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Las trabas para indemnizar a familiares de víctimas

El dueño del edificio que colapsó en Bolívar 186 el pasado 19´s, ha manifestado a los familiares de las victimas que su solvencia económica no es suficiente

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Escrito en ESPECIALES LSR el

Ciudad de México (La Silla Rota).- Por ley a los trabajadores fallecidos durante el sismo dados de alta en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) deberán ser indemnizados por esa dependencia gubernamental solo si estaban en horas laborales. En caso de las víctimas que fueron empleadas de manera temporal o eran extranjeras con situación migratoria irregular, la ayuda económica a sus familiares se complica. 

Sigue aquí la cobertura del sismo de 7.1 grados 

En el edificio de Bolívar 168 casi esquina Chimalpopoca, colonia Obrera, de acuerdo con la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo de la Ciudad de México, fallecieron 15 personas, de las cuales 12 eran mujeres y tres hombres. De las personas fallecidas ocho eran mexicanas; cuatro de Taiwán; uno originario de Taiwán nacionalizado paraguayo; uno de Corea y uno más israelita de nacionalidad argentina.

De las 15 víctimas, siente no contaban con seguro social. Y de las 7 personas extranjeras fallecidas, únicamente dos se encontraban en situación irregular en nuestro país, aunque estaba en trámite su residencia permanente.

Fernando Sánchez Lira perdió a su mamá, María Teresa Lira Infante y a su hermana, María Elena, en el edificio que se colapsó durante el sismo del pasado 19 de septiembre. Ambas trabajaban en la empresa SEO Young Internacional S.A de C.V, que estaba en el tercer piso de Bolívar 168 y se dedicaba a la habilitación de bisutería. 

La señora María Teresa Lira Infante tenía 70 años y seis de laborar en Seo Young, aunque antes se llamaba Asia Jenny Importaciones y estaba ubicada en la calle de Isabela Católica. En Bolívar 168 trabajaba como temporal y en el momento del siniestro no contaba con seguro social. 

Fernando comentó que su mamá siempre fue ama de casa, aunque había estudiado cultura de belleza, y corte y confección. Su padre era el que trabajaba y no permitía que se desarrollara en otro ámbito. Cuando falleció el señor, María Teresa buscó emplearse, no tanto por dinero, sino para distraerse y sentirse útil. 

Al principio hacía labores de intendencia en edificios del centro de la ciudad. Ahí conoció a Jenny, una coreana, quien la llevó a trabajar a SEO Young. Ella no estaba en el inmueble en el momento del temblor y era esposa de Kyong Jea Lee de 40 años, conocido también como Esteban Choo y quien se desempeñaba como ejecutivo en la empresa. Él falleció durante el colapso del edificio de Bolívar 168.

Desde hace seis años, María Teresa trabajaba como temporal. Cada vez que llegaba mercancía de China, le llamaban. Habilitaba lentejuela y chaquiras en aplicaciones para vestidos. En un mes, aproximadamente laboraba 15 días y le pagaban 200 pesos por jornada. 

Iba poco a trabajar, a ella le encantaba ir. Estaba en el área de habilitación. Ella lo que hacía era que revisaba las aplicaciones y optimizarlas, a veces se les desprendían piedritas. Era un trabajo especializado y manual. Mi mamá era muy hábil para eso y le gustaba la dinámica, porque iba unos días y otros estaba en casa”.

Su familia no tenía ninguna objeción de que trabajara, al contrario, lo veían como una manera de que tuviera actividad, tanto física como la mentalmente. “A pesar de sus 70 años era una mujer muy activa, jovial, alegre y generosa. Era una señora adorable, todo mundo la quería y la seguían mucho. Inspiraba cosas bonitas. Además, su sonrisa era increíble. Sus ojos verdes siempre brillantes”. 

Su mamá le contaba a Fernando que el ambiente laboral era cordial. “Cuando le llamaban para trabajar se ponía muy contenta, le hacía muy feliz. ‘Ya me llamaron, ya hay trabajito’ y a ella le gustaba mucho”. 

