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¿De qué lado del muro vivirán los bisontes?

Vienen de ranchos de Arizona y Nuevo México, pero cuando baja la temperatura cruzan a México, donde se “hospedan” en ranchos privados al norte de Chihuahua

Escrito en ESPECIALES LSR el

Una manada de 15 bisontes camina por Nuevo México, Estados Unidos, con dirección al sur. A lo lejos, una cerca reforzada con alambres de púas se opone a que continúen su camino, pero ese alambre no podrá retener el cuerpo de cada animal que llega a pesar media tonelada y tiene una estatura de más de dos metros. Rompen el alambre y también la demarcación fronteriza. Han llegado a territorio mexicano.

 

Cada año, cuando los fríos de invierno sacuden la parte sur de Estados Unidos, manadas de bisontes buscan mejores condiciones ambientales para sobrevivir. El bisonte es un animal herbívoro de pelaje marrón, cuernos curveados, estatura que sobrepasa el 1.80 metros y puede llegar a los 3 metros. Se mueve en pequeñas manadas de 15 a 25. Las hembras toman la dirección, mientras que los machos cubren el perímetro para proteger al grupo de ataques de lobos o coyotes.

 

Vienen de ranchos de Arizona y Nuevo México, Estados Unidos. Cuando llega el mes de octubre y las condiciones climáticas se tornan frías, bajan más y más hasta llegar a México, donde se hospedan en ranchos privados al norte de Chihuahua, como en la Reserva de Janos, que se encuentra al extremo noroccidental del estado.

 

Son una especie de migraciones temporales y diurnas, que requieren cambiar de hábitat hacia lugares donde puedan encontrar agua y mejores pastos, hasta que las condiciones climáticas de su país de origen no sean amenazantes para su especie, explican los investigadores.

 

Al igual que el bisonte, otras 800 especies de flora y fauna que están territorio fronterizo sufrirán alteraciones en su ecosistema si se construye un muro sólido y cerrado como el que planea el presidente de Estados Unidos Donald Trump. Especialistas consultados por La Silla Rota coinciden en que esta construcción ocasionaría la pérdida de poblaciones de fauna y extinción de especies, algunas ya en peligro de desaparecer. El tema de biodiversidad y ecosistema no ha sido previsto hasta ahora en los planes del país vecino, alertan.

 

 

Destrucción de ecosistemas

La línea fronteriza que divide a México de Estados Unidos, que corre en territorio mexicano desde Baja California a Tamaulipas, mide 3 mil 184 kilómetros de longitud y 40% está dividida con un muro ya existente.

 

Jesús Pacheco, maestro en Ciencias en Ecología de la UNAM, explica que la frontera se encuentra segmentada con diferentes modalidades: muro sólido, barreras de normandía y alambre de púas.  “Si se encuentra cerca de los pasos fronterizos más importantes como Nogales, Ciudad Juárez y Tijuana, el muro es muy alto, de casi 5 metros de altura. Hay otro tipo de muros que son barreras separadas que sí permiten el paso de los animales. Otras son barreras de metal de más de dos metros de alto, que les dice de normandía. En lo que no está construido, lo que se tiene es un alambre de púas que separa la frontera entre México y Estados Unidos”, explica.

 

FOTO: RURIK LIST

 

El territorio que no está construido se conoce como zona silvestre, es inaccesible para el hombre y hay libre paso de fauna. Algunas especies grandes como los bisontes, rompen el alambre de púas.

 

En el caso de animales más pequeños como el berrendo, un mamífero parecido a los venados, su tamaño que no alcanza más del metro y medio de altura, le permite cruzar la cerca por abajo o aprovecha que otros animales grandes derriban el cable y los salta.

 

El berrendo es considerado un animal en peligro de extinción que huye principalmente de la caza humana. Si un muro infranqueable bloquea su camino, tendrá menos opciones para desplazarse y huir de sus depredadores.

