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Asilos, sin plan efectivo para cuidar a abuelos de contagios masivos

Ante contagios en asilos de NL y Tabasco, geriatras advierten deficiencias en la protección a adultos mayores; en Morelia, Lupita confía en que la cuidan bien

Escrito en ESPECIALES LSR el

Lo único que Lupita quiere es que todo esto acabe y algún día volver a ver a sus hijos. “No importa que no me quieran, pero que me dejen abrazarlos y darles un beso”, expresa esta mujer de 90 años. Hoy está sola, pero no deja de ser una madre sobreprotectora con los niños, jóvenes y adultos que visitaban, hasta antes de la pandemia de coronavirus, el albergue Cristo Abandonado, en Morelia, Michoacán, para indigentes y adultos mayores.

Guadalupe Vega Morales está postrada en una silla de ruedas, pero eso no le quita el buen sentido del humor. Su picardía le da vida a quienes incluso ya están desahuciados en ese asilo público de asistencia privada.

Lupita contó a LA SILLA ROTA que a pesar de que tiene tres hijos (Beatríz, Elena y Jorge), desde hace más de 20 años no la visitan. Mientras toca los pliegues de su rostro y manos, narra que lleva ya 14 años en ese asilo ubicado en una colonia céntrica de la capital michoacana. Antes su casa eran las esquinas de la ciudad donde vivía de la caridad. Afirma que su hijo vive en Pátzcuaro; una de sus hijas es, paradójicamente, enfermera en Morelia, y la otra, “drogadicta”.

La historia de Lupita se enmarca en la alerta que lanzan especialistas por el riesgo de contagios masivos en asilos o albergues para adultos mayores. Este sector de la población es uno de los más vulnerables a presentar complicaciones si se infectan con el virus Sars-CoV2, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud y las autoridades sanitarias en México.

PANORAMA NACIONAL

En México hay 15.4 millones de adultos mayores de 60 años o más, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Se estima que en la República existen alrededor de 890 asilos, en su mayoría privados o de organizaciones de la sociedad civil, lo cual complica que haya un control de las condiciones en las que operan y atienden a las personas que habitan ahí.

En la base de datos abiertos de la Secretaría de Salud se indica que 3 mil 804 adultos mayores se han contagiado de coronavirus en todo el país, las edades van de los 65 a los 113 años. Lamentablemente, 986 de ellos han fallecido, que representan el 36.6% de los 2 mil 704 decesos por el virus Sars-CoV2 que se reportaron este miércoles.

Este lunes en un asilo de Nuevo León se reveló que 50 ancianos se contagiaron de coronavirus, todos se encuentran hospitalizados, pero cinco de ellos son reportados en estado delicado. Otro de los riesgos es que 40% de estos adultos mayores padece diabetes y 45% hipertensión.

Una situación similar se registró este miércoles en la Casa del Árbol, residencia de adultos mayores en Tabasco. Un abuelito falleció y 10 más se  contagiaron  del virus Sars-CoV2, de acuerdo con los primeros reportes.

Estos son los únicos dos casos de brotes comunitarios que se conocen hasta ahora en el país, pero a decir de expertos son signos de alarma que se deben tomar en cuenta para implementar las acciones necesarias que eviten contagios masivos de personas de la tercera edad en este tipo de instituciones.

“Tendrían que haberse encendido las alertas desde antes, por todo lo que ha pasado en otros países, es decir, particularmente lo que ha sucedido en Francia y en España, ahí tendrían que haberse encendido las alertas de todos los asilos en México, particulares o del gobierno. El hecho de que ahorita ya esté pasando en Nuevo León es preocupante, pero a decir verdad, siento que no fue tan rápido como lo hubiéramos esperado”, declara Ulises Pérez, médico geriatra.

En muchos de los casos, los adultos mayores que llegan a los asilos o albergues son víctimas del abandono de su familia y no cuentan con otro tipo de apoyo, a esto se suma  la falta de recursos económicos, hechos que los colocan en una situación de abandono y vulnerabilidad.

Algo así le sucedió a Lupita, a quien luego de muchos años de trabajar como barrendera en el ayuntamiento de Morelia, la vida le jugó una mala pasada: asesinaron a su esposo y sus articulaciones se atrofiaron.

Al quedar en el abandono, su única motivación es ver a las personas que visitan ese albergue y platicar con ellos. También disfruta platicar sus historias de vida con singular estilo.

A sus 90 años da consejos basados en su experiencia. “Ven para acá. Te voy a bajar el calzón y te voy a dar unas nalgadas para que te portes bien”, dice Lupita al reportero. Luego suelta la carcajada y cuenta que lo que más busca no es que le regalen cosas materiales, sino que alguien la escuche y platique con ella.

CONTRA EL CORONAVIRUS

Pero esa distracción se acaba y se pone triste. Las lágrimas invaden su mirada al saber que no habrá más visitas por la emergencia sanitaria de covid-19, que implica el aislamiento para evitar contagios.

Lupita tiembla y dice temer al coronavirus, al igual que los más de 50 adultos mayores que ahí viven al no tener familia, o que han sido abandonados. Pero las medidas sanitarias que adoptó el personal de ese lugar, han permitido que hasta el momento no haya contagios.

María Barragán, quien desde hace 24 años cuida a las personas de la tercera y cuarta edad, en ese centro de asistencia, les ha explicado todo relacionado al coronavirus.

No da tregua a un riesgo y desde el pasado 15 de marzo, suspendió toda visita y salida de personas, ya que eso implicaría un riesgo para los abuelitos.

En Michoacán hay 26 asilos o casas de atención para adultos mayores que, en su conjunto, albergan a más de 600 personas de ese grupo vulnerable.