En SEO Young, de planta estaban contratadas 10 personas y cuando se juntaba mucho el trabajo, había otras 10 de eventuales. 

Fernando cuenta que en este momento se encuentran en el proceso de indemnización indirectamente con el dueño de la empresa Cho Han Sup, alias Antonio a través de su abogado. 

Él ha manifestado cercanía con nosotros, es cálido y se acercado, nos hemos podido entrevistar con él, pero con presencia de su abogado laboral. Él sabe que por la gente que estaba asegurada no tendría mayor problema. Tiene algunos detalles debido a que estaba cotizando con salarios menores, lo reconoce y está dispuesto a solventar esa parte”.

La gente que no estaba asegurada en esa empresa eran tres: María Teresa Lira, Ana Ramos González de 23 años y Sonia Rico Montoya de 43 años. 

Esas tres personas representan una problemática mayor para el dueño de SEO Young. Él pretendió resolverlo mediante un convenio, con cada uno de los deudos. Inicialmente nos habían tratado por separado. Después nos reunieron a los tres y nos dimos cuenta de que fue una forma estratégica. Esto es delicado y no puede manejarse tan a la ligera como han pretendido hacerlo”.

Sin hablar de cifras, el dueño les manifestó que su solvencia no era suficiente. Sin embargo, les comentó que había tratado de reunir lo más posible para poderles ofrecer una indemnización razonable.

La última reunión que tuvieron, Cho Han Sup les dijo que tenía muy poco dinero en su cuenta y no podía darles más. Lo que ofrecía ni siquiera alcanzaba para cubrir a una sola persona. Incluso les manifestó que quizá se declararía en banca rota. 

Tendremos que manejarlo de otra forma. La Procuraduría Social del Trabajo ha estado al pendiente, todavía no han tomado acción porque yo les indiqué que apenas estábamos en pláticas con el dueño. Tomando en cuenta esta nueva actitud, él tendrá que dar una cifra. Es bien feo hablar de eso, pero es la única forma que tiene la ley de resolver esto y resarcir estos tipos de agravios”.

Fernando dijo que se seguirán reuniendo para ver esta situación y en caso de que no lleguen a un acuerdo que les convenga a todas las partes, “tendrá problemas serios, no es mi intención. ojalá que el dueño se porte flexible y sea razonable”. 

Elena era la mujer más hermosa 

Arturo Faustino Gómez, esposo de María Elena Sánchez Lira e hija de María Teresa Lira Infante recuerda a su compañera de vida como la “mujer más hermosa” con un carácter generoso. Le gustaba ayudar a las personas. Daba pláticas de autoayuda. 

Elena estudió la licenciatura en Administración de Empresas Turísticas en el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Arturo y ella tenían 38 años de casados, tuvieron dos hijos. Debido a que decidió dedicarse de lleno al cuidado de su familia, mucho tiempo fue ama de casa. 

Hasta hace poco comenzó a trabajar, puesto que sus hijos se independizaron y también formaron una familia. Tenía 55 años y seis de trabajar en SEO Young. A esta empresa su madre María Teresa la invitó a laborar. 

El primer año, Elena trabajó como eventual, al igual que su madre. Sin embargo, debido a su empeño, tuvo varios ascensos. Al momento del colapso del edificio era asistente de dirección. Estaba contratada de planta, contaba con seguridad social y con prestaciones. Su horario era de lunes a viernes de 9am a 6:30pm con una hora de comida. Ganaba 7 mil pesos mensuales. 

Tenía mucho orden, disciplina y honradez. Su desempeño le fue haciendo que escalara puesto. Cuando ella llegó ahí empezó a modificar algunos procesos y los hizo mucho más eficientes. Me platicó que cuando llegó a SEO Young había un caos enorme. Su trabajo le gustaba. Era una persona muy eficaz y sus jefes estaban muy contentos con su trabajo”.

