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Por crisis reabren restauranteros en Pie de la Cuesta... sin permisos

El gobierno de Guerrero amplió hasta el 1 de julio el confinamiento iniciado en marzo por la contingencia, lo que significa que las actividades siguen detenidas

Escrito en ESTADOS el

ACAPULCO.- Durante el fin de semana pasado hubo clientela en las 10 mesas que habilitaron de entre las casi 50 que hay en el restaurante Tío Marcos, de Pie de la Cuesta, Acapulco. “No queremos hacer dinero, queremos amortiguar la crisis”, dice Marcos, el propietario de negocio. Su restaurante fue uno de los 16 negocios que abrió en esta zona a partir del fin de semana, después de unos tres meses de inactividad por la contingencia sanitaria de la covid-19.

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Además de los restaurantes, ya funcionan ocho hoteles en esta zona de playa, según Marcos, quien por teléfono se reservó compartir quiénes decidieron la reactivación.

El gobierno de Guerrero amplió hasta el próximo 1 de julio el confinamiento iniciado desde marzo por la contingencia, lo que significa que las actividades siguen detenidas. Por decreto, las playas también continúan cerradas, porque las aglomeraciones significan riesgo en esta contingencia.

El secretario de Finanzas, Tulio Pérez Calvo, durante el reporte informativo que hacen autoridades estatales cada mediodía, comentó que el estado aún está situado en semáforo rojo, “por eso se amplió la fecha (de confinamiento) para el día 30. Hay a quienes les urge tener abiertos sus negocios, sobre todo en Acapulco o en zonas turísticas. Hagámoslo de manera coordinada con los ayuntamientos, ellos son los responsables de la cuestión de reglamentos”.

Además, los números de contagios y defunciones por el SARS-CoV-02 continúan subiendo en Guerrero, y Acapulco se mantiene a la cabeza. La actualización de las cifras por la Secretaría de Salud estatal, hasta el lunes, arroja que en Acapulco hay 2 mil 658 positivos y 406 defunciones. Los números totales en el estado son 4 mil 413 casi confirmados y 734 defunciones.

Reapertura con restricciones

En Pie de la Cuesta, los prestadores de servicios, como son llamados los turisteros, están agrupados en distintas organizaciones, según explicó una restaurantera de la zona que pidió se reservara su nombre. En su caso y la de otros miembros de la organización a la que pertenece no hubo indicaciones de reabrir sus negocios.

Explicó que ella y sus compañeros están en la etapa de capacitaciones para lo que sería la nueva normalidad. Es decir, aclara, reciben instrucciones sobre las medidas higiénicas que tomarán en sus negocios.

Marcos dice que ellos también tomaron una capacitación para la reapertura de sus restaurantes, y asegura que este domingo, que fue el día que más clientes tuvieron, las siguieron de manera puntual: instalaron dos filtros sanitarios, en la entrada y en el baño; antes de ingresar tomaron la temperatura a los clientes, separaron las mesas, y exigieron el cubrebocas, se entiende que hasta el momento de comer. 

El restaurantero asegura que el personal –dos meseros, un garrotero, un lavaplatos, el encargado de los mandados, además de él y su esposa –tomó todas las medidas higiénicas. 

Tampoco permite el ingreso de vendedores ambulantes, que ofrecen distintos artículos, como los recuerditos sobre el puerto, y él lo lamenta porque, dice, también entiende su necesidad.

Se sabe que el restaurante Tío Marcos es un negocio amplío. Tiene capacidad para unas 200 personas, según Marcos, pero lo mantiene con 35 o 40 personas, que es el número que caben en 10 mesas habilitadas. 

El acuerdo con sus compañeros fue abrir los negocios a partir del sábado pasado a un 30 por ciento de su capacitación. “El sábado mis clientela se empezó a dar cuenta y ayer hubo un poco más de clientes”, comparte. Cuando no es temporada turística y en tiempos normales, explica, los fines de semana son los momentos importantes para los restauranteros y, bueno, ayer lo atribuyó a que se celebro el Día del Padre. 

“La gente no puede estar sin trabajar tanto tiempo. Es ilógico”, dice Marcos al dar detalles sobre la reapertura de su negocio. Agrega que sus trabajadores estaban desesperados por empleo pero, aunque abrió su negocio aún no puede emplear todos. Sólo tiene empleados a cinco de los 15 o 18 que, asegura, emplea en buenos tiempos. 

De las situaciones económicas también se queja la restaurantera que pidió omitir su nombre y sigue sin abrir su negocio familiar. Ella, menciona, por fortuna es maestra y tiene un ingreso seguro, pero insuficiente para sus gastos y los de sus hijos. Tiene cerrado su restaurante desde el 20 de marzo pasado.