esas instancias lo único que hacen es matarnos en vida; acabar con nuestro dinero, con nuestra reputación, somos pisoteadas”.
Para ella, no solo desaparecieron 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, sino que, advierte, son miles de desaparecidos en todo México. “Porque me lo arrebataron de mis brazos, pero no de mi corazón, ni de mi mente”.
La mujer se toma unos minutos para mostrar varias lonas impresas con retratos de su hijo, e incluso de cómo podría haber sido su cambio físico con el paso de los años.
“Como dije, ya no me importan las fiscalías, porque ahora sé cómo moverme, ya conozco el camino, y lo mejor es que ya no solo busco a mi "Lalito", busco a todos los desaparecidos”.
HAY DEMASIADA GENTE DESAPARECIDA EN BC
Antes de perder a su hermano Alberto Valdivia Cruz, Isela jamás había escuchado de la desaparición de personas, pero hoy llama familia al colectivo de búsqueda del que forma parte en Tijuana.
Alberto estuvo desaparecido entre diciembre del 2021 y marzo de este año, hasta que ella identificó su cuerpo en el Servicio Médico Forense (Semefo), aunque esto no la hizo dejar al resto de buscadores.
“Aquí estamos apoyando a la fundación en agradecimiento por todo el apoyo que nos brindaron”, comentó.
Isela Valdivia Cruz acompañó este martes a decenas de personas que buscan a sus seres queridos con ayuda del Colectivo Todos Somos Erick Carrillo que se reunieron con lonas, cartulinas y playeras con los rostros y nombres de sus familiares con motivo del Día Internacional de los Desaparecidos.
Erick Carrillo, fundador del colectivo que hoy es también fundación, estima que solo en este año han localizado 150 personas desaparecidas en el estado y en el colectivo hay más de 400 casos.
“Hay demasiada gente desaparecida”, comentó para agregar que las autoridades no tienen los medios suficientes para resolver el problema.
“El presupuesto y recurso es muy bajo en Baja California”, añadió.
Las familias que se reunieron este martes en la glorieta Cuauhtémoc, una de las más socorridas por los tijuanenses cuando se trata de protestas y festejos, conocen bien esa falta de recursos y de resultados.
Azul Chavarría, esposa de Óscar Gómez Islas, ex empleado de Jorge Hank Rhon privado ilegalmente de su libertad el pasado 18 de abril al salir de las instalaciones del Grupo Caliente, fue otra de las buscadoras que se dieron cita para reclamar a las autoridades.
TAMBIÉN LEE: COMANDO SE LLEVA A ÓSCAR AFUERA DE CASINO CALIENTE; FAMILIA PIDE AYUDA AL EJÉRCITO
“Estamos estancados, estamos en balnco. Es como si fuera el primer día porque no hay nada, así como el primer día no teníamos ningún rastro más que los pocos videos que se pudieron adquirir”, mencionó.
Isela Valdivia Cruz está en la misma situación aunque haya encontrado a su hermano porque la Fiscalía Estatal en Baja California (FGE), no tiene ningún avance en la investigación del asesinato.
“Ni una respuesta, ni un llamada”, dijo conteniendo las lágrimas antes de que el colectivo se concentrara en la glorieta.
rst