CJNG EN MICHOACÁN

CJNG retoma control en Chinicuila, Michoacán; desplaza a 600 familias

Ese 29 de septiembre, el CJNG ingresó en tres camionetas repletas de gente fuertemente armada a Villa Victoria, cabecera municipal de Chinicuila; la célula iba encabezada por Rafael Martínez Almanza, “Toretto” o “El 14”

Ese 29 de septiembre, el CJNG ingresó en tres camionetas repletas de gente fuertemente armada a Villa Victoria, cabecera municipal de Chinicuila; la célula iba encabezada por Rafael Martínez Almanza, “Toretto” o “El 14”
CJNG.Ese 29 de septiembre, el CJNG ingresó en tres camionetas repletas de gente fuertemente armada a Villa Victoria, cabecera municipal de Chinicuila; la célula iba encabezada por Rafael Martínez Almanza, “Toretto” o “El 14”Créditos: Especial
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CHINICUILA.- El pasado 29 de septiembre, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) tomó nuevamente el control del municipio de Chinicuila, Michoacán, al grado que, con ayuda de autoridades locales, reparte despensas y ropa con logotipos de esa organización criminal y de su fundador, Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”.

Áreas de seguridad y pobladores calculan que existen al menos 600 familias desplazadas, luego de esta nueva irrupción y ofensiva criminal.

DE TODOS MODOS, MUERTOS YA ESTÁBAMOS

Olegario Mendoza Zepeda era ganadero y comerciante en uno de los pueblos de las orillas de ese municipio, hasta que le fue despojado todo, bajo amenazas de muerte.

Recuerda que tenía apenas dos meses de haber llegado de Estados Unidos, cuando el grupo armado le cayó a su casa un día después de haber irrumpido en su localidad.

Olegario, vivía a menos de dos kilómetros de donde está instalado el enorme cuartel de la Guardia Nacional, en la salida de Villa Victoria, “por donde desfilan los jaliscos”.

“Y sí los veían, porque pasaban en sus camionetas afuera del cuartel de la Guardia, pero no hicieron nada y de todos modos se metieron al pueblo los cabrones”, cuenta.

“Imagínese si yo iba a esperar a que me mataran a mi familia, a los que ya habían apuntado en la cabeza con sus rifles el día que fueron a quitarnos todo”, cuestiona.

El ganadero y propietario de una tienda de abarrotes, narra que ese día, los integrantes de su familia tomaron un poco de ropa, víveres para los niños y huyeron.

Relata que tuvieron que subir a sus vehículos “encomendarnos a Dios y a la Virgencita e irnos a la chingada porque, de todos modos, muertos ya estábamos”.

Olegario, sus cuatro hijos (dos mujeres y dos hombres), sus nietos y su esposa, ya cumplieron casi dos meses de peregrinar en otro municipio, donde se refugiaron.

“Vivimos de lo que nos dan de trabajo y en una casa que no es nuestra, porque todo lo que teníamos, nos lo arrebató ese cártel. Gracias a Dios estamos vivos”, enfatiza.

El hombre de 56 años de edad y sus seres queridos, pidieron a las autoridades estatales y federales, que limpien de criminales sus pueblos, para poder regresar y vivir en paz.

LA IRRUPCIÓN

Ese 29 de septiembre, el CJNG ingresó en tres camionetas repletas de gente fuertemente armada a Villa Victoria, la cabecera municipal de Chinicuila.

Estiman que eran unos 30 criminales divididos en dos camionetas con blindaje y una más de doble cabina con batea extendida, los que penetraron los filtros de seguridad.

La irrupción criminal, iba acompañada de ataques a pobladores y contra quienes formaban el movimiento de autodefensas que mantuvieron la seguridad desde el 2014.

Los enfrentamientos fueron desiguales. Testigos de lo ocurrido narraron que el CJNG atacó con armamento de guerra a sus antagónicos, quienes se defendían con escopetas.

El CJNG equipó las camionetas con rifles de asalto tipo Barrett calibre .50, utilizados para romper blindajes y derribar aeronaves, con los que disparaban a las viviendas.

Además, que también traían fusiles de asalto y sus ajuares con las siglas bordadas del CJNG, eran también para soportar impactos de armas de fuego de grueso calibre.

El choque a tiros duró toda la mañana y por la tarde-noche, los 10 integrantes de la guardia comunitaria y sus familias tuvieron que abandonar sus hogares.

