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Nace policía comunitaria en medio de pleito entre Los Rojos y Los Ardillos

San Jerónimo Palantla, pueblo ubicado a 35 kilómetros de la cabecera municipal de Chilapa, vio nacer la mañana de este sábado una nueva Policía Comunitaria

Escrito en ESPECIALES LSR el

SAN JERÓNIMO PALANTLA, GUERRERO (La Silla Rota).- En Chilapa, hay un pueblo nahua de apenas 300 habitantes llamado San Jerónimo Palantla que vio nacer la mañana de este sábado una nueva Policía Comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC).

Está ubicado a unos 35 kilómetros de la cabecera municipal de Chilapa, después de unas veredas de terracería. Pero existe dos referencias más que geográficas: queda en medio del pleito de los dos cárteles regionales, Los Rojos y Los Ardillos, que reconoce la Fiscalía General del Estado (FGE) se disputan la plaza, y la rivalidad como marca de nacimiento con la Policía Comunitaria de Rincón de Chautla, liderada por Cirino Plácido Valerio, quien se asume como uno de los fundadores de la CRAC que surgió hace 20 años.

El 8 de febrero de 2015, varones de este y otros pueblos incorporados como policías comunitarios  a la vecina comunidad de Rincón de Chautla, reconocida por otra fracción de la CRAC, mataron a  cinco personas por no sumarse a sus filas. Al menos es la versión que reprodujeron los nuevos policías comunitarios, aunque los antecedentes en los periódicos revelan otra cosa.  

Los nuevos policías comunitarios, en un operativo en el pueblo durante este sábado, con el respaldo de los policías de la casa de justicia de Espino Blanco (Malinaltepec), detuvieron a 14 habitantes que reconocen como los agresores de febrero. Los policías foráneos se llevaron a los detenidos a reeducación a las entrañas de La Montaña. 

 

 

Lo que consignaron los periódicos ese 8 de febrero de 2015 es un enfrentamiento a balazos entre los habitantes de Rincón de Chautla y San Jerónimo Palantla. La Policía Comunitaria de Rincón de Chautla esa vez difundió la versión de que los atacaron cuando acudían a rescatar a sus compañeros retenidos por promoverlos, entre ellos a su promotor, Isaac Xochitempa Chautla. Fue cuando murieron cinco –en ellos una mujer con tres meses de embarazo– y las policías comunitarias se llevaron a 18 detenidos.

El 24 de noviembre pasado cerca de Atzacoaloya, unos hombres atacaron a balazos una camioneta pasajera que se dirigía a Chilapa. Mataron a cuatro personas: a Xochitempa Chautla y tres mujeres.

Ese mismo día las policías comunitarias detuvieron a Apolinar Calvario Tlatempa, Francisco Hernández Tepetate, Alfonso Orgín Castro y Eladio Díaz Calvario, por el crimen del promotor de la corporación comunitaria.

La mañana de este sábado, entre los hombres vestidos con la playera negra y el estampado CRAC-Policía Comunitaria y rifles en San Jerónimo Palantla, estaba Alfonso Orgín Castro, ex comisario del pueblo. "Nosotros ya no aguantábamos", dijo mientras sus compañeros de Espino Blanco preparaban el traslado de los detenidos.

El actual comisario, Francisco Chautla Zizitenco, dijo que van 13 muertos en un año y medio que llevan rivalizando con los vecinos. Las diferencias, la violencia e inseguridad en la zona también, aseguró, se la hicieron ver al gobernador Héctor Astudillo Flores de muchas formas: oficios y protestas en Acapulco y la Ciudad de México. Le reprochó al gobernador que no interviniera y que abonara la diferencia creciera.

La delincuencia en la zona, al principio de este conflicto, fue la acusación de los comunitarios de Rincón de Chautla contra los habitantes de San Jerónimo Palantla.

José Miguel y Venancio Orgín, padre e hijo, son otros policías de los nuevos comunitarios. Son esposo e hijo de Ana María Calcintle, la mujer que mataron ese 8 de febrero en el pueblo. "Yo la mire cómo la tumbaban", comentó Venancio.

Venancio es uno de los seis hijos que alcanzó a parir Ana María. La mujer fue a la reunión que llamaron a la comisaría de San Jerónimo Palantla para valorar las diferencias con Rincón de Chautla, porque ese día su esposo no se pudo levantar de unos dolores en los pies.

José Miguel aún camina con dificultad pero viste la playera comunitaria y carga el rifle. "Ojalá y se queden unos con nosotros", dijo. Se refería a lo conveniente, a su juicio, de que se quedara un grupo de los policías que llegaron al pueblo desde Espino Blanco para trasladar a los detenidos, porque podría entrar la gente de Rincón de Chautla; pero todos se regresaron.

"Pónganse vergas, no los vayan a querer azorrillar", les gritó uno de los policías foráneos, desde la caravana de vuelta. Y los nuevos policías comunitarios sólo los vieron partir.

Nota: minutos después de que los policías comunitarios salieron con los detenidos de San Jerónimo Palantla el sábado, se supo del crimen de un hombre en Xochitempa, un pueblo vecino y afín a Rincón de Chautla. El secretario de Gobierno, Florencio Salazar Adame, negó que tuviera relación con la rivalidad de los dos grupos de policías comunitarios, pero los habitantes de Xochitempa señalaron como culpables del crimen a la caravana que salió de San Jerónimo Palantla. 

 

 

 

jdme