Al igual que el Cristo Abandonado, en el resto de albergues, asilos o casas de asistencia para adulto mayor, no se han registrado casos, por el momento, de covid-19. En general, en esos centros se ha incrementado el control sanitario y han implementado medidas extraordinarias ante la pandemia de coronavirus.

Si bien el asilo donde vive Lupita implementó acciones para proteger a los adultos mayores, no en todas estas instituciones ha sido así. Aunque el Instituto Nacional de Geriatría emitió una guía con recomendaciones para evitar contagios en asilos, algunos especialistas en geriatría  consideran que las medidas implementadas no han sido suficientes y que este sector de la población no ha sido tan tomado en cuenta por el gobierno.

“Estoy muy preocupado y triste, porque a los adultos mayores se les ha echado en un saco y no se les ha puesto la suficiente atención y mucho menos en los asilos”, expresa el doctor Pérez, quien señala que han faltado estrategias más agresivas, tomando en cuenta lo delicado de la situación.

“¿Qué es agresivas? Pues en muchos lugares, empleado del asilo que entraba, ya no volvía a salir, lo que estaban implementando en muchos países son cuarentenas de a de veras. Contacto o adulto mayor infectado, sale del asilo por completo”, dice. 

Sin embargo, indica que en parte no ha habido estas medidas agresivas porque no existe la infraestructura, ya que muchos asilos están en un departamento o en una casa, por lo que muchas veces no cumplen ni con los estándares mínimos de protección e higiene.

Una médico geriatra que actualmente labora en una unidad de atención de covid, quien pidió mantener el anonimato, cuestiona: “¿Yo preguntaría, cuáles acciones se implementaron para cuidar a los adultos mayores? Encerrarlos y decirles que no salgan, pero cuál es alguna acción para cuidarlos a ellos. No hay, más bien eso es lo que llama mucho la atención, porque no hay un plan establecido”.

Para ella, la guía que elaboró el INGer llegó muy tarde y alerta que el riesgo es que pase como en Estados Unidos, España y Francia, ya que en los asilos habitan personas de la tercera edad que dependen de los cuidados de otra persona, por lo que no están completamente aislados, siempre tienen contacto con alguien externo.

La geriatra cuestiona también por qué no se llevó material de protección a estos asilos, como mascarillas N95 para protegerlos, asimismo, destaca que no existe un plan de acción para atenderlos si se enferman de covid-19, ya que no hay conexión entre las residencias y los hospitales.

Por el contrario, la médico geriatra Zazil Ramírez destaca que muchas instituciones como el INGer, el Colegio de Geriatras y  otras de cada estado se han organizado para actuar en este tema. Señala que el Instituto de Geriatría, por ejemplo lanzó en abril una encuesta para tener toda la información de los asilos y así poderles brindar toda la información para todos los cuidados que se necesitan los adultos mayores.

“Desgraciadamente, no sé qué haya sucedido con la información que se les haya brindado, sobre todo con la limitación de los contactos. En teoría muchos de los asilos debieron cerrar puertas o decidir que el paciente se vaya al domicilio con los familiares, esas medidas también hubo”, explica.

SÍNTOMAS ATÍPICOS DEL COVID

Los geriatras consultados explican que la población de adultos mayores es muy heterogénea, por eso es complicado decir qué probabilidad tienen de recuperarse,  ya que no es lo mismo tener 70, que 80 o 100 años. Asimismo, su estado de salud y el impacto del coronavirus depende de las otras enfermedades que puedan tener, como diabetes, hipertensión u otra.

Otro de los aspectos que se debe considerar es que las personas de la tercera edad presentan signos diferentes a los que conocemos comúnmente del coronavirus. La doctora Ramírez detalla que “el adulto mayor contagiado de covid va a presentar síntomas atípicos, por ejemplo, van a estar en delirium, puede ser que empiecen con mucha somnolencia o estar muy agitados sin un motivo específico, que quieran dormir más durante el día que en la noche, cambian el sueño vigilia, están muy inatentos a pesar de que se les está hablando no atienden”.

Mientras que el doctor Pérez indica que hay varios tipos de personas de la tercera edad y generalmente quienes viven en asilos son aquellos que se consideran adultos mayores frágiles o con mayor riesgo de complicaciones biológicas, por eso se les debe de proteger más.

Los geriatras expresan que otro tema en el que se debe trabajar es en definir qué hospitales son los que reciben a las personas de la tercera edad contagiadas con covid, ya que no todos cuentan con los requerimientos de equipo necesarios.

La médico que actualmente está laborando en atención de pacientes con covid indica que “en la unidad no hay muchos adultos mayores, pero porque parte de los criterios es que no se puedan complicar, tiene que ser gente que sea muy estable, porque si bien se adaptó como un hospital, pues no tiene todos los recursos que puede tener uno ya hecho, la idea es que sea un hospital de convalecencia”.

El doctor Pérez, expresa que “en el caso de los adultos mayores, lo que te preocupa como geriatra es que un colega que no es geriatra va a ver un adulto mayor, va a ver solamente en su expediente el número de 90 años y va a decir ''ah, ok, éste no lo atiendo'', lo sabemos perfecto, por eso nos preocupa tanto”.  

Los especialistas coinciden en que las familias también deben tocar el tema de la voluntad anticipada en casa, ya que los adultos mayores deben tener la oportunidad de manifestar cómo quieren que se les atienda en caso de que se enfermen, si quieren que los lleven al hospital, si dejarían que los intuben o si prefieren permanecer en su hogar, un tema importante, pero que aún está rodeado de tabúes.