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Bares CDMX: territorio libre para adolescentes

En recorrido, LSR documenta que en establecimientos donde se venden bebidas embriagantes no se exige mayoría de edad para el ingreso y consumo de alcohol

Escrito en ESPECIALES LSR el

“Tenemos la promo de 7 medias y 3 shot por 200 pesos”, dice la hostess a la menor de edad al referirse al paquete de siete cervezas de 355 ml y 3 shots de vodka con curaçao. Está de pie en la entrada de uno de los cientos de bares del Centro de la Ciudad de México; este en el corredor turístico y peatonal Regina, a unas cuadras del Zócalo capitalino.

El primer cuadro de la capital del país se ha convertido en un punto de reunión para personas de todas las edades. Las calles más populares como Regina, Madero y avenida Juárez se convirtieron en centros de reunión con sitios para todos los gustos, incluso en lugares en los que menores de edad pueden consumirlo sin necesidad de presentar alguna identificación.

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LA SILLA ROTA decidió entrar al sitio “Barra Urbana” ubicado en la calle de Regina con Monserrat “G”, una menor de edad de 16 años. Al ingresar el único requerimiento fue una breve revisión a las bolsas de cada quien para confirmar que no llevaran armas o bebidas. Esta fue la misma situación que se presentó en tres diferentes establecimientos de la calle Juárez y Madero. En ningún momento se solicitó credencial de elector vigente para corroborar la edad de quien ingresa.

Hola chicos, bienvenidos, les dejo la carta y en un momento vuelvo con ustedes para tomar su orden”. El mesero se retiró y volvió después de unos cinco minutos. Su entrada fue “hola, tenemos las promo de 7 medias y 3 shots, bueno ustedes como son dos les voy a dar dos shots a cada quien por 200 pesos”. Con ello intentó hacer aún más atractiva la promoción sin éxito.

Volvió a la mesa con un par de cervezas, pero antes de destaparlas pidió que estas fueran pagadas. En ningún momento se pidió una identificación para comprobar la mayoría de edad.

La Ley General de Salud establece en el artículo 220 que “en ningún caso y de ninguna forma se podrán expender o suministrar bebidas alcohólicas a menores de edad”, aunque esta norma se rompe con facilidad en los bares y antros del Centro Histórico de la capital.

A su vez, la Ley de Establecimientos Mercantiles de la Ciudad de México indica en el artículo 11 que “queda prohibido a los titulares y sus dependientes realizar, permitir o participar en las siguientes actividades: I. La venta de cualquier tipo de bebidas alcohólicas productos derivados del tabaco, inhalables o solventes a los menores de edad”.


“No es la primera vez que entro a un bar”

Ya dentro del lugar y con un par de cervezas en la mesa, Monse “N” presume orgullosa que no es la primera vez que logra entrar a un establecimiento donde venden bebidas alcohólicas.

Es muy fácil poder ingresar a establecimientos como Salón Sol, Terreza Madero, Terraza XX o 5to piso. Una vez sí no me querían dejar entrar, sólo le insistí un poco al cadenero y le dije que ya había venido y me dejó pasar”, declara la menor de edad.

La aplicación de medidas de seguridad en contra de la venta de alcohol a menores en establecimientos va desde la suspensión parcial o total de actividades e imposición de multas administrativas hasta de 876 mil 480.00 en caso de evidencia de venta.

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De acuerdo con datos de la alcaldía Cuauhtémoc, para la apertura de un bar en esa zona se requiere el Certificado Único de Zonificación de Uso del Suelo, que tiene un costo de mil 542 pesos en la capital del país.

El segundo paso es tener el Aviso para el Funcionamiento de Establecimientos Mercantiles, el cual no tiene costo, pero para obtenerlo se necesita presentar en certificado de uso de suelo, el visto bueno de seguridad y operación, y documentos que acrediten la propiedad o posesión del inmueble.

Sin embargo, hay algunos casos en los que sí se tiene que pagar, ya que los bares, cantinas, pulquerías y antros, que es a donde comúnmente van los jóvenes, son considerados como negocios de giro mercantil de impacto zonal, afirma la alcaldía Cuauhtémoc.

En “Barra Urbana” reinaba el ambiente juvenil. De música sonaba Piso 21 y muchas más canciones de reggeaton que a algunos asistentes puso a bailar en sus respectivas mesas. El interior era oscuro, pero iluminado con luces de colores y el brillo de las pantallas de tv también ponía en evidencia la identidad de los asistentes mientras que otros quedaban en las sombras.

