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Perros, de guardianes a “hijos”

La cohabitación entre las personas y sus mascotas ha dado un vuelco en los últimos años, pues de ser consideradas guardianes del hogar ahora tienden a asumir el rol de un hijo más

Escrito en ESPECIALES LSR el

Mientras hace 20 años uno de cada 10 perros era tratado por sus dueños “como de la familia”, actualmente esa cifra es de 8 de cada 10, de acuerdo con encuestas de empresas dedicadas al sector de alimentos para mascotas.

 

Hasta 2013, el gasto de los hogares para el perro de la familia iba de un rango que comienza en 320 pesos al mes, aunque hay casos en los que se llega a erogar hasta 10 mil pesos.

 

En el extremo, los dueños han “humanizado” a sus mascotas, provocándoles problemas psicológicos y de conducta. Esta situación perjudica a las dos partes (dueños y mascotas), señalan especialistas.

 

CAMBIO DE ROLES

 

“... Era nuestro perro y era la ternura /
esa que perdemos cada día más /
y era una metáfora de la aventura /
que en el diccionario no se puede hallar...”, escribió el cantautor Alberto Cortés sobre el perro, un animal que actualmente es considerado como parte de la familia.

 

Tobi, por ejemplo, llegó a la casa de la familia Reyes un día lluvioso. Caminaba por la orilla de Periférico Oriente en la Ciudad de México cuando José, el hijo mediano, lo rescató y lo llevó a que le cortaran las “rastas” de pelo.

 

“Lo vacunamos, desparasitamos y lo bautizamos como Tobi. Eso fue hace ocho años. Es la compañía de todos, especialmente de los niños de la familia, porque los cuida mucho”, relata José.

 

Luego de consultar distintos libros, la familia Reyes llegó a la conclusión de que Tobi es una cruza de maltés con french puddle. Come croquetas, lo llevan a la estética cada mes, y sale al baño por las mañanas, tardes y noches.

 

Tobi no sólo tiene una casa, también tiene una familia, y por eso lo presentan como Tobi Reyes.

 

“Es un buen amigo y es muy fiel”, afirma José.

 

Marcos Pérez, director de investigación de mercados de Mars Pet Care, empresa de alimentos para mascotas, asegura que en las últimas dos décadas el rol del perro ha cambiado.

 

“Los animales de compañía juegan cada vez un rol más importante. Si antes era visto como un cuidador de la casa, hoy ya está más integrado como un miembro. Hay familias que incluso lo incluyen en sus vacaciones”, asegura el especialista.

 

En una encuesta realizada en 2013 por Mars Pet Care en 25 mil hogares, se constató que 85% ven a su mascota como un amigo, un miembro más de la familia o un compañero.

 

Prueba de lo anterior, reveló el estudio, es que actualmente hasta 73% de las mascotas pasan la mayor parte del día dentro de casa y ya no en el patio o la azotea, “como se acostumbró algún tiempo”.

 

Otro indicador encontrado fue el de la alimentación, pues mientras hace 20 años sólo 6% de los perros con dueño eran alimentados con productos procesados, actualmente ese porcentaje es de 40%.

 

“Vemos otros comportamientos interesantes; por ejemplo, se diversifican los servicios enfocados a las mascotas, por eso podemos ver que negocios como spas o gimnasios para perros van al alza, aunque esto aún no lo hemos cuantificado”, dijo el director de mercado de Mars Pet Care.

 

Y aunque aún falta cuantificar el porcentaje del ingreso familiar que se destina a la mascota, un cálculo realizado en los mismos 25 mil hogares arrojó que el promedio de inversión para el perro es de 3 mil 640 pesos al mes.

 

“La comida es en lo que más gastan los dueños, seguido de las consultas con el veterinario y las vacunas”, afirmó el experto.

 

Carlos Esquivel, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, cita otros datos que hablan de la población de perros en el país.

 

“En 2007 se estimaban más de 15 millones a 16 millones de perros en toda la nación. Eso está publicado, no lo digo yo, lo dice la Secretaría de Salud. En el DF hay un millón 200 mil perros que tiene dueño, de los cuales el 10%, es decir, 120 mil animales, están en vida libre, están en la calle”, detalla el académico.

 

De los caninos en situación de calle en el DF 30% son perros comunitarios, es decir que la calle o la unidad habitacional ve por ellos; 30% está bajo la custodia parcial de una familia, y 40% está totalmente libre.

 

“Hablamos de que el perro es un ente social, que es fácilmente adaptable”, afirma el especialista de la máxima casa de estudios.

 

La llegada de Tobi a la familia Reyes representó una alegría, sobre todo porque un año atrás habían perdido a su primera mascota en un accidente del cual ningún miembro quiere recordar detalles.

 

“Salimos a comprar agua, el Negro, como se llamaba, salió con nosotros. Era un perrito criollo, era juguetón y corría mucho. Se atravesó la calle y lo atropellaron; nos costó mucho superar su muerte”, lamenta José... Y voltea hacia Tobi, lo llama y lo abraza fuerte.


 

 

HABLANDO DE 'PERRHIJOS'

 

¿Cómo es el duelo de perder a una mascota? Guadalupe dice que es como perder a un familiar.

 

“Noches de insomnio y terapias, así lo pude superar; él era como mi hijo. Hoy ya sé que no debí hacer esos vínculos tan fuertes, porque yo también me hice daño”, reflexiona esta mujer que ronda los 30 años, soltera y que vive sola en un departamento de la colonia Del Valle.

 

Claudia Edwars, etóloga de la UNAM, ve con preocupación cómo en los últimos años los dueños se han ido al extremo del trato con sus mascotas.

 

“De verlos como unas máquinas para cuidar la casa, ahora los tratan como sus hijos. Ninguno de los extremos es saludable para las dos partes”, subraya.

 

La especialista en conducta canina afirma que la falta de compromiso de las personas para tener una familia o para relacionarse con otras amistades ha traído a los llamados “perrhijos” como una consecuencia.

 

“Hemos volcado todas estas necesidades de amor y de cariño en los perros y en los gatos, lo cual puede llegar a ser un problema cuando ‘humanizamos’ demasiado al animal, porque lo que acaba pasando es que no deja de ser perro; entonces ves a la gente con sus perritos cargando, que nunca tocaron el piso y las uñas se les deforman, apenas vea otro animal y ladran, y se le avientan a las personas”, detalla.

 

Las conductas agresivas también son parte de este trato hacia las mascotas.

 

“Vas a tener problemas de agresión extrema, problemas opresivas-compulsivas, porque el perro no puede, no sabe cómo ajustarse a la vida, y a lo mejor empieza a lamerse la pata de la ansiedad o tenemos un problema que se llama ansiedad por separación, en donde el perro no sabe estar solo”, afirma Edwars.

 

Otro problema es el alimenticio. Datos de la propia Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia revelan que 3 de cada 10 perros domésticos del DF tienen obesidad.

 

“Lo que pasa es que, al ‘humanizarlos’, la gente les da de comer como ellos. Y esta conducta puede llegar a matarlos; por ejemplo, si le das un pedazo de chocolate a un perro, le causas un problema gástrico terrible”, alerta la especialista.

 

Guadalupe tardó más de tres años, desde que perdió a su labrador, para volver a tener una mascota y saber mantener equilibrio mental para tratar al perro de raza coquer que tiene ahora.

 



dgs / jqf