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Voy a quebrarle a tu hijo cada uno de sus huesitos: la violencia que vivió Lorena

“Lorena” cuenta el infierno que ha vivió con su expareja, hoy abogado de un reconocido político en Tuxtla Gutiérrez

Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- Lorena era autosustentable y podía mantener sin problemas a su hijo de 8 años; para ello, trabajó primero para la Fiscalía de la Mujer, pero luego recibió una mejor oferta y se mudó a la Comisión Ejecutiva Estatal para la Atención a Víctimas en el mismo Chiapas; sin embargo, hace un año conoció a Carlos “N”, quien se convertiría, hasta hoy, en su verdugo.

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En entrevista con La Silla Rota, la especialista en psicología forense, quien en la actualidad se mantiene refugiada en otra entidad por amenazas de muerte, relata que todo parecía normal: viajó de Comitán, su tierra natal, a esta ciudad tuxtleca, buscó un departamento cerca de su empleo y todo marchaba bien.

De hecho, hace unos años -cuenta- su hijo fue víctima de abuso sexual por parte de un familiar de su exesposo, lo que de alguna forma la orilló a dejar esa localidad y buscar nuevos horizontes, pues también había amenazas por haber denunciado al agresor.

Sin embargo, ya instalada en Tuxtla Gutiérrez, hace un año, conoció a Carlos “N”, quien la cortejó por algunas semanas, se ganó su confianza, lo que provocó que ella se encariñara de él. Según su versión, el cariño no solo era hacia su nueva pareja, sino hacia su madre y otros familiares que la trababan bien.

Aunque estaba ilusionada por su nuevo rol en la CEEAV, la situación comenzó a cambiar: el sueldo que le habían ofrecido no se lo otorgaron; “eso hizo que instalara un consultorio particular donde vivía, para sacar un dinero extra, porque me engañaron”, recuerda.

No obstante, las “buenas” atenciones de Carlos “N” mermaban un poco su preocupación. Él siempre estaba presente, preparaba la comida, atendía a su hijo, lo llevaba a clases de taekwondo, entre otras cosas más; prácticamente se la había ganado.

 

UN TEATRO DEL TERROR

Como la relación era seria, Carlos “N” y su madre advertían que él era estéril, por lo que no podía dar hijos, incluso hasta le enseñaron pruebas. Ante ello, “Lorena” se confió y quedó embarazada, pero fue hasta los tres o cuatro meses de esta etapa que, asegura, empezó a conocer en verdad a quien había aceptado como novio, quien de forma reiterada hablaba de sus pasadas relaciones y de lo “tormentosas” que habían sido para él.

“Toda su familia, hasta su mamá, advertían que esas mujeres fueron malas con él”, recuerda Lorena, quien agrega que otra cuestión que comenzó a notar con rareza es que Carlos “N” la presionaba, sutilmente, para que vivieran juntos.

La llegada de otro bebé complicó la situación emocional de “Lorena”, quien confiesa que no estaba preparada porque tenía otras metas en torno a su situación laboral, pero se dejó llevar por la supuesta esterilidad de su entonces novio. Para ello, se sometió a terapias, en algunas de las cuales fue acompañada por Carlos “N”, lo que le daba fortaleza.

Al poco tiempo, su pareja agilizó otras situaciones: unió el departamento de “Lorena” con la casa de su madre, es decir quitaron un muro que dividía los espacios, sin tomarla en cuenta a ella para esa decisión.

Instalado con ella, Carlos se quedó desempleado y comenzó a ingerir bebidas embriagantes con mayor frecuencia. Cuando ella tenía unos como cuatro meses de embarazo, su pareja intentó controlar sus ingresos económicos.

“MI EX ESTABA LOCA”

En un momento, recuerda, le sugirió que buscara un empleo, pero Carlos, abogado con maestría y doctorado, siempre advertía que su nombre quedó manchado porque tuvo problemas con su expareja, a quien tachaba de loca, “pero otra cosa: como que los roles ya me estaban incomodando porque todos los llevaba yo”, enfatiza.

Carlos subió de tono: su consumo de alcohol era cada vez mayor y, un día, los insultos en contra de Lorena eran más frecuentes, hasta que la abofeteó y la tiró al suelo. “Me decía que era una puta, que era igual que todas, y se victimizaba; al otro día se disculpaba, que se pasó de copas, pero que ya no pasaría, pero al poco tiempo repetía la agresión”, revela la también feminista.

