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Tultepec, la Nochebuena entre lágrimas y dolor

La familia Urban Rodríguez recibió la noticia que María Angélica a quien buscaban, fue uno de los muertos en la explosión que no habían sido identificados

Escrito en ESPECIALES LSR el

TULTEPEC, Estado de México (La Silla Rota)- La familia Urban Rodríguez esperaba y deseaba un milagro de Nochebuena tras la explosión del mercado San Pablito, encontrar con vida a María Angélica Rodríguez Rendón, pero con el transcurso de las horas aminoraba, hasta que se desvaneció.

 

En la víspera de la Nochebuena, personal del Servicio Médico Forense en Tlalnepantla, le informó a la familia Urban Rodríguez que uno de los cuatro cuerpos con quemaduras de entre el 70 y 80 por ciento del cuerpo y que permanecía en calidad de desconocido era de María Angélica, que la muestra genética dio positivo con un cadáver.

Que el nombre de María Angélica no apareciera en la lista de heridos y muertos por la explosión del mercado de cohetes era esperanza de encontrarla viva para la familia Urban Rodríguez, y al mismo tiempo angustia de saberla desaparecida.

 

María Angélica, de 44 años, atendía el local 22 del mercado de San Pablito la tarde del 20 de diciembre, cuando se registró el siniestro.

 

Ese día por la mañana, María Angélica eligió unos jeans de mezclilla azul, unas botas negras de gamuza, un suéter beige y unas arracadas medianas para ir a trabajar.

 

Cerca de las tres de la tarde una serie de detonaciones terminaron con 280 de los 300 puestos de cohetes del mercado.

 

Al enterarse de la explosión, José Alfredo Urban y Nayeli Urban, esposo e hija de María Angélica iniciaron la búsqueda, primero en hospitales donde no la encontraron por nombre, tampoco en la lista de personas fallecidas.

 

Lo que encendió una luz de esperanza, por lo que diseñaron un cartel en una hoja tamaño carta con los generales y señas particulares de María Angélica, y también los teléfonos de contacto para recibir información sobre el paradero.

 

Colocaron carteles en distintos puntos de Tultepec, así como en los nosocomios y los ministerios públicos con la leyenda en mayúsculas: "DESAPARECIDA EN EXPLOSIÓN DE TULTEPEC".

 

Con el fluir de los minutos y los días, se reducían las posibilidades de encontrarla con vida.

 

En el Servicio Médico Forense de Tlalnepantla había cuatro cuerpos sin identificar, dos de mujeres, aunque no coincidían con la estatura ni con la complexión de María Angélica, la familia decidió someterse a una prueba genética el jueves 22 de diciembre.

 

Los Urban Rodríguez mantenían la esperanza, sin embargo, se terminó el sábado 24 de diciembre, cuatro días después del siniestro.

 

La temperatura a la que fue expuesto el cuerpo de María Angélica durante y después de la explosión modificaron las medidas de su cuerpo, y las quemaduras la hicieron irreconocible.

 

Personal del forense de Tlalnepantla le informó a la familia la coincidencia genética con un cuerpo, lo que derribó la esperanza, pero al mismo tiempo entregó un poco de paz al encontrarla.

 

Desde el mediodía del 24 de diciembre, la familia la pasó entre el reconocimiento del cuerpo y los trámites para la entrega y traslado de Tlalnepantla a Tultepec.

 

No hubo Nochebuena para la familia Urban Rodríguez, ni brindis, ni cena, sólo llanto, dolor y los preparativos para sepultar a María Angélica.

 

La Navidad para ellos transcurrió entre decenas de Ave Marías y Padres Nuestro frente al ataúd de una mamá y esposa trabajadora, los abrazos llevaban el sentimiento de la solidaridad luctuosa y el cariño fraterno.

 

Los Urban Rodríguez despidieron a María Angélica con una misa en la Parroquia de Loreto en la cabecera municipal. En el atrio, junto al féretro de ella colocaron el de Antonino Bernardino, otra víctima de la explosión.

 

Familiares cargaron el ataúd de María Angélica al panteón de San Martín, entre música de viento y mariachi con una combinación de temas alegres y tristes, danzones como “Nereidas”, con canciones como “Un puño de tierra” y “Que me entierren con la banda”, de mariachi “Hermoso Cariño” y “El son de la negra”.

 

 

En el camposanto el mariachi interpretó “Amor eterno” y “Señora, señora”, esta  última canción desencadenó los aplausos y el ataúd con el cuerpo de María Angélica comenzó a bajar a la fosa.

El milagro de Nochebuena no llegó, y el fin de año los Urban Rodríguez lo pasarán entre los rosarios del novenario.

mlr