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FlyMEX, la consentida para volar en el PRI

Paga en dos años más de 8 mdp en taxis aéreos para sus dirigentes nacionales; la empresa pertenece a Alberto Abed, ligado a la familia Hank González

Escrito en ESPECIALES LSR el

Entre 2015 y 2016, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) pagó 8 millones 179 mil pesos por servicios de taxi aéreo para el traslado de sus dirigentes Manlio Fabio Beltrones Rivera y Enrique Ochoa Reza a la empresa Servicios Integrales de Aviación S.A. de C.V. (FlyMEX), con la que el tricolor tiene una cercana relación desde hace más de una década.

Alberto Ángel Abed Schekaiban dueño de FlyMEX, es cercano a la familia Hank González y al Grupo Atlacomulco. En el pasado fue señalado como prestanombres de Carlos Hank Rhon y actualmente es uno de los proveedores del PRI, partido con el que ha firmado contratos millonarios desde 2005.

 La relación de esta empresa de taxis aéreos con el PRI data oficialmente de 2005, año en el que el instituto político reportó una deuda con Flymex por la cantidad de 51 millones 699 mil pesos por servicios ofrecidos durante ese año.  

Otro reporte financiero –entregado vía transparencia por la Unidad de Fiscalización de los Recursos de los Partidos Políticos del entonces INE-  muestra que ese año el tricolor reconoció un pasivo a favor de FlyMEX por más de 108 millones de pesos por cinco años de servicio, de 2005 a 2009.

Una relación de antaño

Alberto Ángel Abed Schekaiban fue fundador de la aerolínea Taesa, declarada en quiebra en mayo del 2000, seis meses después del desplome de una de sus aeronaves, con saldo de 18 personas muertas.

La extinta Taesa habría sido constituida con el apoyo de inversionistas encabezados por el empresario Carlos Hank Rhon (hijo del líder priista Carlos Hank González), para quien Abed trabajó como piloto en Aerolíneas Ejecutivas, de ahí que se le conociera como su prestanombres, versiones que más tarde negó al señalar que había adquirido en su totalidad la empresa.

Taesa fue declara en quiebra en mayo del 2000; sin embargo Alberto Abed ya tenía un plan alterno, pues un mes antes, en abril, fundó la empresa Servicios Integrales de Aviación S.A de C.V. (FlyMEX), la cual ha suscrito contratos millonarios no solo con el PRI, sino también con algunas dependencias del gobierno federal.

Contratos sospechosos

Según consta en archivos de las plataformas de transparencia, uno de los primeros contratos concedidos a FlyMex fue por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) por 7 millones 77 mil pesos para traslado de pacientes.

Sin embargo, al revisar los detalles del contrato número 555052-0941559 se observa que fue celebrado en diciembre de 1999, cuando Servicios Integrales de Aviación S.A de C.V. aún no existía. Se advierte además que el contrato entraría en vigencia hasta enero de 2005 para concluir en diciembre de ese mismo año.

En diciembre de 1999 Servicios Integrales de Aviación y el IMSS celebraron un segundo contrato superior a los 9 millones de pesos por “arrendamiento de equipo de transporte”, que también entró en vigor en 2005.

Además del IMSS, Petróleos Mexicanos (Pemex) fue una de las dependencias que contrató los servicios de la empresa creada por Alberto Abed. Uno de los contratos obtenidos vía transparencia es por un monto de 22 millones 918 mil pesos, suscrito por Pemex Exploración y Producción, para servicios de trasportación aérea privada para personal operativo y/o de carga. 

Comodidad para líderes 

Entre 2015 y 2016, según reportes oficiales, el PRI gastó 8 millones 179  mil pesos a FlyMEX por el traslado de sus dirigentes Manlio Fabio Beltrones Rivera y Enrique Ochoa Reza a diversas ciudades del país.

Según consta en la documentación de la Unidad de Transparencia del Comité Ejecutivo Nacional del tricolor, en respuesta a una solicitud de transparencia promovida por La Silla Rota, el tricolor pagó a Flymex en agosto de 2015 (Cuando Manlio Fabio asumió la presidencia de ese partido) 4 millones 119 mil 549 pesos por servicios de taxis aéreos.

Una segunda factura revela que en 2016 se pagaron otros 4 millones 60 mil pesos, en una sola exhibición, por servicios de enero a diciembre de ese año. Es decir, al menos durante seis meses se trasladó en taxis aéreos al actual dirigente nacional del partido, Enrique Ochoa Reza, quien asumió la dirigencia en julio de 2016.

La misma respuesta a la solicitud incluye el contrato en el cual se detalla el modelo de aeronaves arrendadas. Se trata de un Learjet 60 y un Hawker 800 con capacidad para ocho pasajeros; un Augusta A109E con capacidad para siete personas; un Learjet 45 para 9 pasajeros, así como un Domier 328 Jet, en el que se trasladó Ochoa Reza a Veracruz en octubre del año pasado.

Ochoa Reza en jet privado

En octubre de 2016, tres meses después de rendir protesta como dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa fue exhibido por el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, cuando arribó a esa entidad a bordo de un jet con número de matrícula XA-ALA propiedad de FlyMex, se trató de la aeronave Domier 328 Jet.

De acuerdo con el mandatario veracruzano, la misma aeronave había sido contratada por el gobierno de Javier Duarte en años anteriores a un precio de 3 mil dólares la hora de vuelo. “Qué coincidencia, llega el presidente nacional del PRI en un Jet para 15 personas, está en el hangar de gobierno, es una vergüenza que este individuo que se ha caracterizado desde que llegó al PRI por hablar en contra de la corrupción, pero nunca actuó en contra de la CFE”, denunció Yunes Linares, entonces gobernador electo.

Pero no solo Ochoa Reza fue señalado por el uso de recursos públicos para el pago de aeronaves privadas. Su antecesor y entonces diputado federal, Manlio Fabio Beltrones Rivera, fue acusado en mayo de 2015 -cuando aún no llegaba a la presidencia del partido- de utilizar al menos una vez por semana un jet modelo Challenger 60, matrícula XA-LUF, de la misma empresa, en el que se trasladaba de la Ciudad de México a Hermosillo y otras ciudades de Sonora, como Obregón y Nogales, donde se celebraban mítines de Claudia Pavlovich, actual gobernadora de esa entidad.

El entonces representante legal del PAN en Sonora y actual fiscal especial de delitos electorales de la entidad, Pedro Pablo Chirinos Benítez, afirmó ese año que el exdirigente priista habría utilizado al menos 3 millones 200 mil pesos en traslados de avión, recursos que no reportó al Instituto Nacional Electoral.