Con base en una investigación realizada por LSR, Carlos “N” fue denunciado ante la Fiscalía de la Mujer por parte de su expareja, por el delito de violencia familiar, y por ello se abrió la carpeta de investigación con el número 1403-101-0010-2019. No obstante, el caso no ha avanzado y, al parecer, fue “archivado”.

MUERTES VIOLENTAS SUBEN; FEMINICIDIOS SE MANTIENEN

Con base en las cifras que ofrece el Observatorio Feminista contra la Violencia hacia las Mujeres, durante todo el año pasado se registraron 203 muertes violentas de mujeres, de las cuales 65 están registradas como feminicidios, es decir 27 fallecimientos más comparado con el 2020 (cuya cifra de feminicidios fue de 67).

Desde que se implementó en siete municipios de Chiapas la Alerta de Violencia de Género (desde finales del año 2016), se han registrado 1,103 muertes violentas de mujeres, y 435 feminicidios (los años con más casos son 2017 y 2019, con 84 cada uno).

Sin embargo, las cifras oficiales están “muy por debajo” de lo que sería una cruda realidad. De acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE), en 2021 abrió 48 carpetas de investigación por igual número de feminicidios; mientras que en 2020, registró 29 víctimas de ese delito. En enero de este 2022 contabilizó 4 casos (no hay datos de febrero).

TRETA PARA MANTENERLA CAUTIVA

“Lorena” fue convencida, ante su embarazo, que tenía que pasar más tiempo en casa, cuidarse, y alejarse un poco de la vida social. A esto se sumó la pandemia por la covid-19.

El encierro fue peor porque Carlos, en estado de ebriedad, la insultaba sin cesar. Una de las noches, de junio pasado, el terror llegó: ante el amague de su mujer de dejarlo, el hombre le enseñó un cuchillo y “me amenazó con matarme, que iba a matar a mi hijo, que le iba a quebrar cada uno de sus huesitos”.

No conforme, el hombre contactó a su expareja Diana “N”, quien lo había denunciado por violencia familiar tiempo atrás, pero para ello se hizo pasar por “Lorena”; esto provocó una campaña de desprestigio en su contra, a través de redes sociales como Facebook.

Ella decía que yo lo protegía a él, porque había una carpeta de investigación en la Mesa 9 de la Fiscalía (de la Mujer), entonces Diana pensó que yo lo protegía, cuando ni enterada estaba de la existencia de esa carpeta

Los problemas aumentaron sobre todo en su empleo, “me decía que iba a llegar a mi trabajo, que me haría un escándalo, y no me quedó más que volver con él”, refiere.

A esto se le sumó los ataques en redes sociales, incluso de algunas feministas, pese a que no sabían la realidad que “Lorena” vivía.

Cuando nace su bebé, decide rentar un departamento en otro lugar; ahí seguía Carlos, cuyo consumo de bebidas embriagantes subió de nivel, además de los golpes y el control que ejercía en ella.

NEGRO HISTORIAL

Con base en su relato, Carlos la intimidaba más, pues le advertía que formó parte de la Procuraduría General de la República (PGR), hoy Fiscalía (FGR), y que conocía a muchas personas influyentes; asimismo, le contaba que, cuando estuvo ahí, torturaban a las personas, “que ya había matado a varios, cómo los hacía sufrir, cómo les arrancaba las uñas y varios métodos de tortura que utilizaban”.

Además, le dejaba en claro que era protegido del “comandante Santos”, de la Fiscalía de Alto Impacto (con historial delictivo), “me dijo que con él mataron a muchas personas, torturaron a más, y que nada procedía en su contra porque estaban bien parados y que eso pasaba también en la Fiscalía de la Mujer”.

“Lorena”, durante la entrevista, confiesa que le tiemblan las piernas solo al recordar que Carlos la amenazó con mandar a matar a sus padres, y que gente a su cargo violaría a sus sobrinas y hermanas.

Además, cuenta, le aseguraba que tenía gente en Comitán, donde radicaba, y que uno de sus contactos era un reconocido narcotraficante conocido como “Chucho Blanco”, quien hace unos años fue hallado en una bolsa, descuartizado.

Me dijo que también fue seguridad de narcos, e incluso en una ocasión, llegó un sujeto a la casa, y Carlos y él platicaban, según ellos planeaban la forma en hacerle daño a Diana, y eso me molestó mucho, y le dije que si la lastimaban, que se olvidaría de su familia; de su hijo, que yo desaparecería, y ya dijo que era broma

AMENAZADA CON UN CUCHILLO

El 24 de octubre del año pasado la situación se radicalizó. Carlos, quien celebraba su cumpleaños, aparentemente alcoholizado y bajo los influjos de alguna droga, la metió a uno de los cuartos de donde vivía, y la quería obligar a hacer “cosas que yo no quería, en el aspecto sexual, demasiado brusco”.

