CRISIS MIGRATORIA

“En Venezuela hasta el dólar está devaluado”: migrantes varados en Chiapas

La Silla Rota presenta la historia de Adriana y Leonardo, una familia de venezolanos varada en Tuxtla Gutiérrez; piden dinero en la calle para avanzar hacia la frontera norte

La Silla Rota presenta la historia de Adriana y Leonardo, una familia de venezolanos varada en Tuxtla Gutiérrez; piden dinero en la calle para avanzar hacia la frontera norte
CRISIS MIGRATORIA.La Silla Rota presenta la historia de Adriana y Leonardo, una familia de venezolanos varada en Tuxtla Gutiérrez; piden dinero en la calle para avanzar hacia la frontera norteCréditos: CHRISTIAN GONZÁLEZ
Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- Desde que salió de Valencia, una ciudad de Venezuela, hace más de mes y medio, Adriana Parra carga en su espalda a su hijo de un año, y lleva también a otro varón de 6 y a una niña de 8 y, a diario, se para en algún crucero de esta ciudad capital de Chiapas para pedir ayuda a la sociedad.

Entrada la noche, y acompañada también de su esposo y cuñado, busca un espacio dónde descansar e incluso dormir, sobre todo en una terminal de transportes que, desde ese lapso, se ha convertido en su refugio.

Leonardo, su cuñado, recuerda que miles de paisanos han abandonado su país porque la situación económica es cada vez más complicada allá en Sudamérica, “al grado de que hasta el dólar se devaluó, y el bolívar (su moneda) ya ni vale nada”, confiesa.

El varón, quien carga un pedazo de cartón con el mensaje: “Hola, somos una familia de venezolanos, apóyanos con lo que salga de su corazón para seguir con nuestro viaje; gracias”, dejó a sus cuatros hijos menores de edad, esposa y un negocio de frutas y verduras en su tierra porque, para colmo, tuvo un problema con el gobierno de Nicolás Maduro.

Por su parte, Adriana, quien en todo momento pone su fe en Dios, afirma que ellos no quieren quedarse en México, sino solo llegar a los Estados Unidos, pues allá sí ve un futuro próspero no solo para ella; “de Venezuela ya han salido miles, creo que nosotros ya somos de los últimos (en emprender el viaje)”.

De hecho, dice que no desean perder el tiempo en instancias como la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) o ante el mismo Instituto Nacional de Migración (INM) porque les han dicho que tienen que esperar, por lo menos un año, para contar con un documento o salvoconducto que les legalice la estancia en este país y tengan libre tránsito.

Incluso, Leonardo, de 27 años de edad, confiesa que el trayecto ha sido complejo, pues en octubre fueron regresados, en un par de ocasiones, por policías guatemaltecos, quienes los dejaban a la altura de la frontera conocida como Agua Caliente; además, sus sobrinos se han enfermado en varias ocasiones.

Aparte, revela, esos uniformados les robaron pertenencias y el poco dinero que llevaban, por lo que hasta finales del mes pasado lograron penetrar Chiapas.

Para Leonardo y Adriana, quien en Venezuela se dedicaba a vender granos, es difícil estar fuera de su tierra, pues dejaron todo, a cambio de sufrir por días, meses o quizá años, para fincar un mejor futuro, por lo que no piensan en retornar, al menos no tan pronto.

Para él, su misión no solo será “aterrizar” en EU, sino juntar el dinero suficiente para, lo más pronto posible, enviarlo a su mujer e hijos en Venezuela, y que puedan emprender el viaje a donde estén. “No queremos volver, porque en nuestro país el régimen está duro, y los mismos policías son los que te roban”, confiesa.

FLUJO DE VENEZOLANOS NO SE DETIENE

De acuerdo con Andrés Ramírez, titular de la Comar, el flujo de migrantes venezolanos tanto del sur como expulsados por el Título 42 han disminuido, sin embargo, afirma que “eso no se ve en el caso de la Comisión (que representa), pues solo la semana pasada solicitaron refugio, en promedio por día, 179 personas de esa nacionalidad, de las cuales casi el 73 por ciento lo hizo en la Ciudad de México.

Además, revela que, del 1 de octubre al 9 de noviembre de este año, 2,355 venezolanos solicitaron la condición de refugiados en 21 entidades federativas mexicanas.

Entre otros datos, dice, del año 2013 a la fecha la Comar reconoció como refugiados a 89,022 personas, de las cuales el 45% provino de Honduras, el 24.93% de Venezuela y el 14.82 son salvadoreñas. Asimismo, otorgó protección complementaria a 8,834: de esta cifra, 29.88% son de Honduras, el 28.4% del Salvador y 21.7 de Haití.

 

 

 

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