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Las Chelemeras, las mujeres que reviven manglares en la Península de Yucatán

Desde 2010, un grupo de mujeres trabajan en la conservación restauración de manglares sin que una sola semilla sea plantada

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MÉRIDA. - Al principio, las mujeres de Chelem en la Península de Yucatán, vieron el trabajo como una oportunidad de tener ingresos para sus familias, pero se interesaron más en la reforestación de los manglares cuando advirtieron los beneficios que con ello traían al medio ambiente.

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“Para nosotros, (los trabajos de restauración) eran oportunidades de ingreso más que nada. Pero ya al pasar el tiempo, saber que estábamos colaborando con el medio ambiente nos dio más interés. Y pues ya sabemos de qué manera realmente colaboramos”, cuenta Keila Vázquez, de 43 años y miembro original de Las Chelemeras, como ellas mismas se hacen llamar, en entrevista para Mongabay Latam.

EL ORIGEN DE LAS CHELEMERAS

Desde el año 2010 se dio en esta zona una nueva profesión, cuando un grupo de 18 mujeres, muchas de ellas con descendencia maya, se dio a la tarea de conservar y restaurar los manglares de la zona.

Vázquez cuenta que el primer día desconocían lo que iban a hacer ni con qué fin ya que anteriormente algunas de ellas ya habían trabajado en otro tipo de proyectos parecidos, pero estos no habían funcionado. 

{"quote":"“Como todo empezó por economía, entonces, dijimos, ‘bueno, si van a hacer otro experimento, vamos’”, comenta Keila en el texto de Caitlin Cooper."}

Se trató de un proyecto diferente,encabezado por los biólogos Jorge Herrera del Cinvestav-Mérida y Claudia Teutli, de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES-Mérida-UNAM), quienes les pidieron hacer zanjas de tres metros por 60 m de profundidad.

(Foto: Cuartoscuro)

Al cabo de dos o tres días se sorprendieron de ver cómo brotaba el agua en un lugar que era muy seco, lo que las animó a seguir trabajando.

El nombre del grupo se inspira en la palabra maya “chelem” usada para referirse a un tipo de ave y también a un tipo de planta, pero “Chelemera” también destaca que otras personas “nos identificarán como las mujeres trabajadoras de Chelem”, dice la mujer. 

CHELEM Y LOS MANGLARES

Este puerto se ubica aproximadamente a 51 kilómetros al norte de Mérida, y cuenta con unas 100 hectáreas de manglar rojo y negro, hábitat de abundandantes cocodrilos, mojarras y martines pescadores. 

La demanda desmedida del turismo y el desarrollo urbano, no obstante, han provocado el deterioro de esta zona y, en algunos casos, la deforestación del ecosistema.

A lo largo de la península de Yucatán, que se extiende por los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, se albergan alrededor de 544 mil hectáreas de manglares, la mayor extensión en México; pero casi la mitad de estos manglares están fuera de áreas naturales protegidas. 

Las zonas que sí cuentan con un programa de manejo medioambiental se enfrentan constantemente al problema del cambio de uso del suelo, pese a que desde 2007, la Ley General de Vida Silvestre prohíbe la remoción, relleno, trasplante o cualquier actividad que afecte a los manglares.

(Foto: Cuartoscuro)

En Chelem, la construcción del puerto en 1969 permitió la conexión artificial de la laguna costera con el mar. Sin embargo, el dragado para las autopistas provocó un grave deterioro al obstruir el flujo de agua de la laguna hacia los árboles.

En el año 2010, Chelem, sus manglares y su laguna fueron declarados área natural protegida dentro de la Reserva Estatal Ciénagas y Manglares de la Costa Norte de Yucatán.

REFORESTACIÓN, LA IMPORTANCIA DEL TRABAJO DE LAS CHELEMERAS

Las Chelemeras han contribuido a la reforestación de aproximadamente 50 hectáreas de manglar en el puerto de Yucalpetén y en el puerto de Progreso, donde ayudaron a la laguna a recuperar su topografía natural.

Pese a que la reforestación completa de la zona puede tardar décadas, Las Chelemeras ya han observado indicadores de que su método está funcionando, como la presencia de una diversidad de nidos, crías y caracoles en los manglares.

Para los pueblos de la costa peninsular del Golfo de México, la conservación de la cobertura forestal tiene un impacto marcado y duradero tanto en la comunidad local como en el medio ambiente, como en caso de huracanes. 

(Foto: Caitlin Cooper/Mongabay Latam)

La pérdida de manglares ha hecho que los habitantes sean más vulnerables a las tormentas y a la subida del nivel del mar, además de que limita los recursos marinos disponibles para los pescadores. 

Los manglares, al almacenar carbono “azul”, acogen tanto a la población humana como a la vida silvestre.

Este tipo de zonas pueden servir como criaderos importantes, y además sostener las actividades económicas de la población.

¿QUÉ HACE UNA CHELEMERA?

Una jornada de trabajo de una de estas mujeres suele consistir en la construcción de canales y la limpieza de las vías fluviales existentes para que entre agua fresca a las zonas deforestadas o degradadas. 

En el caso de los viveros de mangle que han sobrevivido, Las Chelemeras construyen pequeñas barreras con postes de madera y mallas para que las plántulas se queden y arraiguen, en lugar de ser arrastradas al mar. 

El uso de este método significa que no se ha plantado ni una sola semilla para la reforestación de los manglares.

Ante el éxito de su trabajo, se busca ampliar el alcance del método, sin embargo, el financiamiento de su trabajo es temporal y esporádico, pues los fondos provienen de una combinación de becas, donaciones e inversión extranjera, por lo que los encargados del proyecto buscan y solicitan de forma habitual los recursos para apoyar el trabajo de Las Chelemeras.


(djh)