José, quien se cambió su nombre por razones de seguridad y es uno de los encargados del establecimiento, afirma que él no estaría dispuesto a pagar una multa por venderle alcohol a un menor de edad, incluso le cerrarían el negocio sin posibilidad de reapertura “es mucha pérdida por muy poco, de por sí conseguir los permisos sale en una lana como para regarla por un chamaco. Hay quienes se arriesgan por unos cuantos pesos, pero yo no”. Pero no reparó en que este equipo de LA SILLA ROTA venía acompañado de una menor.

Para que el bar pueda vender bebidas alcohólicas es necesario que cuente con la licencia de funcionamiento tipo b, que oscila entre los 150 mil y 200 mil pesos, dependiendo de la zona en la que se encuentre de acuerdo con la alcaldía Cuauhtémoc.

Los permisos para venta de cervezas son más accesibles, por eso de un tiempo para acá aumentó la presencia de este tipo de establecimientos. En estos casos el costo es de 2 mil 771 pesos por metro cuadrado del establecimiento, según los datos proporcionados por la alcaldía.

La noche y parte de la madrugada transcurrió y más promociones, mesas con “misiles” de 5 o 3 litros había por todo el lugar. El resto de los asistentes disfrutaban del ambiente mientras ingerían bebidas y en muy pocas mesas se apreció que consumieran alimentos, sólo unos cuantos clientes pidieron papas a la francesa o nachos.

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En una de las paredes se podía apreciar los papales que acreditaban los permisos gubernamentales en el establecimiento e incluso letreros en contra de la venta de alcohol a menores de edad y discriminación por preferencias sexuales

“Clausuran establecimientos cada cambio de gubernaturas”

El pasado mes de febrero se realizó el operativo ‘La noche es de todos’ en donde se suspendieron las actividades de al menos 13 establecimientos en la calle de Regina. Los motivos fueron por sobrepasar el aforo permitido y por el uso de suelo, pero ninguno por la venta de alcohol a menores.

Un mes después, LA SILLA ROTA volvió a realizar el mismo recorrido y el sitio “Barra Urbana” tenía los sellos de suspensión de actividades en su fachada y cortinas. Sin embargo, posteriormente volvió a abrir.

Francisco, el encargado de un establecimiento en la calle de Filomeno Mata declara que “cada que hay un cambio de delegado o de gobierno, empiezan a hacer operativos que por lo regular siempre van a los mismos lugares que clausuran todo el tiempo”

Mientras se llevaba a cabo la entrevista, un menor de edad entró al lugar y el mismo encargado confirmó la restricción “aquí no pueden entrar menores de edad, ahorita porque el niño es hijo del chavo que va a cantar, pero si llegara a venir la delegación, sin preguntar nada nos clausuran por el simple hecho de que está el niño aquí, pero ojo, eso es cuando quieren hacerte algo, porque cuando no, ni te pelan. Cuando van sobre alguien aunque tenga todo en orden, no hay regla que valga, te clausuran”.

Hasta donde yo sé, la delegación no ha dado permisos para bares desde hace cinco o seis años, aquí en el centro ahora sólo dan permisos para restaurantes y establecimientos que vendan comida en donde se les permite la venta de alcohol. Nosotros lo sacamos cuando apenas estaban remodelando el centro y una de las facilidades que tuvieron para abrir el lugar, fue que iban a ser un espacio de promoción cultural. Recién estaba entrando la administración de Cuauhtémoc Cárdenas y esa fue una facilidad y cuando empezaron a ver que funcionaba, dieron permisos a lo tonto, antes toda esta calle eran puras ópticas”, asegura Francisco.

“Después había pulquerías, un salón de reggae y muchos lugares. En ese entonces muchos estaban coludidos en la delegación y sabían cuando iba a haber operativo y no abrían, se corre la voz de que tienen a alguien en la delegación que les da el pitazo”.

Francisco dice que en las calles de Tacuba a Uruguay y de Eje Central al Zócalo está más vigilado el tema de permisos y centros de recreación, pero en las orillas de Izazaga y Garibaldi esa zona está desprotegida y hay muchos lugares donde venden alcohol a menores.

“Ya saben quiénes son, cada cambio de administración y quién recibe los pagos dura uno o dos meses en el puesto. Se supone que los lugares clausurados no pueden ser abiertos, pero en un par de meses vuelves a ver los establecimientos abierto y con un nombre diferente”, declara “Paco”.

djh