 

A los animales no les interesa los límites entre países. Hay especies que tienen migraciones temporales, diurnas o algunas que son compartidas entre México y Estados Unidos y su distribución se afectaría con la construcción de un muro, señala Jesús Pacheco.

 

FOTO: JESÚS PACHECO

 

El Instituto de Ecología de la UNAM realiza un estudio donde contabiliza que 800 especies de flora y fauna habitan en la frontera. Entre este conteo está el oso negro, bisonte, berrendo, jaguarundi, jaguar, perritos de la pradera, hurones, el borrego cimarrón, diferentes tipos de serpientes, el lobo mexicano, entre otros.

 

La UNAM analiza qué especies se encuentran en alguna categoría de riesgo dentro de la norma de protección ambiental NOM-059-SEMARNAT-2010, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

 

El mayor daño lo sufrirían las poblaciones de animales en Estados Unidos. “Las especies más azotadas son las que tienen poblaciones pequeñas, un muro provocaría que las poblaciones se achiquen”, afirma Gerardo Ceballos del Instituto de Ecología de la UNAM. Explica que, a diferencia del país vecino, México ha traído poblaciones de especies migratorias, por lo que no se extinguirán en territorio nacional.

 

Al disminuir las poblaciones de fauna, su funcionalidad en el ecosistema falla. El maestro Jesús Pacheco alerta que esta situación genera que se vayan perdiendo eslabones que cumplen una función dentro de una cadena trófica.

 

 

 

Desinterés gubernamental

A pesar de que hay organismos encargados de la protección del Medio Ambiente y Recursos Naturales tanto en México, ninguno ha hecho un pronunciamiento al respecto.

 

En Estados Unidos, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre (U.S. Fish & Wildlife Service) realizó el reporte informativo “Trump Wall. IPaC Trust Resources Report” en el cual contabiliza 207 especies de flora y fauna que sufrirán repercusiones por el muro, de ellas 13 las clasifica con hábitats en situación crítica. En ella se encuentra el jaguar.

 

El abogado Salvador Muñuzuri, presidente del Centro de Estudios Jurídicos y Ambientales A.C., precisó que si bien no existe en materia legal un impedimento para que se construya el muro, si podrían violarse legislaciones ambientales con su construcción.

 

“Existen instrumentos internacionales suscritos entre México y Estados Unidos en materia ambiental, pero no tendríamos algún elemento dentro de esos instrumentos para impedir formal o legalmente la construcción del muro”, explica.

 

México está suscrito junto con Estados Unidos y Canadá al Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte, que es paralelo al Tratado de Libre Comercio, como parte del acuerdo se creó la Comisión Ambiental de América del Norte.

 

Si el Tratado de Libre Comercio se renegocia entre los tres países, el acuerdo ambiental también. “Si nos quedamos sin este acuerdo carecería de sustento esta comisión y probablemente también se extinguiría esta instancia de coordinación ambiental entre los tres países”, anticipa el abogado ambientalista.

 

FOTO: RURIK LIST

 

La Comisión de Cooperación Ambiental (CAC) tiene como objetivo la regulación ambiental entre los tres países, ante ella se pueden denunciar violaciones en la legislación ambiental.

 

Sin embargo, Salvado Muñuzuri asegura que antes de interponerse una denuncia en la CAC, deben agotarse instancias nacionales con facultad de proteger en materia ambiental, como la Procuraduría de Protección al Ambiente (PROFEPA) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).

 

Además, en el territorio fronterizo mexicano existen áreas naturales protegidas, que legalmente son resguardadas por la Comisión Nacional de Áreas Protegidas que depende de la SEMARNAT.

 

Hasta el momento, ninguna institución ambiental se ha emitido una postura. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) no respondió a una solicitud de entrevista. La Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza (COCEF) dijo no tener comentarios respecto a la problemática. Y el director de la Comisión Nacional de Medio Ambiente (Conabio) se dijo incapaz de responder a la solicitud de entrevista.

 

 

UNIDAD DE INVESTIGACIONES ESPECIALES LSR

DIRECCIÓN: SANDRA ROMANDÍA