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El pastorcito de Palacio

El pastoreo va más allá de la clientela electoral ciudadana, aplica de manera incondicional a los diputados federales y senadores de Morena

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Escrito en ESTADOS el

“El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas”. Ese cuidador se caracteriza por tratar a sus ovejas de buena forma y conseguir que ellas le escuchen. Un pastor es una persona que cuida, pastorea y alimenta a su rebaño. El pastor de ovejas tiene la cualidad de observar a los animales mientras ellos pastan. Esté oficio es de los más importantes en nuestra sociedad hoy en día, en relación con la cría de animales, pero de los más afectados.

Sin ninguna duda todas estas características antes descritas, dibujan de cuerpo completo lo que ha hecho AMLO desde varios años como opositor al gobierno, utilizando a los más débiles que son los pobres de nuestro país para alcanzar su objetivo, llegar al poder de la manera más fuerte posible y desde luego, con la legitimación que ha alcanzado con la mayoría de diputados federales y senadores en el Congreso de la Unión.

Durante estos tres años de gobierno del presidente López Obrador, inspirado en el Benemérito de las Américas Benito Juárez, pero desde luego en su faceta primaria como pastor de ovejas, ha desempeñado cabalmente el oficio del oaxaqueño a tal grado de pastorear a los pobres de México y hacer de ellos su botín político electoral, logrando un enorme rebaño de incondicionales que obedecen a ciegas sus instrucciones gracias al erario público que destina mes a mes en programas sociales.

Hoy los pobres del país son más pobres que nunca, sin contar con trabajo alguno, pero eso sí, gozando del presupuesto de la federación a través de distintos programas sociales donde regala dinero a millones de familias que jamás nunca habían recibido tales cantidades de dinero, con tal de crear esa inmensa clientela electoral que es la que mes con mes aprueba sin chistar la aprobación del presidente y su gobierno.

Programas sociales como Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños de Hijos de Madres Trabajadoras, Tandas para el Bienestar, Crédito Ganadero a la Palabra, Sembrando Vida, Jóvenes Escribiendo el Futuro, Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores y algunos otros más, son los que llegan cada mes a millones de mexicanos pobres y en pobreza extrema. En la mayoría de estas familias, los recursos de estos programas se aplican por tres o hasta cuatro, ya que están inscritos y son merecedores de dichos recursos públicos. Por lo que familias enteras no tienen necesidad alguna de trabajar o dedicarse algún oficio, al recibir dinero del gobierno de AMLO hasta por 10 mil pesos mensuales, según el número de familiares inscritos en diversos programas asistenciales. ¡Primero los pobres!

A cambio de todo esto, la obediencia ciega e incondicional de los pobres que por el dinero que reciben cada mes, están dispuestos a contestar encuestas de aprobación del presidente y desde luego, ratifican su preferencia electoral por Morena y listos para salir a la calle a llenar los mítines del partido en el gobierno, así como las giras del mandatario en territorio nacional. Desde luego, preparados para ratificar al presidente en su mandato.

Pero el pastoreo va más allá de la clientela electoral ciudadana, aplica de manera incondicional a los diputados federales y senadores de Morena, que obedecen como fieles rebaño al pastorcito de Palacio Nacional, sus caprichos de crear o modificar leyes al contentillo del jefe, sin cambiar una palabra o una coma a los documentos propuestos por el ejecutivo federal.

Y que decir del otro rebaño de ovejas que conforman los titulares de las diversas Secretarías de Estado del gobierno federal y del gabinete ampliado y órganos desconcentrados, así cómo de la supuesta independencia de la Fiscalía General de la República, que siempre atentos al mensaje del pastorcito de Palacio, operan las indicaciones de manera inmediata para tener contento al pastorcito, ahí está la muestra del caso de Emilio Lozoya.

¿No cree usted?

Dr. Carlos Díaz Abrego