Main logo

Desdén de autoridades para reparar escuelas complica regreso a clases en Coahuila

Maestros y padres de familia en Coahuila lanzan llamado de auxilio para que autoridades estatales y/o municipales les reparen planteles vandalizados

Escrito en ESTADOS el

SALTILLO.- Semiocultas por la hierba, polvo y escombros, permanecen más de 500 escuelas en Coahuila; por dentro los planteles son aún más desalentadores, además del mobiliario destruido, los cables arrancados, hay hasta animales muertos.

Higinio González, secretario de Educación en Coahuila, señala que las mayores afectaciones por vandalismo se reportaron en los municipios de Torreón y Saltillo. Ahí se aglomera el número más alto de escuelas de nivel básico e indica que se requieren aproximadamente 30 millones de pesos para restaurarlas.

Foto Cuartoscuro. 

Desde mediados de agosto, el gobernador del estado de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís, dijo que no se daría “marcha atrás” en el regreso a las aulas, según se había acordado con el sindicato de maestros.

Sin embargo, cuando los niños de Coahuila regresaron a las aulas, miles encontraron sus escuelas vandalizadas; en Torreón muchas siguen en la misma condición y tanto maestros como padres de familia se quejan de que las autoridades no hacen algo para repararlas, publicó el Semanario del diario Vanguardia.

En el reportaje señala que más del 30 por ciento de las 4 mil 98 escuelas en Coahuila carecen de las condiciones adecuadas. Muchas escuelas fueron vandalizadas o robadas durante la pandemia, situación que, junto con el aumento de casos de COVID-19 en las últimas semanas, complica el regreso a clases.

Semanario realizó un recorrido por planteles en la región lagunera, donde el reportero Diego Santana documentó daños en las fachadas, mesas y sillas quebradas, animales y vidrios rotos.

Asimismo platicó con padres de familia y maestros preocupados porque los niños y niñas no pierdan más días de clases, pero también porque regresen a las aulas con las mejores condiciones posibles.

Clases presenciales e incertidumbre

El ejido “Rancho de Afuera” es un pequeño poblado en el desierto a 10 kilómetros de la ciudad de Torreón, Coahuila. Por las calles sin pavimento, un grupo de mujeres acompaña a sus hijos, a pie, hasta la entrada de la escuela primaria “Presidente Lázaro Cárdenas del Río”.


José Balderrama, director y maestro de quinto y sexto grado, apunta a la frente de los infantes con un termómetro infrarrojo que le prestó su esposa (maestra de otra escuela), para después compartirles gel antibacterial que compró con su dinero.

Entre él y la maestra Mariana Romano, de primero y segundo grado, constantemente voltean hacia los lados para verificar que ningún trabajador de la Secretaría de Educación Pública o del Instituto Coahuilense de la Infraestructura Física Educativa (Icifed) arribe al lugar.

Tanto maestros como padres de familia están conscientes de que la escuela aún no tiene permitido abrir sus puertas al alumnado, pero insisten en que la salud mental de los niños se ve afectada y necesitan socializar.

La profesora Flor Estela Rentería Medina, coordinadora de Servicios Educativos en La Laguna, dijo que 300 escuelas estaban listas para regresar a clases presenciales, luego de un diagnóstico realizado por la Secretaría de Educación Pública. En este estudio participó también el Icifed.

Pero la escuela “Presidente Lázaro Cárdenas del Río”, junto con otras ocho escuelas ejidales, pertenece al sector cuatro, de la zona escolar 549. De las nueve escuelas, sólo tres tienen permitido regresar a clases presenciales, de acuerdo con la lista oficial.

Además, durante el verano, la escuela sufrió el robo de los aparatos de aire acondicionado, de treinta metros de cable eléctrico, y de la bomba de agua que abastece los baños.

Se presentó una denuncia ante las autoridades municipales y la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Coahuila (SEDU), pero hasta la fecha no ha habido solución.

–La Secretaría de Educación se quiere deslindar de la responsabilidad. Nos obliga a no pedir ninguna cuota de inscripción, pero si no cobramos esa cifra a los padres, ¿quién nos la va a dar? ¿Quién va a repar los daños? –sentencia José.

esc