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El origen de las "barras bravas" que manchan al futbol mexicano

Hace más de 20 años las porras mexicanas mutaron a “barras” y, como en Sudamérica, se tornaron violentas

Escrito en ESPECIALES LSR el

Las autoridades del futbol mexicano siguen haciendo caso omiso a las alertas que ha despertado la violencia en el balompié azteca. Los hechos ocurridos en Monterrey previo al Clásico Regio entre aficionados de Tigres y Rayados, solo es un capítulo que se suma al libro de las consecuencias de tener “barras bravas” en México.

Los incidentes de violencia que se registran en los estadios generan que el número de familias que evitan asistir a los estadios se incremente.

Aunque los directivos de los clubes expresan su decisión de erradicar el problema, los mismos clubes estimulan con apoyos económicos y privilegios a los integrantes de las barras, algo que un aficionado común no tiene, pese a los hechos violentos que generan.

Así nacen las “barras” en el futbol mexicano

En 1967 fue creada la primera “porra” del futbol mexicano, un grupo de personas que apoyaban al Atlante mediante canticos y lonas. Sin embargo, fue hasta la década de los 90 cuando poco a poco estos grupos fueron sustituidos por “barras”, organizadas como en Sudamérica.

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La "Tito Tepito", porra del Atlante, es la de mayor antigüedad en el balompié azteca. Creada en 1967, desde que nació, este grupo prevalece con las características de una porra mexicana en cuanto a sus cantos y organización.

Fue en 1996 cuando comenzó el auge, las “barras” poco a poco fueron adueñándose de las tribunas de los estadios en México, estimuladas con apoyos económicos de los dirigentes, a pesar de que las “barras bravas” en Sudamérica se habían convertido en auténticos grupos de sujetos violentos, y muchas veces delincuentes.

La historia se sitúa en Andrés Fassi, vicepresidente de Club Pachuca, como el responsable de traer esta práctica a México. En ese año nació la ‘Ultra Tuza’ que, sin embargo, se ha quedado como una de las barras menos violentas en nuestro país.

Gerardo Liceaga, periodista deportivo y quien fuera miembro de comisión del deporte de la Cámara de Diputados y quien trabajó en iniciativas para erradicar la violencia en eventos deportivos, principalmente el futbol, señaló en 2014 que Fassi es “el padre” de las barras en México.

De acuerdo con Gabriel Regino, ex subsecretario de Seguridad Pública del que fuera Distrito Federal, también catalogó en 2014 a Andrés Fassi como “el padre” de las “barras bravas”, asegurando que Pachuca fue el promotor en el adiestramiento de las barras argentinas, con tal de sumar más aficionados en las tribunas del estadio Hidalgo.

“En esa búsqueda de tener público, algunas directivas como las de Pachuca y América, comenzaron a contratar entrenadores de barras de Argentina, que les enseñaban cánticos, el tema de los trapos, las marchas, etcétera”.

Así, los clubes fomentaron el cambio de porras a barras con los argentinos, especialistas en este tema, dirigiendo con batucada acerca de cómo cantar para que el estadio mostrara un ambiente de fiesta, y eso funcionara para tener cautivo al público, pero hoy en día ello repercute en violencia y provoca que el ambiente familiar esté llegando a su fin.

Por años las autoridades del futbol mexicano han hecho caso omiso a la violencia que se ha generado en los estadios, en cambio, siguen fomentándolas con tratos “especiales” como boletos o pasar sin filtros al inmueble, pero, ¿cuáles son las características de las “barras bravas” en México?

-Son apoyadas por los clubes con boletos para los partidos en casa y como visitante. En la mayoría de los casos, reciben respaldo del club para hacer los viajes al lugar donde el equipo juega como visitante.

-Los líderes suelen tener buena relación con los altos mandos del club y, en algunos casos, con varios de los futbolistas más importantes del equipo.

-Suelen reclutar nuevos integrantes mediante redes sociales, pero quienes desean ingresar deben aprobar ciertos “test” en los que se pone a prueba su “valentía”

-Tienen el privilegio de ingresar banderas e instrumentos musicales, los cuales están prohibidos para cualquier otro aficionado

-Antes de cada partido, se reúnen en puntos establecidos, los cuales son anunciados en redes sociales, ingieren bebidas alcohólicas y en algunas ocasiones consumen drogas en su trayecto al estadio

-Utilizan a mujeres y niños para ingresar a los estadios con bengalas y petardos, los cuales detonan dentro de los recintos

-Siempre son colocadas en zonas específicas del estadio, con el objetivo de tenerlos controlados e identificables, aunque muchas veces resulta imposible

-Utilizan las redes sociales para anunciar lo que se realizará el día del partido, incluso las peleas con barras rivales

-Algunas todavía secuestran autobuses del transporte público para llegar a los estadios

Auge de las “barras” en México

En 1997, las barras comenzaron a extenderse por todo México, nacieron “Los de Arriba de León” y “Legión 1908 de Chivas”. En esos años, el grupo de “Los Esmeraldas” se caracterizó por ser uno de los más problemáticos, pues se les responsabilizó de trifulcas fuera del estadio.

