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Robustecen presupuesto vs. obesidad; sigue flaca la estrategia

En el presupuesto de egreso se planeaba un “adelgazamiento” de 93% en los recursos; sin embargo, se logró un aumento de 17.5% para 2019

Escrito en ESPECIALES LSR el

La Cámara de Diputados aprobó una ampliación de 500 millones de pesos en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 al programa para prevenir el sobrepeso, la obesidad y la diabetes, después de que en el proyecto presentado anteriormente se “adelgazó” el financiamiento. Organizaciones de la sociedad civil instan a que con esos recursos se impulse una política pública transversal.

El pasado 15 de diciembre el Gobierno Federal presentó el Proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 en la Cámara de Diputados, en el documento sorprendió el recorte para el programa Prevención y Control de Sobrepeso, Obesidad y Diabetes, que está en la partida destinada al ramo 12, que es de salud.

De acuerdo con el proyecto, al programa le otorgarían este año sólo 33 millones 31 mil 933 pesos, una disminución de 93% en comparación con los recursos destinados en 2018, cuando recibió 453 millones 582 mil 155 pesos.

Sin embargo, los diputados dieron un giro al presupuesto destinado a la prevención y la atención de esas enfermedades, al aprobar una ampliación de 500 millones de pesos, por lo que contrario al plan original, ahora el programa tendrá 533 millones, 31 mil 933 pesos, lo que representa un incremento de 17.5% respecto a 2018.

Los fondos otorgados al programa has sufrido altibajos: en 2015 se destinaron 323 millones 732 mil 221 pesos, en 2016 se registró un aumento considerable, al llegar a los 464 millones 129 mil 248, pero en 2017 disminuyó a 452 millones 962 mil 409.

 

La discusión sobre el ajuste al presupuesto se mantuvo durante varias horas en el recinto de San Lázaro y surgió a petición de la presidenta de la Comisión de Salud, Miroslava Sánchez Galván (Morena), quien destacó la necesidad de otorgar más recursos para la prevención de la diabetes, la obesidad y el sobrepeso, padecimientos que afectan a una cantidad importante de mexicanos.

UN PANORAMA PREOCUPANTE

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indicó que México es el segundo país con mayor índice de obesidad, sólo después de Estados Unidos.

En su informe sobre el sistema de salud en el país, publicado en 2016, el organismo señaló que “son particularmente preocupantes las altas tasas de sobrepeso y obesidad”. Destacó que entre 2000 y 2012 esas cifras aumentaron de 62.3% a 71.3% en adultos, mientras que uno de cada tres niños también presenta estos trastornos.

Respecto a la diabetes, recordó que es una enfermedad crónica que está directamente relacionada con la obesidad y que en México 15.9% de los adultos la padece, más del doble del promedio de países de la OCDE, que es de 6.9%.

Las cifras oficiales tampoco muestran un panorama alentador, 72.5% de los mexicanos tiene sobrepeso u obesidad, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2016, y en ese mismo año se registraron 105 mil 574 muertes por diabetes, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Persisten deficiencias en la estrategia.

En México se creó el programa presupuestario U008 para la Prevención y Control de Sobrepeso, Obesidad y Diabetes, que está a cargo del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), en el marco de la Estrategia Nacional para combatir esos padecimientos.

El programa busca “contribuir en la consolidación de acciones de promoción de la salud, prevención y control de la obesidad, diabetes, hipertensión arterial y dislipidemias” y está dirigido principalmente a la población de 20 años en adelante que es responsabilidad de la Secretaría de Salud, así como a los jóvenes de 19 años o menos, sin importar si tienen acceso a servicios de salud pública.

En 2016, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) realizó una evaluación del programa y detectó algunas debilidades y amenazas, por ejemplo, que no tiene identificada territorialmente a la población que presenta el problema y que la presupuestación se realiza de manera tradicional, conforme el clasificador por objeto del gasto y no por resultados, entre otras.

Se privilegian intereses de la industria

Representantes de organizaciones de la sociedad civil coincidieron en que para atender esta crisis de salud es necesario crear una política transversal de Estado que sea transversal, ya que las medidas implementadas en los últimos años han sido afectadas por los intereses de la industria alimenticia.

Respecto al presupuesto aprobado para este año, Alejandro Calvillo, presidente de El Poder del Consumidor, comentó que “ese dinero, aunque es muy poco ante esta emergencia epidemiológica, se puede utilizar bien”. Dijo que tendría que invertirse en definir una política integral de prevención, en la que intervengan no sólo la Secretaría de Salud, sino también las de Agricultura y de Educación Pública.

Aseguró que en sexenios anteriores “Lo que pasó es que se entregó la política a los intereses de la industria. El conflicto de interés, la interferencia de la industria y la alianza que tienen con ellos las autoridades de Salud y de Cofepris es lo que está generando el problema”.

Juan Martín Pérez García, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), comentó que los cambios en el presupuesto de este año se deben a los proyectos que el presidente Andrés Manuel López Obrador resaltó como prioritarios, pero criticó que esos planes no tendrían que afectar a los programas que ya existían.

Esto muestra la gran fragilidad institucional que tiene nuestro país, porque no estamos hablando de políticas de Estado, sino de políticas personales. Si bien es cierto que es el Presidente de la República, esto no justifica que se cambien programas públicos y sociales, generando regresión en la garantía de derechos para alimentar proyectos nuevos”, dijo.


fmma