CRISIS MIGRATORIA

Édgar Andrés: el caso del migrante sudamericano olvidado por tres países

Édgar, originario de Venezuela, pero radicado en Ecuador, llegó a Cancún y de ahí tomó un avión para llegar a Ciudad Juárez el 20 de febrero; tres semanas después localizaron su cadáver

Édgar, originario de Venezuela, pero radicado en Ecuador, llegó a Cancún y de ahí tomó un avión para llegar a Ciudad Juárez el 20 de febrero; tres semanas después localizaron su cadáver
CRISIS MIGRATORIA.Édgar, originario de Venezuela, pero radicado en Ecuador, llegó a Cancún y de ahí tomó un avión para llegar a Ciudad Juárez el 20 de febrero; tres semanas después localizaron su cadáverCréditos: ESPECIAL
Escrito en ESTADOS el

CHIHUAHUA.- “Tengo callos en los pies”. Es la frase mortal que Édgar Andrés Montilla le dio a su familia en caso de que se encontrara en peligro en su travesía hacia Estados Unidos.

De acuerdo con una investigación de Gabriela Minjares y Rocío Gallegos, de La Verdad, el joven migrante de 19 años la pronunció mientras estuvo en cautiverio en Ciudad Juárez, Chihuahua, pero de nada sirvió; tras ser secuestrado, su cadáver fue hallado en esta ciudad fronteriza pegada con El Paso, Texas.

De acuerdo con la necropsia, sus victimarios lo mataron a golpes. Y a pesar de la crueldad de su homicidio, las autoridades de México, Ecuador y Venezuela lo dejaron en el abandono, lo “olvidaron”.

A mediados de febrero de 2021, Édgar Andrés Montilla Castillo, de 19 años, de origen venezolano, pero quien vivió muchos años con su mamá en Ecuador, viajó con su novia a Cancún, Quintana Roo, donde contactó a un traficante de personas (pollero), quien lo llevó a Ciudad Juárez para cruzarlo a Estados Unidos.

En un principio se dijo que se encontraba desaparecido, porque “se le perdió” al “coyote” en el desierto. 

Desde febrero del año pasado, los familiares de Édgar solicitaron la colaboración de las autoridades ecuatorianas, mexicanas y estadounidenses, así como de organizaciones que apoyan a los migrantes, para dar con su paradero. Sin embargo, veinte días después, el 12 de marzo, fue localizado muerto. Su cuerpo fue arrojado envuelto en una cobija, en un terreno repleto de basura y llantas.

ENTRE OLVIDO Y NEGLIGENCIA

A un año y ocho meses del hallazgo del cadáver de Édgar Andrés, la familia narra que el principal inconveniente que enfrentó en México fue en el proceso de presentar la denuncia por desaparición.

Carla Palacios, coordinadora general del Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, organización civil que defiende y acompaña a víctimas de tortura y desaparición forzada en Chihuahua, explica que, al escuchar la frase de alerta de Edgar, sus familiares buscaron apoyo en consulados, embajadas e instituciones encargadas de investigar delitos, como la Fiscalía General de la República (FGR) en México. En todos lados, la respuesta fue la misma: que no podían hacer nada, que la familia debía viajar a Ciudad Juárez a interponer la denuncia.

“Hay una falta de mecanismos para presentar denuncias de manera urgente cuando está en peligro la vida de la persona”, agrega Palacios.

EL POLLERO

Desde que planeó hacer el recorrido por México hacia la frontera norte, Édgar tuvo claro los peligros a los que se podría enfrentar. Según el expediente del caso, en poder del Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, el joven de 19 años contrató desde Ecuador al “pollero”.

 

Seis días después de llegar a Ciudad Juárez, el 26 de febrero, informó a su pareja que había logrado cruzar a Estados Unidos, pero que fue deportado y regresó con el “pollero”. Entonces las condiciones cambiaron: Edgar narró, vía mensajes de texto, que lo llevaron a una vivienda en la que había más personas, donde se sentía muy incómodo porque se respiraba un ambiente muy violento. Compartió su ubicación.

De acuerdo con la ubicación enviada a su familia, el joven se localizaba en una vivienda de la colonia Parajes del Valle, al suroriente de Ciudad Juárez, una zona principalmente habitacional con casas de interés social económicas. Su pareja dejó tener comunicación con él, “pero le mandaron un video donde se ve a Edgar diciendo que ya está en Estados Unidos, que todo está bien, que ya hicieran el pago, y le dice a la pareja la frase que habían pactado: tengo callos en los pies”, explica Palacios.

LA BÚSQUEDA

La madre de Édgar inició la búsqueda en todas las instituciones posibles, tanto en Ecuador, como en Venezuela y México. Según el testimonio de la mujer, intentó presentar la denuncia ante la embajada de México en Ecuador y no tuvo respuesta; acudió a la de Venezuela y tampoco; viajó a la Ciudad de México, donde acudió a la FGR y nada. Todos le referían que debía viajar a Ciudad Juárez a presentar la denuncia.

Desesperada, el 27 de julio de 2021 se puso en contacto con el Centro de Derechos Humanos, les narró el caso, y aportó los datos generales y características físicas de su hijo. Tras revisar los listados de ingresos y egresos de cadáveres en la Dirección de Servicios Periciales, información pública a la que tienen acceso por el trabajo que realizan, detectaron que uno de los cuerpos coincidía con la información del perfil de Edgar. La madre emprendió el viaje a Ciudad Juárez para presentar la denuncia e identificar el cadáver.

La autopsia realizada al cuerpo revela que la causa de muerte fue traumatismo craneoencefálico.

 

 

 

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