Quería evadirlo, pero él me dio una cachetada, yo estaba en ‘shock’, luego me agarró de la boca, y me advertía: ‘Si no coperas, te voy a quebrar la mandíbula’

Asimismo, Carlos tomó un cuchillo y lo clavó en la cabecera de la cama. Además, le advirtió que si hacía algo, no saldría de la casa. Posteriormente, tomó a su bebé y le puso el arma blanca en la cara.

“Me dijo, ‘Si tú haces algo, lo voy a matar a él, te mato a ti y a tu hijo (de 8 años de edad), y al final me mataré yo’”, recuerda “Lorena”, quien solo esperaba la oportunidad de huir de ese “infierno”.

“Lorena” estaba entre una encrucijada, pues él le advertía que, si intentaba escapar, una banda de pandilleros a su servicio la esperaba afuera y “le iría mal”.

LA CEEAV LE DIO LA ESPALDA

La situación empeoró cuando la despidieron de su empleo, en la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas, 15 días después de haber regresado de su incapacidad por embarazo.

“Sin justificación alguna me pasaron el acuse de una renuncia que nunca firmé, y eso me limitó más, porque ya no tenía sustento económico, con un bebé recién nacido, y con todo encima”, afirma.

“Lorena” tuvo que soportar a Carlos un tiempo más. Mientras tanto, hacía peritajes particulares para obtener dinero y, en su momento, huir con sus hijos de la violencia.

A pesar de que en diciembre pasado logró escapar e iniciar su vida de nuevo en otro estado, la mujer de 30 años de edad sabe que hay un potencial feminicida que, en cualquier momento, la podría hallar y hacerle daño no solo a ella, sino a sus hijos.

“Como dije, no pude ni regresar a Comitán por las amenazas, porque un pariente de mi exesposo está acusado de pederastia agravada en contra de mi hijito de 8 años, en un hecho que ocurrió en 2018, entonces hay gente que no me puede ver porque se abrió esa carpeta de investigación”.

Pero lo que más le duele, externa, es que de servir como psicóloga o perito forense y ayudar a víctimas de violencia familiar o de feminicidios, ella misma pasó a vivir un “calvario” igual o peor, e incluso, quedar indefensa por la Comisión Ejecutiva Estatal, la CEEAV que, según su misión, es repararles el daño a esas personas.

“Me salí de la casa, pero dejé todo, mis documentos, actas, todo, pero ahora intento rehacer mi vida, ya tengo un empleo de lo que sé hacer, y estamos algo bien; solo demando que se haga justicia, de alguna forma, porque temo por nuestras vidas”.

Tras dejar en claro que la CEEAV le retiró el asesor jurídico en el caso de su menor y que incluso no le dio seguimiento a pesar de que las pruebas de agresión sexual eran evidentes (incluso su expediente fue eliminado porque esa instancia argumentó que carecía de la calidad de víctima), apunta que tiene otro miedo: como era perito, se tiene que presentar a las audiencias orales de al menos 200 investigaciones de víctimas en Chiapas, “pero no tendré protección para ello”.

De hecho, dice que la mayoría de éstos están vinculados a proceso, “a mí me encomendaban los temas más mediáticos, uno de ellos el de la hija del actual gobernador (Rutilio Escandón); peor aún, como esos archivos quedaron en casa de Carlos, podría filtrarse información y esa es otra de sus amenazas hacia mí, porque se quedó con mi computadora”.

Otro de los retos que “Lorena” tiene, es que alguna instancia le reciba su denuncia por violencia, pues en Chiapas no la podía hacer porque huyó casi de inmediato, y en la entidad en donde está no se la pueden recibir porque ahí no se cometió el delito.

Sin embargo, una autoridad de donde labora la comenzó a apoyar y, posiblemente se la reciban en los próximos días; incluso, esa funcionaria le prometió brindarle toda la seguridad que requiera.

Además, espera que se acabe la campaña de desprestigio en su contra en redes sociales, como en donde la acusan de haberse robado a su hijo, “él no puede hacer nada porque tiene una carpeta de investigación en contra, pero se quedó con los documentos de mi bebé, incluso ya los rompió”.




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