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“El Capache”, quien pasó de sicario del CJNG a autodefensa en Guerrero

A sus 14 años, ingresó a las filas del Cártel de Jalisco Nueva Generación y años después, cambió de bando, se unió a las autodefensas y se dedicó a matar a los sicarios del cártel al que perteneció

Escrito en ESTADOS el

A su corta edad, “El Capache” ha dado un giro a su vida, pasando de ser un sicario del cártel más peligroso del país, el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), a un integrante del grupo de autodefensas más grande; ahí se dedica a matar sicarios de la organización criminal en la que estuvo.

Hace un par de años, el joven decidió pasar de criminal a justiciero en Chilpancingo, Guerrero. El joven contó al sitio The Daily Beast, lo que vivió en el CJNG.

(Foto: Hercilia Castro)

Tenía apenas 14 años cuando el cártel lo unió a sus filas.

Era hijo de madre soltera y con 10 hermanos. A los 13 años tuvo que abandonar la escuela porque no había dinero para pagarla, así que entró a trabajar a un restaurante en Ocotito, una comunidad de Guerrero. 

"No teníamos nada, ni siquiera para comer. Estaba cansado de ver a mi mamá pasar hambre. Y sabía que podía ganar 10 veces más si trabajaba para ellos. Tan pronto como escuché la oferta, supe que lo haría. Menos de una semana después, ya estaba en el autobús rumbo a Jalisco", dijo el joven al sitio estadounidense de noticias.

Ante la desesperación de la pobreza, el joven se enteró de una manera de ganar más dinero. Un amigo fue quien lo reclutó al cártel. Se fue a Guachinango, al oeste de Guadalajara, Jalisco. Junto con otros reclutas, dormían en casas de campañas. Según el The Daily Beast, los niños eran instruidos por miembros retirados de las fuerzas especiales del Ejército mexicano, que se habían unido al CJNG.

Su paso por el CJNG

Ahí aprendió sobre infantería, tácticas de unidades pequeñas, prácticas de tiro con rifle y ametralladoras, además de construir armas con los ojos vendados.

El entrenamiento duró alrededor de tres meses. La prueba final era cortar en pedazos a una persona. Primero debían torturarla sin que muriera desangrado. Después tendrían que matarlo, y por último, cortarlo de manera específica para poder deshacerse de los restos.

“Si no participabas, te mataban”, cuenta el joven. "Era la manera de probar que eras leal al cártel".

“Uno extraña a la familia y piensa en escaparse. Pero si te intentas escapar, te persiguen y te matan. Vi a otro intentarlo y fueron cazados", explicó. A los desertores, el grupo dirigido por Nemesio Oseguera Cervantes, "El Mencho" los rociaba con gasolina y los quemaba vivos. A otros, les colocaban explosivos con cinta adhesiva. 

Una vez que “El Capache” logró ingresar a la organización criminal, empezó con funciones de halcón en las calles de Ameca, en Jalisco. Después, comenzó a armar paquetes de droga para su envío. Pero el joven tenía un talento natural que lo llevó a ser un sicario.

También, cuenta, estuvo involucrado entre siete y ocho enfrentamientos contra bandas rivales o autoridades. 

Con el tiempo fue escalando hasta convertirse en un integrante de un cuerpo de élite integrado por 35 guardaespaldas dedicados a uno de los hombres más fuertes del Cártel: Hugo Gonzalo Mendoza Gaytán, "El Sapo", o "El 090", uno de los comandantes regionales de Oseguera Cervantes en el oeste del país.

Su cambio a las autodefensas en Guerrero

En los siguientes meses, “El Capache” fue enviado a su natal Guerrero para reclutar a más gente al cártel. Pero en Chilpancingo fue capturado después de varios meses en la zona por un grupo de autodefensas llamado Frente Unido de Policías Comunitarias del Estado de Guerrero (FUPCEG).

Este grupo de autodefensas  está compuesto por más de 11 mil milicianos que operan en 39 municipios (más de 760 comunidades) de Guerrero, según cifras de los líderes.

(Foto: cuartoscuro)

Durante medio año, recibió “clases de educación” y fue invitado a unirse a las fuerzas para contraatacar al cartel al que había pertenecido anteriormente. “Capache” acepto.

Ya una vez miembro de las autodefensas, “El Capache" usó todos sus conocimientos sobre armas y táctica para enseñar a sus nuevos compañeros. Una de sus primeras tareas fue enfrentar al llamado "Cártel del Sur", una banda aliada al CJNG.

Posteriormente se incorporó como parte de un grupo de élite dedica al "programa de limpieza" clandestino, encargado de identificar, encontrar y asesinar a sicarios del cártel donde formó parte de sus filas.

“El Capache” actualmente vive en una casa de seguridad en alguna zona de la capital. 

(Foto: cuartoscuro)

De acuerdo con su testimonio, ha matado a cinco personas directamente en su trabajo con el grupo especial de la FUPCEG. El asesino de asesinos no cuenta su trabajo previo con el CJNG ni los enfrentamientos, ya que nunca se sabe si logró matar a alguien o sólo herirlo.

"No quiero inflar un número que podría ser menor. Los combates son tan confusos, no es como los pasan en la televisión", aseguró. Cuestionado sobre qué siente cuando mata a alguien, su respuesta es simple: "No siento nada más que adrenalina".

"Sin embargo, es deprimente cuando a tus amigos los hieren o los matas, pero su dolor te ayuda a seguir luchando, porque te hace buscar la revancha", precisó.

Me siento bien con el trabajo que hago", expresó. "No es fácil, y tienes que cuidarte la espalda todo el tiempo, pero estoy orgulloso de esto", añadió. "Estoy defendiendo a la gente que no puede defenderse. Estoy luchando y la policía no hace nada contra los cárteles, así que si nosotros no lo hacemos, ¿quién lo va a hacer?", concluyó.

 

Con información de Infobae