Main logo

Sin escuela, sin agua, sin baño: en riesgo, clases para niños indígenas en Yucatán

En 17 años nunca se ha construido un salón; en el curso escolar pasado -antes de la pandemia- tomaban clases en un espacio prestado, que no tenía baño ni agua

Escrito en ESTADOS el

MÉRIDA.- En la comisaría de Poxilá, del municipio de Umán, 33 niños de educación indígena inicial no cuentan con un espacio digno para regresar a la modalidad presencial. De hecho, en 17 años nunca se construyó un salón. El curso escolar pasado -antes de la pandemia por la covid- tomaban clases en un espacio prestado, que no tenía baño ni agua. 

TAMBIÉN LEE: Gerly, el feminicidio que la policía pudo evitar en Mérida 

Cabe mencionar que Yucatán, tal como ordenó la secretaría de Educación Pública (SEP) federal, retomará las clases presencial el próximo 30 de agosto. Ante este ordenamiento, la secretaría de Educación estatal (Segey) se comprometió a enviar un aula móvil y a construir un baño en un predio que donaron los ejidatarios de la comisaría. A una semana de que inicien las clases, esto no ha ocurrido ni tampoco se ha regularizado el terreno. 

“En la Segey, hace un mes, dijeron que fueron a ver el terreno, que midieron donde va a estar el sumidero, pero que todavía tiene que pasar al área de planeación a ver si lo aprueba, es decir, que no es seguro. Antes, ya había dicho que tendríamos el espacio y apuré a las mamás y papás a limpiar el predio y ahora resulta que aún no se autorizó”, se queja la maestra encargada del grupo, Leydi Guadalupe Interián Samos.

Ante la cercanía de la fecha del retorno a clases, las autoridades educativas locales le pidieron a la maestra conseguir un espacio para que los menores puedan asistir a sus clases.

Me pidieron que busque que una mamá preste su casa ¿Qué mamá va a prestar una casa para que entren otras personas si todos nos estamos cuidando?
 

A Leydi Guadalupe le preocupa que aún no haya un sitio definido para impartir clases ni tampoco conocer las dimensiones del aula móvil que supuestamente enviarán. Esta información la necesita para organizar a los alumnos en grupos, ya que, con la pandemia, deben mantener una distancia de un metro y medio entre sí. 

Otro detalle es que, aunque le anticiparon que el aula móvil tendrá aire acondicionado, se necesita garantizar que también cuenta con un regulador de oxígeno, ya que se trata de un espacio cerrado. 

EL VIACRUCIS  

Leydi Guadalupe no se quedó de brazos cruzados y fue a la Dirección de Educación Indígena de la Segey con el afán de tener una respuesta sobre cuándo enviarían el aula móvil. Le informaron que el Instituto para el Desarrollo y Certificación de la Infraestructura Física Educativa y Eléctrica de Yucatán (Idefey) no había aprobado el proyecto porque el terreno no estaba regularizado. 

En dicha dependencia le pidieron que acudiera al Registro Agrario Nacional y que intentara hacer el trámite para regularizar el predio. “Me preguntaron que quién me acreditaba para hacer el trámite, que no tengo por qué hacerlo yo, que le corresponde a la Secretaría (de Educación)”, relata.

Uno de los detalles que le llama la atención a la maestra es que, en febrero, antes de la suspensión de clases por la pandemia, una persona de la Segey fue a visitarla en horario escolar y le aseguró que ya estaba todo listo para construir el plantel escolar. En la Secretaría le dijeron que no tiene registros de esa visita. 

¿CÓMO ES LA EDUCACIÓN INICIAL INDÍGENA DE POXILÁ? 

En la escuela de educación indígena inicial, Leydi trabaja con niñas y niños desde los 0 a 3 años y 11 meses de edad, y pueden acudir hasta los cuatro años; después pasan a preescolar. Las mamás de los menores de dos años también participan, ya que entre todas enseñan habilidades como el control de esfínteres. 

Los niños de la comisaría de Poxilá no tienen una sede propia para recibir educación inicial. En 17 años, siempre han trabajado en espacios prestados, la última no tenía baño ni agua. 

Ya esperamos demasiado tiempo, los niños no pueden regresar al anterior lugar. Si no se enferman de covid-19, será de otra cosa por las condiciones en que está. No tiene baño ni agua, una abuelita me tiraba la manguera y llenábamos una cubeta, compramos bacinicas y las mamás se la pasaban lavando
 

“Yo tengo cuatro años trabajando en Poxilá y mi antecesora estuvo13 años, cada año se promete que se construirá el aula y hasta ahora nada”. 



rst