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Michoacán, fábrica de nuevos pobres

La falta de recursos ha obligado a decenas de familias a instalarse en cinturones de pobreza como las faldas del cerro de Quinceo

Escrito en ESPECIALES LSR el

MORELIA, MICHOACÁN (La Silla Rota).- Hace apenas dos años la señora Irene Avilés y su familia tenían la posibilidad de rentar en la colonia Eduardo Ruíz de la capital de Michoacán, pero desde hace uno el panorama cambió y se vieron en la necesidad de instalarse en las faldas del cerro de Quinceo. Una zona ubicada al nor-poniente de la ciudad en la que impera la invasión de predios.

Doña Irene, de 55 años de edad, se dedica al hogar y vive del salario de su esposo, al igual que sus dos hijos: uno que está desempleado y otro con retraso mental, así como dos nietos. El problema es que la remuneración económica del señor Rogelio Gaspar no es fija. Trabaja de albañil y percibe cerca de 2 mil pesos quincenales.

“Nos dijeron que aquí (en el asentamiento irregular) había modo de acomodarnos. Ya no alcanzaba para la renta. Era pagar mil pesos de renta o comer frijoles, porque para carne no nos alcanza. Ahora que estamos en esta casita ya podemos por lo menos comprar algo más de comida”, explica a LA SILLA ROTA.

 

En tan sólo dos años, en Michoacán, el porcentaje de población que vive en pobreza se incrementó en 4.8%, al pasar del 54.4% en 2012 a 59.2% en 2014, de acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). Ahora hay 260 mil 938 nuevos pobres.

El estado está así entre las seis entidades federativas con mayor aumento de habitantes que se encuentran en esta situación y que rebasó por mucho el promedio nacional de incremento de la pobreza, de 3.4%.

Al parecer el escenario político y social que vivió Michoacán durante dicho periodo se refleja en la alza de número de pobres, aunado a políticas públicas insuficientes hacia este sector poblacional. Pobres que se han hecho más pobres y los denominados clasemedieros, que pasan a las filas de la clase baja.

Las pertenencias de la señora Inés y su familia son pocas. Pese a que tiene un refrigerador, la falta del servicio de electricidad les impide usarlo. “El cable de luz que nos prestaron no nos alcanza para conectar el refri, apenas la televisión”, comenta. Los seis integrantes de su familia se distribuyen en dos camas, una individual y otra matrimonial.

A unos cuantos metros vive en condiciones similares la señora Valentina Farías. Tienen un pequeño espacio donde han construido su casa de madera, que cuenta con dos separaciones, una para un cuarto y otra para la cocina; además de una letrina. Cocina a fogón en un tambo de fierro que adecuó con leña. Al igual que el resto de las familias asentadas en las faldas del Quinceo, se abastece de agua mediante una pipa.

Valentina, quien a sus 22 años tiene dos hijas, se dedica a la venta de elotes, pero se apoya económica de su pareja que es músico. Ambos perciben alrededor de 6 mil pesos mensuales, lo que les alcanza para sobrevivir.

“Es muy difícil no tener dinero ni para una renta. Nos avisaron que si no queríamos un lotecito y pues nos animamos”, precisa.

Aunque aún no están definidos los espacios habitacionales, los líderes de este asentamiento irregular les prometieron otorgarles terrenos de 8 metros de ancho por 10 metros de largo. “La calle es muy fea y en temporada de lluvias se pone peor, pero aguantamos porque esperemos que nos regulen y en cuanto se pueda empezar a construir”, indica Valentina.

 

CONDICIONES DE MICHOACÁN, RAZÓN DE INCREMENTO DE LA POBREZA

 

A decir de  la titular del Consejo Estatal de Población (COESPO), Clara Ochoa Valdés, el aumento en la cifra de pobres en la entidad, de 2012 a 2014, de 2 millones 447 mil michoacanos a 2 millones 708 mil (260 mil más en dos años), “no es de extrañarse ante el escenario político y social que ha vivido la entidad en este periodo”.

“Hoy tenemos más pobres en Michoacán que los que teníamos antes. No es un asunto de voluntades políticas, ni de partidos. El haber tenido tres gobernadores (Fausto Vallejo, Jesús Reyna y Salvador Jara), el cambio de titulares en las dependencias; no tener inversión, no se ha generado el empleo; la inseguridad continua, así como  el hartazgo social; evidentemente en estas condiciones la pobreza debería aumentar”, puntualiza.

Aunado a ello, las manifestaciones sociales y la organización de civiles armados que aún continúa en diferentes regiones de la entidad, son factores que impiden a la inversión en la entidad y al mismo tiempo, son muestra del rezago social, agrega.

“Nadie que tenga sus necesidades cubiertas, que tenga acceso a la libertad, que tenga buena calidad de vida, sale a las calles a manifestarse o toma las armas; la gente nos está diciendo que la gota de agua es cada vez más alta y la situación de puede agudizar”.

 

CRUZADA NACIONAL CONTRA EL HAMBRE, INSUFICIENTE Y DISCRIMINATORIA

 

La titular de COESPO lamenta que la Cruzada Nacional contra el Hambre opere solo en 400 de los 2 mil 440 municipios que hay en el país.

Por ello, se pronunció por que se analice este programa: “Hoy es urgente reconsiderar la estrategia, que se defina la capacidad del gobierno federal para invertir en 55 millones de personas a las que tendría que atendérseles con este programa. Te dice si funciona, sale muy caro, es complicado, pero es difícil plantear que esta estrategia sea la respuesta para todo el país”.

Asimismo, resaltó que a la fecha en la historia de un país no se ha demostrado que las políticas públicas asistencialistas como estrategias permanentes de política pública son eficaces. ”No digo que desaparezacan; sería infame dejar en la orfandad absoluta a los pobres, pero se tiene que hacer un cambio estructural de fondo si realmente queremos reducir la polarización de la pobreza”.

 

MICHOACÁN EN CIFRAS

 

En lo que se refiere a la pobreza extrema, ésta disminuyó  de 14.4 por ciento en 2012 a 14.0 por ciento en 2014, lo que significa que 8 mil 400 michoacanos menos viven en esta condición, al pasar de  650 mil 300 a 641 mil 900 habitantes, de acuerdo a cifras de CONEVAL.

Mientras que con todo y la Cruzada Nacional contra el Hambre, que opera en 29 municipios del estado, la carencia de acceso a la alimentación aumentó en dos años, de 32.3% a 34.7% de personas que no tiene asegurados sus alimentos en la entidad. Lo mismos sucedió en el rezago educativo, que donde el 27.6% no tiene acceso al sector educativo comparado con el 26.1% que no lo tenía en 2012.

En el resto de los indicadores de carencias sociales las desventajas disminuyeron como el acceso a servicios de salu que  pasó de 28.6 a 26.2%.

 

 

 

asm