Algunas de las “barras” más famosas y violentas nacieron en 1998, como la “Rebel”, de Pumas; la “Barra 51”, del Atlas, “La Adicción” de Monterrey y “Libres y Lokos” de Tigres.

“La Perra Brava” de Toluca, fue una de las primeras que comenzó a tener un comportamiento distinto, ya que se quitaban las playeras en cada gol, pero han permanecido como una de las más tranquilas.

En 1999 nació “La Monumental”, “barra” del América que ha sido protagonista de algunos episodios de violencia en distintos estadios de México.

La “barra” de los Gallos Blancos de Querétaro, “Resistencia Albiazul”, se creó en el 2000, la cual no tiene credencialización y es una de las más violentas.

En 2001 nace “La Sangre Azul” de Cruz Azul y “La locura 81”, de los Monarcas Morelia. Desde ese entonces, las autoridades del futbol mexicano han sufrido por querer controlar la violencia que torneo a torneo va en aumento.

Sin sanciones

Lamentablemente, las autoridades del balompié azteca, siguen minimizando las consecuencias de las barras en México, la prueba más clara, es que si ni quiera tienen en su reglamento algún punto dedicado a estos grupos de aficionados, o a la cancelación de partidos, tal como sucedió tras la trifulca entre seguidores de Tigres y Monterrey, previo al Clásico Regio del Apertura 2018.

Los directivos fueron duramente criticados en México y el mundo, por no decidir cancelar el encuentro, y se justificaron en que las autoridades de seguridad, sugirieron no suspenderlo para evitar más violencia, cuando en realidad, en el reglamento existen algunas lagunas sobre las razones suficientes para detener un cotejo.

En su artículo 42, el reglamento indica que los encuentros podrán ser suspendidos únicamente bajo las siguientes causes: “a juicio del árbitro o comisionado”.

a)    Causas de fuerza mayor o caso fortuito

b)    Mal estado del terreno de juego

c)    Por invasión del público apreciando las circunstancias de acuerdo a su buen criterio, llegando a la suspensión sólo que esta sea inevitable

d)    Por incomparecencia de uno de los contendientes

e)    Falta de energía eléctrica

f)     Condiciones ambientales

g)    Comportamiento impropio y discriminatorio de los asistentes al Estadio

h)   Por inferioridad numérica de un equipo, al inicio o durante el desarrollo del partido

La riña fue registrada a 5 kilómetros del estadio, esta fue una razón más para que Enrique Bonilla, presidente de la Liga MX, no diera ninguna sanción a los equipos involucrados, ni un veto del estadio por algunas jornadas como antes se hacía.

A falta de un reglamento que castigue los actos violentos que se han desatado en el futbol mexicano desde hace más de dos décadas, el único equipo que afronto el problema y lo hizo de golpe fueron Las Chivas, aunque solo a su “barra” más grande, porque el Rebaño cuenta con 17 grupos de animación registrados en todo el país.

La directiva del Guadalajara tomó medidas definitivas con sus grupos de animación, por los hechos violentos registrados en el pasado Clásico Tapatío del 2013, en donde los barristas agredieron al camión del Atlas, prendieron fuego en las gradas del entonces estadio Omnilife, aventaron objetos a la cancha y se enfrentaron con la barra rival en la explanada del inmueble.

El Rebaño aseguró, por medio de un comunicado de prensa, que los hinchas de uno de los 17 grupos de animación registrados por Chivas no tendrían más accesos al estadio y la base de datos de todos ellos, con nombre y apodos, fue compartido con los equipos del máximo circuito, para que no entren en otros estadios del país.

Aunque solo fue a una y las barras de la Ciudad de México que apoyan al equipo rojiblanco siguen, la violencia en Guadalajara por el equipo local, no ha vuelto a vivir la violencia como antes, una medida que deberían tomar el resto de equipos del ante la violencia que mancha el futbol mexicano.