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Como su bisabuelo encarnará a Cristo en Iztapalapa

José Antonio Reyes Reyes encarnará este año al Cristo de Iztapalapa. Lo hace 89 años después de que su bisabuelo, Florencio Cano, lo hizo, en 1930

Escrito en ESPECIALES LSR el

Aunque la Pasión de Iztapalapa -que este año se llevará a cabo del 14 al 20 de abril- cumplirá este año 176 años de ser escenificada, el bisabuelo de Antonio fue el séptimo Cristo, ya que durante los primeros años se acostumbraba usar imágenes religiosas y no a personas. En 1930, Florencio Cano atravesaba una situación económica difícil, por lo que debió tomar prestadas prendas del Santísimo, la representación de Cristo que se encuentra en el Santuario de La Cuevita, actualmente ubicado a unos pasos del Metro Iztapalapa, en las faldas del Cerro de la Estrella.

“Impresionante, su vestimenta para su representación. Antes no tenía los recursos suficientes, su padre de ese año le prestó la túnica del señor de la Cuevita, entonces le quitaron la túnica al señor de la Cuevita para que él con su respectiva ropa personificara al papel de Jesús”, dice Antonio, entrevistado por LA SILLA ROTA.

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Ahora, 89 años después la situación es diferente para el bisnieto de Cano. Antonio se convirtió en Cristo en su primera aparición en la Pasión de Iztapalapa. De 23 años, estudia ingeniería geofísica en el Politécnico, y además trabaja los fines de semana en un salón de fiestas. Se toma su papel en serio y desde hace unas semanas los lunes, miércoles y viernes carga una cruz de 75 kilogramos, y martes y jueves carga un tronco para perder sensibilidad y que el Viernes Santo no sienta tanto dolor en la subida al Cerro de la Estrella. También debe ir al gimnasio. Cuatro horas diarias hace ejercicio, para cubrir un total de 200 horas en total. Es una preparación de 50 días, explica.

Su preparación además de ser física, es también mental y espiritual. Debe aprender 50 hojas de parlamento. Por la parte espiritual, los domingos debe ir a misa.

Comparte lo que representa para él encarnar a Jesucristo, el fundador de la religión católica. Humilde, dice que no es digno de representarlo, “nadie lo es”. Pero da las gracias a Dios por esta oportunidad. “Lo hago con el mayor respeto, amor y honestidad para representar este papel y darle las gracias al Señor de la Cuevita”.

Añade dos motivos de orgullo: por ser de Iztapalapa y porque su bisabuelo también lo interpretó.

No solamente es orgullo iztapalapense que es ser oriundo de los ocho barrios, sino que también mi bisabuelo fue Cristo en 1930; también es un orgullo pertenecer a familiares que han representado un papel como esta fecha que se me presenta a mí”.

Recuerda que desde que era niño, su abuela le pedía que representara al ángel, y a él le gustaba la idea.

“Ella quería que saliera de Ángel, siempre le gustaba ese papel, pero por cosas del destino mis familiares fallecieron, pero me siento orgulloso y sé que me están viendo, de representar el papel de Jesús”.

Interpretar al Cristo de Iztapalapa tiene sus desafíos. De entrada contar con una condición física saludable, casi portentosa, para cargar la cruz, y además subir el Cerro de la Estrella, en plena temporada de Estiaje, cuando el calor aprieta más fuerte en todo el año. A ello se agregan requisitos personales, como no estar casado. Pese a ello, es el papel más codiciado para quienes año con año participan en la Pasión, un evento que atrae a millones de visitantes. En el caso de José Antonio, se declara listo para representar el papel.

“Me siento preparado, orgulloso, listo y sobre todo mi mayor motivación es mi familia que me ha estado acompañando en esta representación”.

Su madre, Noemí Reyes, se muestra orgullosa de que su hijo represente a Cristo. Recuerda que se enteró que él había hecho casting el mismo día que fue seleccionado, lo que casi le vale un regaño. La razón es que cuando hizo las pruebas, dejó de contestar el celular durante tres horas, por lo que ella se alarmó luego de llamarle repetidas veces. Cuando Antonio regresó a casa ella tenía la intención de regañarlo, pero cuando le informó por qué no le contestó, ella se soltó a llorar de la pura emoción y la llamada de atención ya nunca llegó.

Antonio fue entrevistado por La Silla Rota luego de que el elenco fue presentado en las instalaciones del Museo Fuego Nuevo, en el Cerro de la Estrella. Jaime Domínguez, secretario del Comité Organizador de Semana Santa en Iztapalapa AC (Cossiac), explicó que este año varios de los actores que encarnan a los principales personajes, son primerizos. Con ello se rompió una dinámica en la que algunos repetían en papeles importantes dentro de la principal actividad religiosa de Iztapalapa, lo que generaba inconformidad entre quienes buscaban participar, y veían así disminuidas sus posibilidades.

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Pero no todos son nuevos en sus papeles. Brígido Rogelio López Chavarría, de 80 años, cumplirá 65 años de haber comenzado a participar en la Pasión. Entrevistado, afirma que ha personificado a Poncio Pilatos, cuando empezó en 1955 y duró 10 años, y luego se convirtió en el guardia romano que azota a Jesús, hasta 1978. Y desde hace unos años al soldado Bruciano.

En 65 años ha visto que el número de visitantes ha subido. “Bastante. Antes sí llegaba gente pero no en comparación con ahora, llegan bastante personas de otras colonias y estados”, afirma.

Como para Antonio, para Brígido representa un orgullo formar parte de La Pasión de Iztapalapa, que surgió desde 1843 en Iztapalapa, como una forma de agradecimiento al Señor de la Cuevita, a quienes los habitantes del barrio pidieron clemencia para no ser afectados por la epidemia de Cólera Morbus que asoló a parte del Centro del país en 1833. Quienes sobrevivieron se organizaron para hacer la primera escenificación en 1843 y desde entonces la tradición se lleva a cabo año con año.

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