Main logo

“Seis meses y no hay rastro de mi familia desaparecida en Isla"

Laura busca a su papá Heriberto Ortiz, su mamá María de Jesús Octavo, a su hermana Daniela y su hermano Alberto; no hay rastro de ellos

Escrito en VERACRUZ el

Chavaxtla Ver.- Seis meses han transcurrido desde que cuatro miembros de la familia Ortiz Octavo fueron desaparecidos en Isla. Su búsqueda se mantiene suspendida por la pandemia, misma que llegó en fechas cercanas al descubrimiento de mega fosas clandestinas en el municipio vecino de Playa Vicente.

Desde el pasado 17 de noviembre, Laura busca a su papá Heriberto Ortiz Santos, de 56 años de edad; a su mamá María de Jesús Octavo González, de 49 años; y a sus hermanos Daniela del Carmen Ortiz Octavo, de 23, y Carlos Alberto Ortiz Octavo, de 25.

Durante lo que ella llama un “viacrucis” se ha encontrado con las estaciones del recorrido que muchas otras familias en búsqueda también pasan: omisiones, desinterés y retrasos por parte de las autoridades, esto le ha orillado a buscar la verdad sobre el destino de su familia.

La chica de poco más de 20 años, se ha dado a la tarea de “rastrear” con sus medios a sus padres y sus hermanos, usando las redes sociales; en específico WhatsApp.

Durante meses, ha observado actividad en sus cuentas; “se salen de grupos, cambian foto de perfil, se conectan y desconectan”. Todo ha sido lo reportado a fiscales encargados del caso, pero, a decir de Laura, al momento no han hecho nada con las pruebas. 

No obstante, no ha dejado de buscarlos, a inicios de febrero de 2020, la joven llamó al teléfono celular de su papá, la llamada entró y con ello logró dar con una ubicación cerca de Villa Azueta.

A finales de este mes e inicios de marzo, como efecto dominó iniciaron los hallazgos: en Arenal Santa Ana, en la zona rural de Playa Vicente se ubicaron 5 megafosas clandestinas; una semana más tarde se marcaron 40 puntos positivos en el predio donde se celebra la Expoferia ganadera de ese mismo municipio.

Ambos terrenos son propiedad de Humberto Andrade Ahuja, uno de los ganaderos más poderoso del sureste mexicano.

Para marzo, la ubicación que lanzó el teléfono de Heriberto Ortíz, figuró en medios internacionales tras hallarse un rancho que presuntamente fungió como centro de operaciones, ligado al Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).

En el interior de la fortaleza se hallaron cocodrilos, leones, y otros animales exóticos; había casas grandes y varios inmuebles al interior sumaban más de 20 habitaciones climatizadas e incluso habilitaron un gimnasio.

Colectivos de búsqueda solicitaron al gobernador Cuitláhuac García Jiménez el acceso al sitio, y poder “drenar” la laguna con cocodrilos, pues temen que las víctimas de crímenes que pudieron ser cometido ahí, hayan sido arrojadas a los animales.

Un persona cercana a la familia, y con acceso a la carpeta de investigación narró que, tras ubicar la zona, recibió información que podría cuadrar con el caso.

“A los poquitos días a mis oídos llegaron comentarios de que los presuntos responsables de la desaparición tenían un lugar con criadero de lagartos o algo así en Azueta y que ellos se movían por Playa Vicente, Azueta y todas las rancherías aledañas”.

“Los presuntos responsables son de ahí de Tesechoacán y tienen familia en Cujiliapan; conocen muy bien la zona. Todo esto fue comunicado a la Fiscalía, a los días ellos solo respondieron que, pues la ubicación no era exacta, que fueron a buscar y que no dieron con nada”, dijo el entrevistado.

Desde hace medio año, alejaron de Laura a las personas con las que vivió desde que nació y con quienes disfrutaba escuchar música, jugar a la polaca y cocinar.

“En estos seis meses es increíble que las autoridades no sepan nada de ellos que yo por mi cuenta busque hasta lo más mínimo posible para que se pudieran dar cuenta que esa persona está ligada a la desaparición (la presunta responsable) sin embargo, ellos no hicieron algo para dar con ella, ¿qué hay del del dolor que siento por no saber nada de ellos?, si están bien si ya comieron, y que en estos seis meses no poder abrazarlos y decirles lo importante que son para mí”.

La fatídica noche

Ladridos de perros, una camioneta negra de doble cabina, un coche blanco, golpes y la presencia de hombres encapuchados es todo lo que se sabe la hija menor del matrimonio cuando sus padres y sus dos hermanos habrían sido sustraídos de su vivienda ubicada en la calle Cinco de Mayo, según consta en la carpeta de investigación UIPJ/DJXIXI/ISLA/F4a/572/2019.

La noche de ese 18 de noviembre, ella se encontraba junto a su pareja en la casa de ambos, a donde desde hace dos años se mudó. “Si hubiera estado ahí, me llevan también” dice

La versión que vecinos dieron, coincide los relatos de otras desapariciones ocurridas en Veracruz: hombres que irrumpen en el domicilio forzando la entrada, que intimidan a sus víctimas con armas y golpes para luego llevárselos sin dejar rastro.

La joven dice no saber porque se los llevaron. Ella se enteró de su ausencia luego de que ninguno de los cuatro se presentó a sus centros de trabajo; padre e hijo laboraban en el Frigorífico de Isla, su madre tiene una lavandería y su hermana se dedica al negocio local en una empacadora de piñas.

Desde entonces desconoce su paradero, no ha tenido noticias de ellos.