Como asistente de dirección se encargaba de recopilar los pedidos y requerimientos de los clientes, así como coordinaba las entregas de la mercancía. Incluso en estas fechas estaba por recibir otro aumento salarial. 

Su esposo consideró que el trabajo y la responsabilidad que tenía no correspondían con lo que ganaba al mes. Sin embargo, como no tenía la necesidad del dinero, no le incomodaba. “No pagaba el valor que ella desarrollaba, puesto que ella estaba capacitada para hacer trabajos de administración y tenía un título”. 

Debido a que Elena tenía seguro social cuando falleció no hay mayores problemas en la indemnización como el caso de su madre. Sin embargo, comentó Gómez que es un proceso lento y doloroso. 

El dueño de la empresa se ha acercado a nosotros, hemos visto su disposición. No puedo señalar otra cosa. No tiene el recurso, se le vino abajo su empresa. No sabemos si tenía finanzas sanas, nos dijo que no cuenta con el recurso para dar las indemnizaciones. Y para ser franco no quisiera dinero por la vida de mi esposa. Estoy en esto, porque sé que es un requisito de ley. El dinero no me la puede devolver”.

A familia de Pepe Lin no quieren indemnizarla

Lin Chia Cin -también conocido como Pepe Lin- de 40 años, era de origen taiwanés nacionalizado paraguayo, falleció en Bolívar 168. Su situación migratoria en México era irregular, aunque tramitaba su residencia permanente. No contaba con seguridad social. 

Trabajaba en el cuarto piso del edificio y era jefe de la empresa Dashcam System, que se dedicaba a la comercialización de cámaras de seguridad para vehículos. Su patrón era Chen Po Wen, quien también era dueño de ABC Toys, que estaba en el segundo piso del inmueble. 

La familia de Pepe Lin se fue a vivir a Paraguay en 1980. Hace 12 años, él vino a México a probar suerte, llegó primero a Guanajuato. Desde hace 10, vivía en la ciudad y trabajaba para Chen Po Wen. Tenía esposa y dos hijas, una de 10 y la pequeña de dos. 

Pepe Lin, desde pequeño y hasta el día que falleció, era un chico muy emprendedor e innovador. Le gustaban los desafíos. Siempre luchó por lo que quería, era muy respetado por todos los amigos y la familia. Era por la forma en como trataba a las personas. En su trabajo, el patrón lo admiraba por su capacidad y sus colaboradores lo querían mucho. Era un tipo simpático y tenía buen humor”, describió David Kenny Lin, hermano mayor de Pepe.

En entrevista telefónica desde Paraguay, David señaló que Pepe era la mano derecha del empresario Chen Po Wen. Les ayudaba a todos sus negocios.

Pepe Lin fundó la empresa Dashcam System en México, ya que la central se encuentra en Alemania.

A parte de trabajar y manejar las otras empresas de su patrón. Pepe trajo a México las cámaras que se ponen en los vehículos. Él tenía como 60 por ciento de las acciones de Dashcam y el resto, el señor Chen”.

David contó que a pesar de que estaba contento Pepe Lin en su trabajo. Hacía mucho por lo que le pagaban e intentó renunciar. Sin embargo, Chen Po Wen lo convenció para que siguiera con la promesa de que lo iba hacer accionista de las demás empresas, sin necesidad de comprar una parte. 

Justo cuando se cayó el edificio, Pepe Lin estaba por firmar esa asociación, por eso también estaba tramitando su residencia permanente. 

Su patrón le pidió que se quedara y le dijo que le iba dar acciones, pero lamentablemente, mi hermano falleció y ahora el señor Chen no quiere reconocer a la familia. Como murió, no tenemos como comprobar que le prometieron no sé cuánto de las acciones”.

La esposa e hijas dependían de lo que ganaba Pepe Lin y ahora sus hermanos pelean para que ellas reciban lo que corresponde. David indicó que el patrón, por medio de su abogado, les pidió que negociaran, pero hasta el próximo año.