Los desplazados tuvieron que buscar refugio en otros municipios de la entidad y muchos de ellos, decidieron, días después, huir hacia Estados Unidos.

Cuentan que, tienen información, que sus viviendas hoy son ocupadas por guatemaltecos, colombianos, venezolanos, peruanos y ecuatorianos, que forman parte de las filas de esa organización criminal.

Revelaron que la célula delictiva iba encabezada por quien hoy es el lugarteniente del CJNG en Chinicuila: Rafael Martínez Almanza, “Toretto”, “El 14” y/o “El Peludo”.

Junto con “Toretto”, otro de los jefes de plaza de ese cártel, es Ernesto Roberto Valencia Rojas, “La Puyita”, identificado por las áreas de seguridad como sobrino de “El Mencho”.

Los informes refieren que ambos encabezaron por muchos años una banda de secuestradores y extorsionadores en ese municipio, al servicio del CJNG.

Pero luego de una serie de enfrentamientos, fueron expulsados por las autodefensas y huyeron con rumbo a Coalcomán, para después regresar y apoderarse de Chinicuila.

Las fuentes de seguridad consultadas, informaron que “Toretto” es originario de Pihuamo, Jalisco, y “La Puyita”, del municipio de Aguililla, Michoacán.

“Ambos son apoyados y están bajo el mando de Armando Gómez Núñez, Delta 1, comandante de las fuerzas de élite del CJNG”, menciona uno de los partes oficiales.

El "Delta 1" es, para las autoridades federales de seguridad y estatales de diferentes entidades, uno de los operadores principales de la estructura de Nemesio Oseguera.

Armando Gómez opera sus tropas en Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Colima, Zacatecas, San Luis Potosí, Aguas Calientes e incluso San Luis Potosí y Ciudad de México.

Principalmente, refieren, en cuanto a ataques con explosivos, minas terrestres, vehículos blindados y ofensivas aéreas con artefactos no tripulados.

También es el responsable de ingresar a México y reclutar a los extranjeros que han engrosado las filas de los grupos de élite de la organización criminal.

EL CONTROL TERRITORIAL Y POLÍTICO

Tan solo un día después de haber tomado el control territorial de Chinicuila, “El 14”, se apersonó en la presidencia municipal para cooptar a las autoridades.

Las áreas de seguridad señalan que el vínculo ya era directo con el oficial mayor del ayuntamiento, que sorpresivamente era Ernesto Roberto Valencia Rojas, “La Puyita”.

No pasaron más de 15 días, cuentan, y “el 12 de octubre la presidenta del DIF, Esperanza Espíndola Figueroa, hizo entrega de despensas al CJNG, para ellos entregarlas, pero con su logotipo en las comunidades de Huizantla y La Nuez”.

Además, también reparten juguetes con la leyenda “El Señor de Los Gallos”, en alusión a Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”.

Habitantes de ese lugar reiteraron que todo eso pasa, en presencia de la GN que según, es la responsable directa de velar por la seguridad de los habitantes.

LA RUTA

Los comandos del CJNG ingresan a Chinicuila por una localidad que se llama Las Trojes, del municipio de Coalcomán.

Las Trojes está ubicada en el vértice que hacen Michoacán, Colima y Jalisco, Por las noches, se desplazan a otros lugares, sobre las carreteras estatales y brechas.

Uno de los puntos es, luego de atravesar Coalcomán –donde también controlan el territorio-, llegar a Aguililla y a Chinicuila, sin dejar de pasar por Barranca Seca.

Barranca Seca es una de las principales comunidades de Coalcomán y donde tiene una de sus principales bases de operaciones el CJNG.

Las células criminales se establecieron en un inmueble de un comerciante al que asesinaron hace poco más de un año, para quedarse con sus propiedades.

A pocos metros, los integrantes de la organización criminal tienen unas casas de seguridad, donde hasta hace un mes, tenían secuestradas a 20 personas.

Esa información, ya en manos de las autoridades, se conoció luego de que familiares de algunas víctimas denunciaron que el grupo criminal los tenía en cautiverio.

Además, en ese punto también es donde se reúnen los jefes de plaza del CJNG de Aguililla, Coalcomán y Chinicuila, así como donde concentran gran parte de su armamento y vehículos, sin que autoridad alguna haga algo por detenerlos.

 

 

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