CIUDAD DE MÉXICO (La Silla Rota).- "Ha sido muy angustiante, ha sido muy pesado, pero el coraje, el amor de madre ya se me volvió rabia, he aprendido ya ahorita valerme, a reclamar por el mismo dolor que siento por mi hijo, porque se haga justicia, por encontrarlo, ha sido difícil pero sigo en pie de lucha, con mucha fuerza", platica en entrevista con La Silla Rota María Elena Guerrero, madre del normalista Giovanni Galindes.
La vida de esta joven madre guerrerense -de Tierra Caliente- no es la misma desde que su hijo fue "levantado" por policías municipales en Iguala. Cambió radicalmente. Del hogar a los actos públicos. De las actividades del hogar al activismo político. Dejó su casa hace seis meses y hoy vive en un salón de clases en Ayotzinapa.
María Elena Guerrero, hasta antes de la noche del 26 de septiembre de 2014, se dedicaba a su familia, a sus hijos Karla y Giovanni.
"Mi vida cambió totalmente, dio un giro. Mi vida ante era feliz, dedicada al hogar, yo no sabía de estos movimientos, hasta que desgraciadamente me pasó esto. Me dedicaba al hogar, mis hijos a estudiar y yo a cuidarlos, yo no sabía hablar expresarme, pero el mismo dolor me ha hecho fuerte", reconoce.
Revela que también Karla -su otra hija de 17 años- es el motor para seguir en la búsqueda, "ella es mi fuerza".
Asegura que no aceptará ayuda ni apoyo de gobierno federal, y lamenta "tanto Ejército, tanto gobierno y no pueden dar con los jóvenes".
Y asegura categórica: "lo único que recibiré del gobierno es a mi hijo".
lrc